miércoles, 2 de enero de 2013

ALMA Y LOS SUGERENTES INDICIOS DE FLUJOS DE GAS QUE PERMITEN LA FORMACIÓN DE PLANETAS GASEOSOS GIGANTES.



Imagen artística del disco y corrientes de gas alrededor de HD142527
Un equipo internacional realizó un estudio de la joven estrella HD 142527, localizada a más de 450 años luz de la Tierra, la que se encuentra rodeada por un disco de gas y polvo cósmico (los restos de la nube que dio origen a la estrella). Un espacio vacío divide el disco de polvo en dos partes, una interna y otra externa. Se cree que esta división ha sido moldeada por planetas gaseosos gigantes, de reciente formación, que van despejando sus órbitas a medida que rodean a la estrella. El disco interior se extiende desde la estrella hasta el equivalente a la órbita de Saturno en el Sistema Solar, mientras que el disco externo comienza unas 14 veces más afuera. El disco exterior no rodea a la estrella de manera uniforme, más bien parece una herradura, lo que probablemente ha sido ocasionado por el efecto gravitacional de los planetas gigantes en órbita.
Imagen: Observaciones de ALMA del disco y los chorros de gas en torno a HD 142527

De acuerdo con la teoría, los planetas gigantes crecen al tomar el gas del disco exterior, en corrientes que forman puentes a lo largo de la división en el disco. “Los astrónomos han estado anticipando que estas corrientes efectivamente existen, pero esta es la primera vez que hemos sido capaces de verlas directamente",  dice el Dr. Simón Casassus (Universidad de Chile, Chile), quien dirigió el nuevo estudio. “¡Gracias al nuevo telescopio ALMA, hemos sido capaces de obtener observaciones directas, que serán un aporte a las teorías actuales que intentan explicar cómo se forman los planetas!
Casassus y su equipo utilizaron ALMA para observar el gas y el polvo cósmico alrededor de la estrella, obteniendo mayores detalles, y para alcanzar una perspectiva más cercana del astro, mucho más de lo que se había podido captar con telescopios anteriores. Las observaciones de ALMA, en longitudes de onda submilimétricas, no se ven afectadas por la luz de la estrella, que sí afecta a los telescopios infrarrojos o de luz visible. El vacío de material en el disco de polvo ya se conocía, pero ellos  también descubrieron restos de gas disperso en este espacio, además de dos corrientes de gas más densas que circulaban desde el disco exterior, a través del espacio divisorio, hacia el disco interior.
Creemos que hay un planeta gigante oculto dentro, causando cada una de estas corrientes. Los planetas crecen a medida que capturan una parte del gas proveniente del disco exterior, pero ellos dejan escapar otra gran cantidad: el resto del gas lo rebasa y desemboca en el disco interior alrededor de la estrella”, dice el  Dr. Sebastián Pérez (astrofísico- profesor de la Universidad de Chile) y miembro del equipo.

Imagen: Comparación de las observaciones de ALMA con una impresión artística del disco y los chorros de gas en torno a HD 142527

Las observaciones dan respuesta a otra interrogante sobre el disco presente alrededor de la estrella HD 142527. Como la estrella central está todavía en formación, al tomar material del disco interno, este ya debiese haber sido devorado, si no fuese capaz de mantener de algún modo su mismo estado. El equipo descubrió que la velocidad a la cual el gas sobrante fluye hacia el disco interno, es la velocidad adecuada para mantenerlo totalmente recargado, y para alimentar a la estrella en desarrollo.
Otro importante descubrimiento es la detección de gas disperso en el espacio del disco. "Los astrónomos han estado buscando este gas por mucho tiempo, pero hasta ahora sólo teníamos evidencia indirecta del mismo. Ahora, con ALMA, podemos verlo directamente", explica Gerrit van der Plas, otro miembro del equipo de la Universidad de Chile.
Este gas residual es una prueba más de que las corrientes son causadas por planetas gigantes, y no por objetos aún más grandes, como una estrella compañera. "Una segunda estrella habría eliminado cualquier elemento en este espacio, sin dejar ningún resíduo de gas. Al analizar la cantidad de gas residual, podemos determinar las masas de los objetos que lo toman", añade el Dr.Pérez.

Ubicación de la joven estrella HD 142527 en la Constelación de Lupus

¿Qué sucede con los planetas? El Dr.Casassus explica que, a pesar de que el equipo no los pudo detectar de manera directa, él no se sorprende. “Hemos buscado estos planetas con instrumentos infrarrojos de última generación instalados en otros telescopios. Sin embargo, creemos que estos planetas en formación aún se encuentran inmersos en lo profundo de las corrientes de gas, que son prácticamente opacas. Por lo tanto, pueden haber pocas posibilidades de captarlos directamente”.
Sin embargo, los astrónomos desean saber más acerca de estos supuestos planetas, analizando tanto las corrientes de gas como el gas que aún queda disperso. El telescopio ALMA está todavía en construcción, y aún no ha alcanzado su máxima capacidad. Cuando esté completo, su visión será aún más aguda, y las nuevas observaciones de las corrientes podrían permitir que el equipo determine las propiedades de los planetas, incluyendo sus masas.
Todo este nuevo estudio, fue efectuado gracias a las primeras antenas instaladas y en uso del radiotelescopio ALMA [The Atacama Large Millimeter/submillimeter Array], permitiendo al equipo de astrónomos captar por primera vez una etapa clave en el proceso de formación de planetas gigantes, que toman el gas a medida que crecen.  El resultado del trabajo fue presentado en un artículo denominado “Flows of Gas through a Protoplanetary gap” [“Flujos de gas a través de una brecha de material en un disco protoplanetario”] que se publicó en la revista Nature el 02 de enero de 2013.
El equipo está compuesto por Dr. Simón. Casassus (Universidad de Chile, Chile; Núcleo Milenio de Discos Protoplanetarios - Ministerio de Economía, Gobierno de Chile), Dr. Sebastián Pérez Márquez (astrofísico – profesor Universidad de Chile), M.R. Schreiber (Universidad Valparaiso, Chile), J. H. Girard ( Observatorio Europeo Austral, Chile),  H. Canovas (Universidad Valparaiso, Chile), P. E. Román (Universidad de Chile, Chile), V, Salinas (Universidad de Chile, Chile).CG. van der Plas (Universidad de Chile, Chile), W. R. F. Dent (Joint ALMA Observatory, Chile; Observatorio Europeo Austral, Chile), E. Fomalont (NRAO, EE.UU.), J. Hagelberg (Observatorio de Ginebra, Suiza), A. Hales (Joint ALMA Observatory, Chile; NRAO, EE.UU.), A. Jordán (Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile), D. Mawet (Observatorio Europeo Austral, Chile), F. Ménard (CNRS / INSU, Francia; Universidad de Chile, Chile; CNRS / UJF Grenoble, Francia),  A. Wootten (NRAO, EE.UU.), D. Wilner (Instituto Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, EE.UU.), A. M. Hughes (U. C. Berkeley, EE.UU.), B. Ercolano (Universidad de Múnich, Alemania)
Fuente: ESO-1301.es / Crédito de las imágenes: ESO-ALMA