sábado, 29 de septiembre de 2018

CRITERIOS DE ESTABILIDAD PARA COMUNIDADES MICROBIANAS COMPLEJAS.


La competencia y el mutualismo son procesos inevitables en la ecología microbiana, y una pregunta central es qué y cuántos taxones persistirán frente a estas interacciones. 
Los ricos ecosistemas albergan a miles de especies que interactúan en redes enmarañadas que abarcan la depredación, el mutualismo y la competencia.
Tal biodiversidad generalizada es desconcertante, porque en los modelos ecológicos es extremadamente improbable que las comunidades grandes coexistan de manera estable
  
La teoría ecológica ha demostrado que cuando las interacciones directas, por pares, entre un grupo de especies son demasiado numerosas o demasiado fuertes, entonces la coexistencia de estas especies será inestable ante cualquier perturbación leve.

Esta inestabilidad empeora cuando las interacciones mutualistas complementan la competencia. Aquí, refinamos y en cierta medida revocamos esa comprensión, al considerar explícitamente los recursos que los microbios consumen y producen.

A diferencia de los organismos más complejos, las células microbianas consumen principalmente recursos abióticos, y las interacciones mutualistas a menudo son mediadas por estos mismos recursos abióticos a través del mecanismo de alimentación cruzada.
Por lo tanto, nuestro modelo considera el consumo y la producción de un conjunto de recursos abióticos por un grupo de especies microbianas. 

Mostramos que, si los microbios consumen, pero no producen recursos, entonces cualquier equilibrio positivo siempre será estable a pequeñas perturbaciones. 

Continuamos para mostrar que en presencia de la alimentación cruzada, la estabilidad ya no está garantizada. Sin embargo, la estabilidad aún se mantiene cuando las interacciones mutualistas son simétricas o suficientemente débiles.

El trabajo Stacey Butler, James O’Dweyer se encuentra en BioRxiv doi: https://doi.org/10.1101/293605 y bajo  el título Coexistence of many species in random ecosystems en Nature Ecology & Evolution 2,1237-1242 (2018)
Fuente: BioRxiv – Nature - Quanta

Traducción libre de Soca