Polígonos de la tundra en la vertiente norte de Alaska. A medida que se
derrite el permafrost es probable que esta área sea una fuente de carbono
atmosférico antes del año 2.100. Crédito NASA JPL- Caltech - Charles Miller
Según un nuevo estudio dirigido por
la BASA, el permafrost en el Ártico está más frío en el norte - antes se consideraba, al menos temporalmente,
estaba protegido del calentamiento global por su ambiente extremo - se
descongelará lo suficiente como para convertirse en este siglo en una fuente
permanente de carbono hacia la atmósfera, con una transición máxima ocurriendo dentro
de 40 a 60 años.
El estudio calculó que a medida que
continúa la descongelación, para el año 2.300, las emisiones totales de carbono
de esta región serán 10 veces más que todas las emisiones de combustibles
fósiles producidas por los seres humanos en 2016.
El estudio, dirigido por el
científico Nicholas Parazoo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA
en Pasadena, California, descubrió que las regiones de permafrost más cálidas y
sureñas no se convertirán en una fuente de carbono hasta el final del siglo 22,
a pesar de que se están descongelando. Eso es porque otros procesos
árticos cambiantes contrarrestarán el efecto de descongelar el suelo en estas
regiones.
El descubrimiento de que la región
más fría haría la transición antes que la más cálida, fue una sorpresa, según
Parazoo. "El permafrost en el
sur de Alaska y el sur de Siberia ya se está descongelando, por lo que
obviamente es más vulnerable", dijo. "Algo del permafrost muy frío y estable en las latitudes más altas
de Alaska y Siberia parecía estar resguardadas del cambio climático extremo, y
no esperábamos mucho impacto en los próximos doscientos años".
El permafrost es un suelo que ha
permanecido congelado durante años o siglos bajo la capa superior del
suelo. Contiene material orgánico rico en carbono, como hojas, que se
congelaron sin descomponerse. A medida que el aumento de la temperatura
del aire en el Ártico hace que el permafrost se descongele, el material
orgánico se descompone y libera su carbono a la atmósfera en forma de gases de
efecto invernadero, son el dióxido de carbono y metano.
Parazoo y sus colegas de la
Universidad de Alaska, Fairbanks, con un modelo numérico del Centro Nacional de
Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado, usaron datos sobre las
temperaturas del suelo en Alaska y Siberia, que calcula los cambios en las
emisiones de carbono a medida que las plantas crecen y el permafrost se derrite
como respuesta al cambio climático.
Evaluaron cuándo el Ártico cambiará a
una fuente de carbono en lugar de la zona neutral de carbono que es hoy en día,
y algunos procesos eliminan la mayor cantidad de carbono de la atmósfera que
otros procesos. Dividieron el Ártico en dos regiones de igual tamaño, una
región más fría la del norte y una zona más cálida más meridional, que rodea la
región septentrional.
Hay mucho más permafrost en la región
norteña que en la meridional. En el transcurso de las simulaciones del
modelo, el permafrost del norte perdió aproximadamente cinco veces más carbono
por siglo que el permafrost del sur.
Las plantas eliminan el dióxido de
carbono del aire durante la fotosíntesis, por lo que un mayor crecimiento de la
planta significa menos carbono en la atmósfera. Según el modelo, a medida
que el Ártico meridional se calienta, la fotosíntesis aumentada equilibrará el
aumento de las emisiones de permafrost hasta fines de 2100.
Fuente: JPL Caltech / NASA
05.marzo.2018
Traducción libre de Soca
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