jueves, 8 de noviembre de 2018

TODOS DESEAMOS QUE ‘OUMUAMUA’ SEA UNA NAVE EXTRATERRESTRE…PERO LA REALIDAD ES OTRA Todo lo que los científicos saben, y no saben

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Ilustración de la... ¿nave espacial?, ¿cometa?, ¿asteroide? Lo que sea. (NASA)

Para todo hay una primera vez, especialmente para los astrónomos. Hasta octubre de 2017…

Para todo hay una primera vez, especialmente para los astrónomos. Hasta octubre de 2017, cuando el telescopio espacial Hubble detectó la presencia de Oumuamua cerca de la órbita de Mercurio, nunca se había detectado un objeto con un origen interestelar, es decir, ajeno a nuestro propio sistema solar.

Al principio, los científicos lo catalogaron como un cometa, luego como un asteroide y, finalmente, Oumuamua ha vuelto a los titulares después de que dos astrónomos de Harvard, Abraham Loeb y Shmuel Bialy, explicaran en un artículo subido a arXiv (un repositorio de 'pre-prints', estudios aún no publicados en una revista científica) que "no descartan" que el extraño objeto pudiera ser una nave extraterrestre o una parte de ella.

Asumo que todos ustedes están, en el fondo, deseando que los científicos anuncien "¡sí, es exactamente eso, una nave extraterrestre, no estamos solos en el universo después de todo!", por tanto les ha sorprendido que un gremio tan generalmente cauto haya deslizado esta posibilidad. Bien, en ese caso, no les voy a atosigar con irrelevancias. Esto es básicamente lo que necesitamos saber.

¿Hay más científicos creyendo que es un ovni?

Oficialmente, no. La teoría oficial, es decir, la de la sacrosanta NASA, que es quien lo ha estudiado con más detenimiento, sostiene que Oumuamua es un objeto natural. Obviamente, a todos nos gusta fliparnos, mucho más a quienes se dedican profesionalmente a ello.

Paul Chodas, del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, revelaba hace unos días en un AMA (acrónimo de 'pregúntame cualquier cosa' en inglés) de Reddit que pensó en la posibilidad de que Oumuamua fuese una nave espacial después de leer la novela fantástica 'Cita con Rama', de Arthur C. Clarke. "Era difícil no hacerlo, pero luego tenemos que preguntarnos cuál es la explicación más probable para este objeto, y nuestros análisis de la aceleración no-gravitacional eran bastante convincentes de que se trata de un objeto natural".
Ilustración de cómo podría ser Oumuamua. (ESO)

Del mismo modo se expresaba Karen Meech, del Instituto de Astronomía de la agencia: "Creo que, tras el primer descubrimiento, muchos de nosotros pensamos 'y si...', pero como científicos tenemos que ir por el cuidadoso camino de examinar todas las posibles explicaciones y todo era consistente con un objeto natural".

¿Por qué se llegó a creer que podía ser... eso?

Nunca antes habíamos podido observar tan cerca (a 30 millones de kilómetros de nuestro planeta) un objeto tan lejano.
Oumuamua pasó rápido, era pequeño... En fin, no se pudieron recoger demasiados datos al respecto, más allá de su origen en la Constelación de Lira, pero los análisis apreciaron que, a diferencia de los demás objetos conocidos, este tenía una forma peculiar, como de aguja (otros, como el legendario científico e ilustrador espacial William K. Hartmann, lo han representado como una especie de hamburguesa).

Casi todas las certidumbres sobre su forma proceden de un estudio publicado en marzo de este año en 'Astrophysical Journal Letters'. Sus autores concluían que Oumuamua "tiene forma de puro cuando está cerca de su menor energía rotacional y de esferoide extremadamente achatado cuando está cerca de su mayor estado energético".

También generaba dudas que cruzase el espacio tambaleándose, como un 'frisbee' cuando se desacelera, en lugar de ir rotando suavemente, o que al acercarse al Sol saliera despedido en dirección contraria y acelerando mucho más.
La versión oficial es que bajo la superficie de este objeto se acumulan muchos gases congelados y que al acercarse a nuestra estrella, la temperatura aumentó por encima de los 300ºC y estos gases comenzaron a escapar, propulsando el objeto en dirección contraria al astro.




¿Qué importa si es un cometa o un asteroide?

Aquí está todo el meollo. Aunque para cualquiera en la calle estos dos términos puedan parecer sinónimos de "piedra enorme que vuela por el espacio", para los científicos son tan diferentes como un huevo y una castaña.
Sin embargo, cuando uno observa un trozo de material de 160 metros de largo a 30 millones de kilómetros, no es nada fácil distinguir entre huevo y castaña.

Por ello se estudia su trayectoria y, a partir de ahí, uno adivina muchas más cosas, como la densidad. Los cometas son muchísimo más ligeros que los rocosos asteroides, suelen tener una densidad de 500 kilos por metro cúbico de material (están hechos sobre todo de hielo y polvo) frente a los 3.500 kilos de los asteroides.
También son más sensibles al 'outgassing', es decir, que sus gases se evaporen e impulsen al cometa.
Otra ilustración del cometa... o asteroide. (NASA / JPL)

Por eso, como no parecía tener la cola de los cometas, al principio se pensó en un asteroide, pero dado que luego se alejó del Sol aumentando su aceleración, se volvió a la hipótesis del cometa. "En los últimos meses, numerosos investigadores habían ideado mecanismos a cual más extraño para explicar la expulsión de un asteroide de un sistema estelar", explica Daniel Marín en un 'post' de 'Naukas'. "Pero si Oumuamua es un cometa, todo vuelve a tener sentido".

La tesis de Loeb y Bialy es justamente la contraria, que Oumuamua no experimentó esa desgasificación y por tanto no puede ser un cometa, lo que les llevó a evaluar la 'exótica' posibilidad de que fuera una nave extraterrestre o un trozo de ella.

¿Volveremos a saber de Oumuamua?

No es probable, salvo que sea una nave extraterrestre que se dirige a la Tierra. Los telescopios lograron captarlo en octubre de 2017 y el Hubble volvió a verlo en Enero, pero, al modelar su probable trayectoria, esperaban volver a captarlo en junio de este año. Sin embargo, Oumuamua no apareció a esta cita. Cada vez será más complicado volver a verlo.

¿Sería posible enviar una sonda para interceptar a Oumuamua, estudiarlo y, si no es mucho pedir, ponerle un nombre más sencillo de pronunciar?
En realidad, la NASA tiene ya una misión en marcha, la Osiris-Rex, enviada en 2016,con el objetivo de interceptar y extraer muestras del asteroide Bennu. La diferencia es que este es casi cuatro veces mayor y pasará muy cerca de la órbita de la Tierra.

En cuanto a si Loeb y Bialy tienen algo de razón, bueno, ambos son astrónomos prestigiosos en el señalado Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian. Pero, como dijo Marc Buie, del Instituto de Investigación del Sudoeste y coautor del estudio de 'Astrophysical Research Letters' sobre Oumuamua, a la pregunta de cuál es la conclusión más interesante que podemos extraer del estudio de este objeto interplanetario: "Hazles esa pregunta a 1.000 científicos y obtendrás 1.000 respuestas diferentes".

La más segura, al día de hoy, es que se trata de un cometa con una forma muy particular y una masa de 1.000 millones de kilogramos, que puede parecer mucho, pero es un millar de veces más ligera que la de cometas normales.
Fuente: El Confidencial Ciencia  - Antonio Villarreal – 07.noviembre.2018

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