domingo, 17 de abril de 2016

MUERTE DE PAJAROS, ARBOLES, INSECTOS, ANIMALES, PECES – TERREMOTOS, ALUVIONES, TEMPORALES IMPREVISTOS ETC., ¿ESTAMOS EN LA SEXTA EXTINCIÓN?

Según se informó, en marzo de 2015,  una ballena con 20 kilos de plástico en el estómago fue encontrada muerta en la costa holandesa de Helling., la mayor parte del material encontrado procedía de las cubiertas de plástico que se  usan en los invernaderos de los Países Bajos para cultivar tomates. El animal pesaba 50 toneladas y medía unos 14 metros de largo. Durante la autopsia que se le practicó, se encontraron en su organismo 59 piezas de plástico que pesaban unos 20 kilos. El caso es similar  otro  hallazgo registrado este mismo mes en las costas andaluzas, cuando también una ballena fue encontrada muerta a raíz de la ingesta de plásticos de los invernaderos de Almería y Granada. Crédito: Ecología verde
En los últimos 500 millones de años, la vida en la Tierra ha sido prácticamente aniquilada cinco veces, por situaciones tales como: Movimientos Geológicos internos, Grandes Glaciaciones, Impacto de un asteroide  o erupción volcánica que afectó el nivel de los mares, Volcanismo, y el impacto desde el espacio de una roca estrellada en el Golfo de México hace 65 millones de años, que borró a los dinosaurios y un montón de otras especies. Estos eventos se conocen como las cinco  grandes extinciones en masa y en la actualidad, los signos sugieren que estamos en el umbral de una sexta extinción.
En la actualidad, un grupo de científicos, entre los cuales se encuentra Paul Ehrlich, profesor de Estudios de la Población en Biología y miembro Senior del Instituto Woods para el Medio Ambiente de Stanford, en los Estados Unidos, que de acuerdo a los últimos estudios realizados, llegaron a la conclusión  que nuestro planeta está entrando en la sexta extinción masiva, la cual amenaza la existencia de los seres humanos. Se estima que el planeta perderá en un lapso de tres generaciones, muchos de los beneficios obtenidos por la biodiversidad; “Estamos cortando la rama sobre la que estamos sentados”, señala el profesor  Ehrlich. Lamentablemente, los seres humanos son los principales responsables que la nueva extinción se acelere más y más.
Hay situaciones que se están desarrollando y que los seres humanos no le dan importancia; es el caso de lo ocurrido en las costas de Helling en Holanda, donde se encontró  una ballena  muerta de 50 toneladas de peso y 14 metros de largo y que  en su estómago, tenía 20 kilos de plástico que en su mayoría correspondían a cubiertas plásticas usadas en los invernaderos de los Países Bajos para cultivar tomates que luego son vendidos en los mercados europeos. No es la primera y única ballena encontrada muerta, poco tiempo antes otra ballena muerta había sido encontrada en las costas de Andalucía, España, que en su estómago contenía plásticos de los invernaderos de Almería y Granada.
A lo anterior, hay que agregar que para muchos expertos, el problema medio ambiental derivado del calentamiento climático es preocupante, pero lo supera la degradación de los océanos.
 De acuerdo con un informe publicado en la revista Science pone de manifiesto que una tercera parte de los arrecifes de coral están en peligro de extinción. En el año 2004, un estudio científico realizado por el Earth Policy Institute, alertó como la más severa de los últimos  50 años, que podría acabar con un 15% de las especies animales y un 37% de las plantas del planeta para el año 2050. Los investigadores dicen que el cambio climático, la urbanización en las zonas costeras, la sobre pesca y la contaminación de las aguas, son las principales amenazas. Es el primer estudio que evalúa los riesgos de la extinción de todas las especies que producen los arrecifes coralinos; las perspectivas son sombrías en vista del calentamiento global.
El fenómeno de El Niño en 1997 y 1998 incrementó la temperatura de las aguas lo suficiente para eliminar aproximadamente el 16% de los arrecifes de coral  del mundo. Al calentarse las aguas, los pólipos coralinos expulsan los organismos que viven en una relación simbiótica con el coral, los cuales pierden el color y los arrecifes al desteñirse, empiezan a morir por la falta de nutrientes.
La intención humana de comprometerse en colaborar en el reciclaje de su basura,  mayormente sólo  son buenas intenciones, botar plásticos y demás residuos se mantiene a todo nivel,  incrementando la contaminación de los mares, “actividad que está creciendo de una manera alarmante”
El reciclado de los artículos de plástico (bolsas y demás artículos) es muy complejo. Su mayor problema radica en la dificultad en automatizar la ordenación de los residuos, algo que resulta  extremadamente laborioso, por cuanto la basura plástica solo se puede reciclar o rehusar. Se estima que una bolsa plástica necesita miles de años para descomponerse. Se estima que desde el año 1950 del pasado siglo XX han sido descartadas  mil millones de toneladas de plástico, plástico que podría mantenerse intacto durante cientos o miles de años según  donde se encuentre.
Se conoce que la tasa media de diversas especies en extinción, es al menos 100 veces más alta que la que los paleontólogos consideran como “normal”; Esta cifra sale del trabajo de Elizabeth Kolbert (que le valió un Pulitzer) y que fue planteado en su libro “La Sexta Extinción”.
El trabajo de Kolbert ha marcado un antes y después de como la comunidad científica y política percibe el problema por irse al lado opuesto de  los estudios anteriores, que “es extremadamente conservador”. Dicho de otro modo, la estimación de esa tasa de extinción, probablemente sea mucho más baja. Las especies  desaparecidas en los últimos 100 años, en otras condiciones habrían tardado entre 1 a 10 milenios en desaparecer.
Los seres humanos ¿por qué son responsables?
La culpa de los seres humanos es incuestionable, por cuanto,  los principales cambios implicados son el cambio climático, la deforestación, la alteración del equilibrio de los océanos y de la agricultura. Como ejemplo se puede nombrar la extinción del Dodo y de la Paloma Migratoria debido a la caza indiscriminada. En 1871 había 136 millones de palomas, en 1885,  14 años más tarde, solo quedaban en algunos reductos, muriendo la última en 1914 que se encontraba en cautividad en el zoológico de Cincinatti.
Más actualmente,  tenemos otra ola de extinciones de aves en América del Sur, varias especies de aves están entrando en sus etapas evolutivas finales. En el noreste de Brasil es especialmente grave, los pájaros como el Philydor Novaesi, el Pernambuco, el Luchucita, el Cryptic Treehunter están desapareciendo, situación que presagia un punto de inflexión en una crisis mundial de la biodiversidad.
Las extinciones de aves no son nada nuevo. La actividad humana ha borrado ya más de mil especies. Pero la gran mayoría de ellas se produjo en las islas oceánicas. Hoy en día, a pesar de que permanecen las especies insulares, estas están desproporcionadamente amenazadas; estamos asistiendo a un cambio histórico hacia la puesta en peligro de las especies de aves continentales. El philydor novaesi, fue visto por última vez en 2011. Esta nueva ola de amenazas, impulsada principalmente por la pérdida del hábitat, es muy preocupante porque los bosques de América del Sur son el hogar de una concentración de la diversidad de aves, sin embargo, las estrategias de conservación son todavía un trabajo en progreso.
El problema con los trópicos
Para apreciar la importancia de las extinciones inminentes de hoy en día en los trópicos, hay que viajar al norte de los grandes bosques de hoja caduca del este de los Estados Unidos, los cuales están siendo perseguidos por los fantasmas de las extinciones del pasado; se han perdido aparentemente para siempre, las nubes de palomas migratorias que oscurecían el Sol, los estridentes grupos de periquitos en Carolina y la monótona canción de la curruca de Bachman. La culpa de estas cuatro extinciones se han establecido firmemente debido a la deforestación histórica.
Según la International Union of Conservation of Nature de 77.430 especies que se encuentran en peligro de extinción, 22.784 están  seriamente amenazadas debido a cambios en el hábitat de la especie en cuestión. De seguir este ritmo, los primeros severos problemas, podrían comenzar antes de un par de generaciones. El principal ejemplo  es la muerte de los insectos, los cuales están implicados en la polinización. El caso más representativo es el de las abejas,  que de extinguirse, la alimentación de los humanos y de otras especies, llegaría a su fin, por cuanto el principal punto es la relación directa entre una acción y sus fatales consecuencias para la humanidad, debido que repercute de varias maneras distintas en las especies, que muchas veces están entrelazadas, provocando que las masivas extinciones a menudo se produzcan por una simple reacción en cadena.
Y ¿los humanos serán víctimas de una extinción provocada por ellos mismos? De ser así ¿Sobrevivirán? Es una pregunta compleja pero parece que sí, debido en parte al nivel de inteligencia de la especie y su capacidad de adaptación. La pregunta no es si podemos sobrevivir, sino si los seres humanos merecen la pena de vivir en un mundo al que le falta el 85% de sus especies.
Los datos obtenidos a nivel global, revelan que en los últimos decenios, conforme los mares se van calentando, los huracanes se han vuelto más intensos, comprobando que paulatinamente el calentamiento global atañe tanto a la ciencia como a la política, lamentablemente, estas dos disciplinas no siempre se han llevado bien. La ciencia llega a conclusiones tentativas y la política trata con absolutos. La ciencia, invariablemente,  es una labor fundamental en la incertidumbre, y para los que toman decisiones políticas, la incertidumbre es una justificación para no hacer nada (o para exigir que se hagan más comisiones para hacer los estudios).
Así que es  posible que a partir de ahora, los seres humanos podrían en realidad, nunca vivir en un mundo que no está en un estado de recuperación de una gran extinción, si no es  que esta al medio de una. Recordemos que la especie humana sólo está hace 200.000 años, una ínfima parte de los millones de años de la Tierra, la cuestión es si estaremos o seremos víctimas de nuestros propios medios de extinción y no sea la misma especie que esté en el momento que el planeta se halla recuperado.
En resumen, el ser humano ha sido el primer ser vivo con una capacidad de influencia global y determinante sobre la vida; desde las primeras bacterias que fue el primer organismo con capacidad de fotosíntesis aparecido unos 4.000 millones de años, provocó una completa transformación en la atmósfera terrestre, la cual se enriqueció de oxígeno, un mortal veneno para la mayoría de los seres vivos. Solo los que lograron adaptarse sobrevivieron, entre ellos los que dieron origen al ser humano.
El ser humano también tiene la capacidad de influenciar globalmente, por lo tanto, de abusar del medio natural, siendo un arma de destrucción masiva que puede extinguir la vida, pero tiene la capacidad de pensar, a diferencia de aquellas bacterias iniciales y puede  rectificar a tiempo su contribución al cambio climático. ¿Lo hará? 
Fuente: La Voz del Agro / es.Gizmodo (Carlos Rebato) / Wikipedia / IUCN / National Geographic / BBC Mundo / Science / Richard Fortey / Science et al.

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