Crédito: NASA Nave Nuevos Horizontes ilustración artística
La Misión New Horizons (Nuevos
Horizontes en español) es una misión espacial no tripulada
de la agencia espacial estadounidense (NASA)
destinada a explorar Plutón,
sus satélites y
probablemente el cinturón de Kuiper.
La sonda
se lanzó desde Cabo Cañaveral el 19 de enero de 2006
tras posponerse la fecha original de su lanzamiento por mal tiempo.
New
Horizons viajó primero hacia Júpiter, donde
llegó en febrero-marzo de 2007. A su paso por Júpiter aprovechó la asistencia
gravitatoria del planeta para adquirir una diferencia de
velocidad de unos 4 023.36 m/s(14 482.8 km/h).
Llegó al
punto más cercano a Plutón el 14 de julio de 2015, a las 11:49:04 UTC.
Tras dejar
atrás Plutón, la sonda probablemente sobrevuele uno o dos objetos del cinturón de Kuiper.
La
nave New Horizons de la NASA llegará el 1 de enero de 2019 a las 5.33 de la mañana UTC a Ultima Thule, el astro más lejano jamás
visitado por los seres humanos.
Lo poco
que se sabe de él es que está a 6.600 millones de kilómetros del Sol, un 12% más lejos
que la distancia media a Plutón. Que su superficie es rojiza y casi tan oscura como el
asfalto. Que mide unos 30 kilómetros de longitud. Y que tiene forma irregular.
Todo el resto deberá
averiguarlo New Horizons cuando sobrevuele Ultima Thule el 1 de enero: su forma
y tamaño precisos, si tiene lunas o anillos, su composición o su temperatura.
Incluso si se trata de un solo asteroide, o de varios que se mantienen unidos
por la gravedad, ya que las fotos tomadas hasta ahora no lo han podido aclarar.
Será un breve encuentro,
ya que New Horizons está volando a
50.000 kilómetros por hora, demasiado rápido para ser atrapada por el débil
campo gravitatorio de Ultima Thule y poder quedarse en órbita a su alrededor.
Pero los responsables de
la misión esperan que las observaciones realizadas entre el 31 de diciembre de
2018 y el 2 de enero de 2019 ayuden a comprender mejor el Cinturón de Kuiper,
el enorme anillo formado por millones de pequeños astros helados que se
encuentra más allá de la órbita de Neptuno.
“Ultima Thule es especial”, declaró el 20 de diciembre Alan
Stern, investigador principal de New Horizons, en el blog de la NASA sobre la
misión. “Creemos que es la muestra mejor
preservada de un bloque de construcción de planetas que se ha explorado jamás”.
Para Stern, el mayor
interés de Ultima Thule es que, como es demasiado pequeño para tener actividad
geológica y como ha estado siempre preservado a las bajas temperaturas del
cinturón de Kuiper, sus materiales apenas se han modificado desde que se formó.
Por lo tanto, abrirá “una ventana a las etapas iniciales de la
formación de planetas y a cómo era el sistema solar hace 4.500 millones de
años”.
Pese a su interés
científico, Ultima Thule no era el destino de New Horizons cuando la nave
partió de la Tierra en el 2006.
En aquel momento, ni tan
solo se había descubierto. El objetivo principal de la misión era explorar
Plutón y sus lunas, adonde New Horizons llegó en el 2015.
Antes del encuentro con
Plutón, sin embargo, la NASA empezó a buscar astros del cinturón de Kuiper que
la nave pudiera ir a visitar.
Dado que New Horizons debe
encender su motor y gastar combustible para cambiar de trayectoria, y que sólo
le quedaban 33 kilos de hidrazina, el astro elegido debía encontrarse cerca de
la región del espacio hacia la que se dirigía la nave. La tarea de buscar el
destino se encomendó el telescopio Hubble, el único capaz de encontrar astros
interesantes para la misión en el cinturón de Kuiper.
El telescopio espacial
descubrió tres posibles objetivos en el 2014. Ultima Thule, técnicamente llamado 2014MU69, no se eligió porque fuera el más atractivo – había un
candidato mejor- sino porque era el que ofrecía más posibilidades de llegar
hasta él con el combustible disponible.
Aun así, llegar a Ultima
Thule no está siendo fácil. Después de dejar atrás Plutón y sus cinco lunas, la
nave encendió brevemente su motor en cuatro ocasiones entre octubre y noviembre
del 2015 para poner rumbo al asteroide.
El astro es tan pequeño y
oscuro, y se ha descubierto hace tan poco, que no se sabe exactamente dónde
está exactamente ni cómo se está moviendo. Las observaciones del Hubble indican
que su órbita alrededor del Sol es casi circular y se sitúa aproximadamente en
el mismo plano que la de los planetas –a diferencia de la de Plutón, que
describe una elipse más alargada y está inclinada-.
Pero el telescopio
espacial no ha podido ver con nitidez ni qué forma tiene ni cómo gira sobre sí
mismo. Tampoco las cámaras de New Horizons lo han podido distinguir hasta hace
unas semanas y, aun así, sólo en un píxel por imagen.
A medida que la nave se
aproxima al asteroide, “la incertidumbre
sobre la posición de MU69 se convierte en un problema significativo, porque la
posición real del astro puede quedar completamente fuera del campo de visión de
una foto”, explica la astrónoma Emily Ladkdawalla, que no participa en la
misión, en la web de la Sociedad Planetaria de EE.UU.
El problema es comparable
al de querer fotografiar un monumento desde una ventana del AVE. Cuanto más
cerca pasa el tren del monumento, y cuanto más rápido va, más fácil es que el
monumento quede fuera de la foto. En este caso, New Horizons se aproximará a
3.500 kilómetros de Ultima Thule, tres veces más cerca que cuando sobrevoló
Plutón.
Para asegurarse de que en
algunas de las imágenes aparezca Ultima Thule, se han enviado instrucciones a
New Horizons para que haga un barrido de la región del cielo donde es más
probable que esté. Tomará unas 900 imágenes, aunque el asteroide sólo aparecerá
en un pequeño número de ellas.
Los siete instrumentos
científicos que la nave lleva a bordo, además, estudiarán la composición y la
temperatura de Ultima Thule, así como su interacción con el viento solar.
“La posible existencia de anillos y de lunas, la presencia de
cráteres y la sublimación de compuestos volátiles son algunos de los resultados
más interesantes que se pueden esperar”, declara José Luis Ortiz,
especialista en objetos transneptunianos del Instituto de Astrofísica de
Andalucía. “Pero, cuando se explora algo
por primera vez, siempre se encuentran resultados interesantes, y a menudo no
son los que uno preveía. Habrá que esperar a ver qué encontramos”.
El investigador principal
de la misión, Alan Stern, coincide en que “nadie
sabe qué nos revelará Ultima; esto es lo más interesante; es exploración en
estado puro”, según ha declarado en el blog de la NASA.
New Horizons tendrá que
hacer las observaciones de manera autónoma, sin recibir instrucciones sobre la
marcha desde la Tierra, como ya hizo en Plutón.
A la distancia a la que se
encuentra, sus comunicaciones tardan
seis horas en llegar a la Tierra y harían falta otras seis horas para
hacerle llegar nuevas instrucciones. Demasiado tiempo: doce horas después la
nave estaría 600.000 kilómetros más allá y podría haber pasado de largo de
Ultima Thule.
Por ello, New Horizons
está volando desde el 26 de diciembre en el llamado Modo Encuentro, que prevé
que resuelva por sí misma los imprevistos que puedan surgir. El centro de
control de la misión, situado en la Universidad Johns Hopkins en Maryland,
puede enviarle instrucciones actualizadas hasta el 31 de diciembre si detecta
algún imprevisto.
Después, la nave dejará de
comunicarse con la Tierra durante unas horas para concentrar toda su energía en
registrar tanta información como sea posible sobre Ultima Thule. La primera
comunicación tras el encuentro se espera el 1 de enero a las 16 h 28 m (hora
española). Será sólo una llamada para informar sobre el estado en que se
encuentra la nave tras pasar junto a Ultima Thule, donde no se descarta que
pueda sufrir daños por el impacto de rocas o granos de polvo no detectados con
antelación. La primera foto, de sólo 10.000 píxeles, debería llegar también el
martes a partir de las 21.15 y hacerse pública el miércoles.
En los días y semanas
siguientes, empezarán a llegar fotos en resoluciones más altas y los datos
científicos que ayudarán a comprender mejor cómo es el cinturón de Kuiper. Pero
la cosecha será lenta. New Horizons registrará 50 gigabits de datos en Ultima
Thule. Para transmitirlos a la Tierra, necesitará 20 meses.
Wikipedia / You Tube
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