miércoles, 16 de enero de 2019

NUEVO MODELO CIENTÍFICO EXPLICA COMO TODO LO QUE VEMOS ES UNA ALUCINACIÓN GENERADA POR EL CEREBRO



La realidad no es más que la alucinación generada por los patrones…Crédito: 
Pintarest

En 2015, el grupo MIND fundado por el filósofo Thomas Metzinger de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, Alemania, creó el proyecto Open MIND para publicar artículos de investigadores destacados. Inusualmente, los artículos se publicaron en formatos electrónicos de acceso abierto, como un experimento para crear un recurso en línea de vanguardia, y fue gratuito.

El primer volumen, que abarca desde la naturaleza de la conciencia hasta los sueños lúcidos, fue un éxito calificado.

El segundo volumenFilosofía y procesamiento predictivo , se centra por completo en la teoría influyente de su título, que sostiene que nuestros cerebros están constantemente haciendo predicciones sobre lo que hay (una flor, un tigre, una persona) y estas predicciones son lo que percibimos.

Para hacer predicciones más precisas, nuestros cerebros modifican sus modelos internos del mundo o obligan a nuestros cuerpos a moverse, para que el entorno externo se alinee con las predicciones. Esta idea unifica la percepción, la acción y la cognición en un marco único.

Algunos de los títulos de los papeles son juguetones, y quizás un poco exagerados: "Cómo atraer a tu demonio malvado", "Cómo tejer tu propia manta de Markov" o "De Bayes y balas".
Pero a pesar de los títulos, el contenido es serio y pesado: está escrito por algunos defensores conocidos del procesamiento predictivo, entre ellos Andy Clark, con sede en la Universidad de Edimburgo, Reino Unido, y Jakob Hohwy, en la Universidad de Monash, Australia.

La percepción no es pasiva.
Los lectores laicos harán bien en comenzar lentamente, con la introducción al campo por Metzinger y Wanja Wiese, también con base en Johannes Gutenberg, antes de sumergir sus dedos en las aguas más profundas. La mayoría de nosotros no iremos más allá del muestreo de los párrafos introductorios de cada artículo, pero incluso al hacerlo podemos proporcionar una idea de las ideas que contienen.

Una de las claves para el procesamiento predictivo es que intenta desafiar nuestra sensación intuitiva de que nuestro cerebro recibe información de forma pasiva (a través de nuestros sentidos) y crea percepciones de lo que realmente existe, el llamado enfoque ascendente.

En cambio, el procesamiento predictivo argumenta que la percepción, la acción y la cognición son el resultado de cálculos en el cerebro que involucran tanto el procesamiento de abajo hacia arriba como el de arriba hacia abajo, en el que el conocimiento previo del mundo y nuestro propio estado emocional y cognitivo influyen en la percepción.

Como Metzinger y Wiese señalan en su introducción, la idea del procesamiento de arriba hacia abajo no es nueva, pero su teoría ha sido "marginalizada por largo tiempo", según la teoría de la percepción.
La novedosa contribución del procesamiento predictivo, escriben, es que enfatiza la importancia del procesamiento de arriba hacia abajo y el conocimiento previo como una característica de la percepción, una que está presente todo el tiempo, no solo cuando la información sensorial es ruidosa o ambigua.

Predicción de sensaciones.
En pocas palabras, el cerebro construye modelos del entorno y el cuerpo, que utiliza para hacer hipótesis sobre la fuente de las sensaciones.
La hipótesis que se considera más probable se convierte en una percepción de la realidad externa. Por supuesto, la predicción podría ser precisa o incorrecta, y el trabajo del cerebro es corregir cualquier error; después de cometer un error, puede modificar sus modelos para tener en cuenta situaciones similares en el futuro.

Sin embargo, algunos modelos no pueden cambiarse de forma voluntaria, por ejemplo, los de nuestros órganos internos.
Nuestro cuerpo necesita permanecer en un estrecho rango de temperatura alrededor de 37 ° C, por lo que el procesamiento predictivo logra tal control al predecir que, por ejemplo, las sensaciones en nuestra piel deben estar en línea con la temperatura normal del cuerpo.
Cuando las sensaciones se desvían, el cerebro no cambia su modelo interno, sino que nos obliga a avanzar hacia el calor o el frío, de modo que las predicciones se alinean con el estado fisiológico requerido.

Si ha leído lo suficiente de los documentos para entender los principios computacionales detrás del procesamiento predictivo, entonces, como lo explicaron Metzinger y Wiese, se acerca más a la comprensión de por qué "es solo un pequeño paso hacia la descripción del procesamiento en el cerebro como una alucinación en línea controlada".

Todo lo que percibimos, incluidos nosotros mismos, son simulacros de la realidad. 
La conclusión de lo anterior es este salvaje pensamiento: siempre estamos alucinandos.

Y sobre este tema, el Neurocientífico británico Anil Seth, Director del Centro Sackler de las Ciencias de la Conciencia de la U. de Sussex fue el encargado de dictar la charla magistral que dio inicio en Chile, al Congreso Futuro 2019. "Nuestras experiencias del mundo y de nosotros dentro de él son tipos de alucinaciones controladas moldeadas a lo largo de millones de años de evolución para mantenernos vivos en mundos llenos de peligro y oportunidad", explica el neurocientífico; y agrega ¿Cómo el cerebro alucina con la realidad? “Algunas personas dicen que está más allá del alcance de la ciencia, pero en los últimos 25 años ha habido una explosión de trabajo científico en esta área”, dice Seth respecto a las investigaciones que dan cuenta cómo el cerebro y el cuerpo dan lugar a la conciencia.

Junto a un grupo de científicos de diferentes disciplinas agrupados en el Centro Sackler de las Ciencias de la Conciencia de la Universidad de Sussex, el británico está tratando de entender cómo ocurre la conciencia. 
Hace un tiempo “la gente pensaba que la propiedad de estar vivo no podría explicarse por la física o la química, que la vida tenía que ser algo más que un simple mecanismo”, dice, “pero la gente ya no piensa eso”.

Conforme los biólogos avanzan el trabajo de explicar las propiedades de los sistemas vivos, el investigador asegura que “el misterio elemental de qué es la vida empieza a desvanecerse”. “Una vez que se comienza a explicar la vida en términos de cosas que suceden dentro de nuestros cerebros y cuerpos, el misterio aparentemente irresoluble de lo que es la conciencia, debe comenzar a desvelarse”. Al menos ese parece ser el plan del neurocientífico que dictó una charla magistral el día lunes 14 de enero en la 8° versión del Congreso Futuro 2019 efectuado en Chile.

 

El cerebro como motor de predicción

Con más de 3 millones de visitas en la web, Anil Seth desarrolla en sus charlas la explicación de sus investigaciones y las vincula con sus propias experiencias cercanas a la muerte. Experiencias claves en el proceso de descubrir cómo funciona el cerebro y las informaciones sensoriales que reciben nuestros cuerpos.

Seth piensa en la conciencia de dos formas diferentes: una, como el mundo de experiencias que nos rodean - donde está la vista, los sonidos y los aromas y donde tenemos una panorámica multisensorial 3D, como una película interior inmersiva-; y dos, dice el británico, está el yo consciente: “la experiencia específica de ser tú o ser yo, que es el protagonista de esta película interior, y quizá el aspecto de la conciencia al que todos se aferran más estrechamente”.

El cerebro, dice el experto en neurociencia, “está encerrado dentro de un cráneo óseo, tratando de imaginar lo que hay en el mundo. No hay luces dentro del cráneo. Tampoco hay sonido. Solo debe seguir las corrientes de impulsos eléctricos indirectamente relacionadas con las cosas del mundo, cualesquiera que sean”.
Así argumenta la forma en que funciona la percepción, indicando que ésta adivina qué es cada cosa a través de un proceso de conjeturas informadas, donde el cerebro combina señales sensoriales con sus expectativas o creencias anteriores sobre cómo es el mundo.
De esta forma, hace su mejor conjetura de lo que causó esas señales. “El cerebro no oye ni ve la luz. Lo que percibimos es su mejor suposición de lo que hay en el mundo”, cuenta.
A través de interesantes “juegos mentales” y experimentos clásicos, Seth demuestra que el contexto y la información que recibimos en nuestros cerebros puede cambiar en cada individuo.Agrega que la percepción es un proceso activo y constructivo, y que las señal es que llegan al cerebro desde el mundo exterior, dependen tanto o más de predicciones perceptivas que fluyen en la dirección opuesta. Por ende, no solo percibimos pasivamente el mundo, sino que también lo generamos activamente.

“No solo experimentamos nuestros cuerpos como objetos del mundo desde el exterior, también los experimentamos desde dentro, y las experiencias del cuerpo desde el interior son muy diferentes de las experiencias del mundo que nos rodea.  Las experiencias de ser un yo encarnado se relacionan más con el control y la regulación que con averiguar qué hay allí. Así, nuestras experiencias del mundo y de nosotros dentro de él son tipos de alucinaciones controladas moldeadas a lo largo de millones de años de evolución para mantenernos vivos en mundos llenos de peligro y oportunidad. Nos predecimos para existir, agrega.

No somos seres apartados de la naturaleza
La charla de Seth termina con algunas conclusiones que dejan mucho por reflexionar:

Primero: así como podemos percibir erróneamente el mundo, podemos percibirnos mal cuando los mecanismos de predicción funcionan mal. Entender esto abre nuevas oportunidades en psiquiatría y neurología, porque finalmente podemos llegar a los mecanismos en lugar de solo tratar los síntomas en enfermedades como la depresión y la esquizofrenia.

Segundo: lo que significa ser “yo” no se puede reducir ni subir a un programa de software que se ejecuta en un robot, por muy elegante o sofisticado que sea. Somos animales biológicos de carne y hueso, cuyas experiencias conscientes se forman en todos los niveles mediante mecanismos biológicos que nos mantienen vivos. Simplemente hacer las computadoras más inteligentes no va a hacerlas sensibles.

Tercero: nuestro propio universo interior individual, nuestra forma de ser conscientes, es sólo una posible forma de ser consciente. Incluso la conciencia humana, en general es solo una pequeña región en un vasto espacio de posibles conciencias.
Nuestro yo y nuestro mundo individual son únicos para cada uno de nosotros, pero todos están basados ​​en mecanismos biológicos compartidos con muchos otros seres vivos.
“No somos el centro del universo, estamos relacionados con todas las otras criaturas hasta nuestros días. Con un mayor sentido de comprensión viene un mayor sentido de asombro y un mayor entendimiento de que somos parte de y no aparte del resto de la naturaleza. Y… cuando llega el fin de la consciencia, no hay nada que temer. Nada en absoluto”, finaliza.
Fuente: News Scientist (revisión abril 2017) / Congreso Futuro (Chile: 08.enero.2019) – Futuro360