Imagen de "SUCHAI" Primer satélite construido en Chile-Crédito: FCFM
Suchai (siglas en inglés de: Satélite de la Universidad de Chile para Investigación Aeroespacial), primer satélite construido en Chile,
está cada vez más cerca de despegar.
A mediados de abril, en la ciudad de Delft, Holanda, se
completó el proceso de ensamblaje. Esto significa que desde ahora ya nada
depende de sus creadores, sino que de la empresa que está a cargo de su
lanzamiento en Estados Unidos.
Marcos Díaz, investigador y líder del proyecto Suchai, que
pertenece a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de
Chile, viajó hasta Holanda, junto a los investigadores Alex Becerra, Carlos
González y Tomás Opazo, para supervisar directamente la etapa de ensamblaje,
que consiste en colocar el satélite en un spot o espacio en el que van otros
dos aparatos. “Todo lo que tiene relación
con nosotros quedó cerrado. Lo que teníamos que hacer era llevar nuestro
satélite, integrarlo a la caja, probar que ninguna de nuestras dimensiones se
salía del estándar y que no tenía ninguna protuberancia que pudiera perjudicar
a los otros satélites”, explica Díaz.
En el mismo spot se colocaron los aparatos de Corea del Sur y
de Emiratos Árabes Unidos, los que también eran Cubesats o Minisatélites,
al igual que el Suchai.
Lanzamiento
Hoy el satélite chileno sigue en Holanda. Luego, en una fecha
por confirmar, será trasladado a California para su lanzamiento en el cohete
Falcon 9 de la empresa Space X. Esta nave privada tiene como cargas
principales el satélite FormoSat-5 de la Organización Nacional Espacial de
Taiwán y el sistema de despliegue Sherpas de la empresa Spaceflight
Industries.
El sistema Sherpas es el que transportará 87 cubesats, entre los
que se encuentra el Suchai.
Díaz explica que el satélite chileno debería salir de
Holanda, un mes antes del despegue para integrarlo al anillo, estructura
del Falcon 9 en el que se colocan todas las cajas con aparatos.
El lanzamiento del Suchai sería entre septiembre y noviembre de
este año, ya que Taiwán ha retrasado el despegue de su satélite, que en
definitiva es el que financia prácticamente todo el viaje debido a su tamaño.
“Nosotros costeamos
US$100 mil de los U$70 millones que cuesta el lanzamiento”,
dice el investigador.
Además de los requerimientos de Taiwán, el despegue también está
sujeto, de acuerdo a los protocolos, a las condiciones climáticas del
momento.
Legado
Si el proceso culmina con éxito, el Suchai podrá realizar
distintos experimentos, como uno destinado a medir la variación estadística de
la electrónica en ambiente espacial. Díaz señala que éstos son importantes,
pero también todo el proceso que se ha realizado hasta ahora.
“Hay eventualidades que en el espacio que
podrían hacer que el satélite no funcione de forma óptima y se pierdan datos,
pero todo el proceso de aprendizaje es extremadamente valorable, desde cosas
logísticas, como comprar los componentes, hasta conseguir los permisos de
frecuencia (para transmitir)”, dice Díaz.
Este primer satélite fue financiado por la Universidad de Chile,
pero para los dos próximos Minisatélites que lanzarán en 2018, ya cuentan con
el apoyo de un proyecto Fondecyt y un proyecto anillo de Conicyt. Los dos
nuevos aparatos serán de 3 kilos.
El proyecto del nano satélite de investigación Suchai comenzó a
gestarse en 2011 con el financiamiento de la Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas de la Universidad de Chile. El valor del proyecto alcanza los
US$300 mil.
“Esta iniciativa busca
apoyar el desarrollo espacial en Chile, tanto desde el punto de vista del
desarrollo de la industria como de la formación de capital humano calificado”,
agrega el académico.
Fuente: Tendencias/La Tercera/EMOL
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