lunes, 28 de marzo de 2016

EFECTO DEL ENTRENAMIENTO FÍSICO SOBRE EL SISTEMA REANIMA-ANGIOTENSINA-ALDOSTERONA


Un equipo liderado por Karla Goessler del Grupo de Pesquisas, Estudios y Respuestas Cardiovasculares del Departamento de Educación Física de la Universidad de Londrina, Londrina, Brasil, ha estado  revisando en forma sistemática la meta-análisis, a fin de evaluar el efecto del ejercicio físico en los parámetros del sistema de renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) en adultos sanos, con el propósito de estudiar la relación con los cambios inducidos por la formación de la presión arterial.

Esta sistemática búsqueda, fue realizada incluyendo ensayos controlados aleatorios que duraron 4 semanas,  permitiéndoles investigar los efectos del ejercicio sobre los parámetros de la RAAS en adultos sanos (edad >18 años).
El estudio fue publicado en una revista revisada por pares hasta diciembre de 2013. Fueron utilizados modelos de efectos fijos y los datos se presentaron como medias ponderadas con un límite de confianza del 95% (CL). 
Se incluyeron once ensayos controlados aleatoriamente, con un total de 375 individuos. 
La actividad de la renina plasmática se redujo, luego del entrenamiento (n=7 ensayos, la diferencia de medidas estandarizada -0,25 [95% CL -0,5—0,001], p=0,049), mientras de que no fue observado ningún efecto sobre la aldosterona sérica [(n=3 ensayos; con diferencia de medias estandarizada de -0,79 (-1,97 a +0,39)] o de la angiotensina II (n=3 ensayos, la diferencia de medias estandarizadas -0,16 (0,61 a + 0,30). Las reducciones significativas en la presión arterial sistólica -5.65 mm Hg (-8,12 a – 3,17) y la presión arterial diastólica -3,64 mm HG fue observada (-5,4 a la -1,91) tras una práctica de ejercicios.
No se encontró alguna relación entre la variación neta en la actividad de renina plasmática y los cambios netos en la presión arterial (P>0,05).

Para concluir, aun cuando se observó una reducción significativa en la actividad de la renina plasmática después de la práctica de ejercicios, esta no estaba relacionada con la reducción de la presión arterial observada. Dado el pequeño número de estudios y muestras, todas de pequeño tamaño se requieren mayores estudios aleatorios controlados para confirmar nuestros resultados y para investigar el potencial papel de la RAAS en las mejoras observadas en la presión arterial que siguieron a la práctica del ejercicio.
El trabajo completo de Karla Goessler, Marcos Polito y Véronique Ann Cornelissen se encuentra en Hypertension Research de Nature Investigación de la Hipertensión 39 119-126 (marzo 2016) DOI:10.1038/hr.2015.100
Fuente: Hypertension Research

Traducción libre del inglés por Soca

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