miércoles, 26 de marzo de 2014

LOS ASTEROIDES TAMBIÉN PUEDEN TENER ANILLOS


Observaciones llevadas a cabo desde numerosos puntos del sur de América, incluyendo el Observatorio La Silla de ESO en Chile, han descubierto algo sorprendente: el remoto asteroide Chariklo está rodeado por dos densos y estrechos anillos. Es el objeto más pequeño encontrado hasta ahora que cuenta con este tipo de anillos y el quinto objeto que orbita al Sol en el Sistema Solar con esta característica (después de los planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, que lo superan en tamaño). El origen de estos anillos es aún un misterio, pero pueden ser el resultado de una colisión que, posteriormente, haya generado un disco de escombros. Esta impresión artística muestra en primer plano el aspecto que deben tener los anillos: Crédito: ESO/L.Calçada / M.Kornmesser / Nick Risinger (skysurvey.org)
Los anillos de Saturno son una de las visiones más espectaculares del cielo y también se han encontrado anillos menos prominentes alrededor de otros planetas gigantes. Pese a muchas búsquedas detalladas, no se habían encontrado anillos alrededor de objetos de menor tamaño que orbitaran el Sol en nuestro Sistema Solar.
Ahora, observaciones del distante Planeta Menor (10199) Chariklo, llevadas a cabo mientras pasaba frente a una estrella, han mostrado que este objeto también está rodeado por dos finos anillos.

En la actualidad, la IAU (International Astronomical Union) define a todos los objetos que orbitan al Sol que son muy pequeños (no lo suficientemente masivos) para que su propia gravedad les confiera forma casi esférica, como pequeños cuerpos del Sistema Solar. De hecho, esta clasificación incluye a la mayor parte de asteroides del Sistema  Solar, objetos cercanos a la Tierra (NEOSs,Near-Earth Objects), asteroides troyanos de Marte y Júpiter, la mayor parte de los centauros, de los objetos transneptunianos (TNOs, Trans-Neptunian Objects), y de los cometas. En lenguaje informal, las palabras asteroide y planeta menor se usan para referirse al mismo tipo de objeto. El Centro para el estudio de planetas menores de la IAU es el lugar donde se centraliza la detección de pequeños cuerpos en el Sistema Solar. Los nombres asignados constan de dos partes: un número – originalmente el orden de descubrimiento, pero actualmente el orden que especifica si las órbitas están bien determinadas – y un nombre.

  Crédito/ESO /L.Calçada / M.Kornmesser / Nick Risinger (skysurvey.org)

"No estábamos buscando un anillo y no creíamos que cuerpos pequeños como Chariklo los tuvieran, por lo que el descubrimiento – y la impresionante cantidad de detalles que vimos en el sistema – ¡ha sido toda una sorpresa!" afirma Felipe Braga-Ribas (Observatorio Nacional/MCTI, Río de Janeiro, Brasil) autor principal del nuevo artículo y responsable de planear la campaña de observación.
Chariklo es el miembro de mayor tamaño de un tipo de objetos conocidos como centauros  y su órbita se encuentra entre la de Saturno y Urano, en la periferia del Sistema Solar.
Los centauros son cuerpos pequeños de órbitas inestables que se encuentran en las zonas más externas del Sistema Solar y que cruzan las órbitas de planetas gigantes. Dado que sus órbitas sufren frecuentes perturbaciones, se espera que permanezcan en esas órbitas durante tan solo unos millones de años. Los centauros son distintos de los asteroides del cinturón principal, mucho más numerosos, que se encuentran entre las órbitas de Marte y Júpiter y que pueden provenir de la región del Cinturón de Kuiper. Tienen ese nombre porque, al igual que los míticos centauros — comparten las características de dos “especies” diferente, en este caso los cometas y los asteroides. El propio Chariklo parece más un asteroide y no parece tener actividad cometaria.

                    Crédito/ESO /L.Calçada / M.Kornmesser / Nick Risinger (skysurvey.org)

Las predicciones mostraban que pasaría frente a la estrella UCAC4 248-108672 el 3 de junio de 2013, vista desde el sur de América. Utilizando siete telescopios, incluyendo el telescopio danés de 1,54 metros y el telescopio TRAPPIST, ambos en el Observatorio La Silla de ESO , El evento, publicado recientemente, fue predicho siguiendo una búsqueda sistemática dirigida con el Telescopio MPG/ESO de 2,2 metros instalado en el Observatorio La Silla de ESO. En Chile, los astrónomos fueron capaces de ver que, aparentemente, la estrella desparecía durante unos segundos a medida que Chariklo pasaba frente a ella, presenciando así una ocultación.

Encontraron mucho más de lo que esperaban. Unos segundos antes y unos segundos después de la ocultación principal, hubo dos bajadas más, muy cortas, en el brillo aparente de la estrella.
¡Algo alrededor de Chariklo bloqueaba la luz! Comparando lo que se vio desde los diferentes emplazamientos, el equipo pudo reconstruir, no solo la forma y el tamaño del objeto en sí, sino que además pudieron determinar la forma, la anchura, la orientación y otras propiedades de los nuevos anillos descubiertos.
El equipo descubrió que el sistema de anillos está formado por dos anillos muy definidos de tan solo tres y siete kilómetros de ancho, separados por un espacio despejado de nueve kilómetros — alrededor de un objeto pequeño de 250 kilómetros de diámetro que orbita más allá de Saturno.
Los anillos de Urano y los arcos de anillo que rodean a Neptuno fueron descubiertos de forma similar durante ocultaciones que tuvieron lugar en los años 1977 y 1984, respectivamente. Los telescopios de ESO también estuvieron involucrados en el descubrimiento del anillo de Neptuno.
"Para mí fue sorprendente descubrir que éramos capaces, no sólo de detectar un sistema de anillos, sino de especificar que se trata de dos anillos claramente diferenciados", añade Uffe Gråe Jørgensen (Instituto Niels Bohr, Universidad de Copenhague, Dinamarca), miembro del equipo. "Intento imaginar cómo sería estar sobre la superficie de este objeto helado,  — lo suficientemente pequeño como para que un coche deportivo pequeño que alcanzase la velocidad de escape lo lanzara a través del espacio — y mirar fijamente a un sistema de anillos de 20 kilómetros de ancho mil veces más cerca que la Luna".  Siendo estrictos, el coche debería ser bastante veloz — algo así como un Bugatti Veyron 16.4 o un McLaren F1 — ya que la velocidad de escape es de unos 350 km/hora!
Pese a que hay muchas preguntas que permanecen sin respuesta, los astrónomos creen que este tipo de anillos parecen formarse  a partir de los restos generados tras una colisión. Los restos quedan confinados en los dos estrechos anillos por la presencia de pequeños satélites putativos.
"Por tanto, al igual que los anillos, es muy probable que Chariklo tenga, al menos, una pequeña luna esperando ser descubierta," añade Felipe Braga Ribas.
Los anillos pueden ser un fenómeno que, a su vez, lleve a la formación de una pequeña luna. Una secuencia de acontecimientos como esta, a una escala mucho mayor, podría explicar el nacimiento de nuestra propia Luna en los inicios del Sistema Solar, así como el origen de muchos otros satélites alrededor de planetas y asteroides.
Enlace al vídeo: ESO cast 64 que muestra como las observaciones permitieron  el descubrimiento de los anillos en el asteroide Chariklo, siendo el objeto más pequeño que tiene anillos.

Los responsables del proyecto llaman de manera provisional a estos anillos con los sobrenombres de Oiapoque y Chuí, dos ríos cerca de los extremos norte y sur de Brasil. Estos nombres son de uso informal, los nombres oficiales los asignará la IAU, siguiendo normas preestablecidas.

Este trabajo fue presentado en el artículo titulado “Aring system detected around the Centaur (10199) Chariklo”, por F. Braga-Ribas et al., que aparece online en la revista Nature del 26 de marzo de 2014.
Fuente: ESO 1410 es / 26 de marzo de 2014