Observaciones
llevadas a cabo desde numerosos puntos del sur de América, incluyendo el
Observatorio La Silla
de ESO en Chile, han descubierto algo sorprendente: el remoto asteroide Chariklo
está rodeado por dos densos y estrechos anillos. Es el objeto más pequeño encontrado
hasta ahora que cuenta con este tipo de anillos y el quinto objeto que orbita
al Sol en el Sistema Solar con esta característica (después de los planetas
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, que lo superan en tamaño). El origen de
estos anillos es aún un misterio, pero pueden ser el resultado de una colisión
que, posteriormente, haya generado un disco de escombros. Esta impresión artística muestra en primer plano el aspecto que deben tener los anillos: Crédito: ESO/L.Calçada / M.Kornmesser / Nick Risinger (skysurvey.org)
Los anillos de Saturno son una de las visiones más espectaculares
del cielo y también se han encontrado anillos menos prominentes alrededor de
otros planetas gigantes. Pese a muchas búsquedas detalladas, no se habían
encontrado anillos alrededor de objetos de menor tamaño que orbitaran el Sol en
nuestro Sistema Solar.
Ahora, observaciones del distante Planeta Menor (10199) Chariklo, llevadas a cabo mientras pasaba
frente a una estrella, han mostrado que este objeto también está rodeado por
dos finos anillos.
En la actualidad,
la IAU
(International Astronomical Union) define a todos los objetos que orbitan al
Sol que son muy pequeños (no lo suficientemente masivos) para que su propia
gravedad les confiera forma casi esférica, como pequeños cuerpos del Sistema Solar. De hecho,
esta clasificación incluye a la mayor parte de asteroides del Sistema
Solar, objetos cercanos a la
Tierra (NEOSs,Near-Earth Objects), asteroides
troyanos de Marte y Júpiter, la mayor parte de los centauros, de los objetos
transneptunianos (TNOs, Trans-Neptunian Objects), y de los cometas. En lenguaje
informal, las palabras asteroide y planeta menor se usan para referirse al
mismo tipo de objeto. El Centro para el estudio de planetas menores de la IAU es
el lugar donde se centraliza la detección de pequeños cuerpos en el Sistema
Solar. Los nombres asignados constan de dos partes: un número – originalmente
el orden de descubrimiento, pero actualmente el orden que especifica si las
órbitas están bien determinadas – y un nombre.
"No estábamos buscando un anillo y no creíamos que
cuerpos pequeños como Chariklo los tuvieran, por lo que el descubrimiento – y
la impresionante cantidad de detalles que vimos en el sistema – ¡ha sido toda
una sorpresa!" afirma Felipe Braga-Ribas (Observatorio
Nacional/MCTI, Río de Janeiro, Brasil) autor principal del nuevo artículo y
responsable de planear la campaña de observación.
Chariklo es el miembro de mayor tamaño de un tipo de objetos
conocidos como centauros y su órbita se
encuentra entre la de Saturno y Urano, en la periferia del Sistema Solar.
Los centauros son
cuerpos pequeños de órbitas inestables que se encuentran en las zonas más
externas del Sistema Solar y que cruzan las órbitas de planetas gigantes. Dado
que sus órbitas sufren frecuentes perturbaciones, se espera que permanezcan en
esas órbitas durante tan solo unos millones de años. Los centauros son
distintos de los asteroides del cinturón principal, mucho más numerosos, que se
encuentran entre las órbitas de Marte y Júpiter y que pueden provenir de la
región del Cinturón de Kuiper. Tienen ese nombre porque, al igual que los míticos
centauros — comparten las características de dos “especies”
diferente, en este caso los cometas y los asteroides. El propio Chariklo parece más un asteroide y no
parece tener actividad cometaria.
Las predicciones mostraban que pasaría frente a la estrella UCAC4
248-108672 el 3 de junio de 2013, vista desde el sur de América. Utilizando siete
telescopios, incluyendo el telescopio danés
de 1,54 metros y el telescopio TRAPPIST,
ambos en el Observatorio La
Silla de ESO , El evento, publicado
recientemente, fue predicho siguiendo una búsqueda sistemática
dirigida con el Telescopio MPG/ESO de 2,2 metros instalado en el Observatorio La Silla de ESO. En Chile, los
astrónomos fueron capaces de ver que, aparentemente, la estrella desparecía
durante unos segundos a medida que Chariklo pasaba frente a ella, presenciando
así una ocultación.
Encontraron mucho más de lo que esperaban. Unos segundos antes y
unos segundos después de la ocultación principal, hubo dos bajadas más, muy
cortas, en el brillo aparente de la estrella.
¡Algo alrededor de Chariklo bloqueaba la luz! Comparando lo que se
vio desde los diferentes emplazamientos, el equipo pudo reconstruir, no solo la
forma y el tamaño del objeto en sí, sino que además pudieron determinar la
forma, la anchura, la orientación y otras propiedades de los nuevos anillos
descubiertos.
El equipo
descubrió que el sistema de anillos está formado por dos anillos muy definidos
de tan solo tres y siete kilómetros de ancho, separados por un espacio
despejado de nueve kilómetros — alrededor de un objeto pequeño de 250 kilómetros de
diámetro que orbita más allá de Saturno.
Los anillos
de Urano y los arcos de anillo que rodean a Neptuno fueron descubiertos de
forma similar durante ocultaciones que tuvieron lugar en los años 1977 y 1984,
respectivamente. Los telescopios de ESO también estuvieron involucrados en el
descubrimiento del anillo de Neptuno.
"Para mí fue sorprendente descubrir que éramos capaces, no sólo de
detectar un sistema de anillos, sino de especificar que se trata de dos anillos
claramente diferenciados", añade Uffe Gråe Jørgensen
(Instituto Niels Bohr, Universidad de Copenhague, Dinamarca), miembro del
equipo. "Intento
imaginar cómo sería estar sobre la superficie de este objeto helado, — lo
suficientemente pequeño como para que un coche deportivo pequeño que alcanzase
la velocidad de escape lo lanzara a través del espacio — y mirar fijamente a un
sistema de anillos de 20
kilómetros de ancho mil veces más cerca que la Luna ". Siendo estrictos, el
coche debería ser bastante veloz — algo así como un Bugatti Veyron 16.4 o un McLaren F1 — ya
que la velocidad de escape es de unos 350 km/hora!
Pese a que
hay muchas preguntas que permanecen sin respuesta, los astrónomos creen que
este tipo de anillos parecen formarse a partir de los restos generados
tras una colisión. Los restos quedan confinados en los dos estrechos anillos
por la presencia de pequeños satélites putativos.
"Por tanto, al igual que los anillos, es muy probable que Chariklo tenga,
al menos, una pequeña luna esperando ser descubierta," añade
Felipe Braga Ribas.
Los anillos
pueden ser un fenómeno que, a su vez, lleve a la formación de una pequeña luna.
Una secuencia de acontecimientos como esta, a una escala mucho mayor, podría
explicar el nacimiento de nuestra propia Luna en los inicios del Sistema Solar,
así como el origen de muchos otros satélites alrededor de planetas y
asteroides.
Enlace al vídeo: ESO cast 64 que muestra como las observaciones permitieron el descubrimiento de los anillos en el asteroide Chariklo, siendo el objeto más pequeño que tiene anillos.
Este trabajo fue presentado en el artículo titulado “Aring system detected around the Centaur (10199) Chariklo”, por F. Braga-Ribas et al., que aparece online en la revista Nature del 26 de marzo de 2014.
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