Imagen de Urano obtenida por la Nave Espacial Voyager 2 el 24 de enero de
1986, Crédito: NASA / JPL-Caltech
El 24 de enero de 1986, la Nave Espacial
“Voyager 2” observó un planeta de color azulado con sutiles
características, especialmente que le
rodeaba una capa de neblina que ocultaba la mayor parte de las nubes las cuales
impedían una buena vista del planeta.
Solo una
vez una Nave Espacial de la
humanidad, ha visitado a Urano, logrando imágenes impresionantes del planeta y
de sus lunas durante el sobrevuelo, efectuado a unos 81.500 kilómetros de la superficie durante un periodo de 5,5
horas.
Ed Stone, científico del proyecto para la
Misión Voyager del Instituto de Tecnología de California, en Pasadena, cargo
que desempeña desde 1972, ha dicho: “Sabíamos que Urano sería diferente porque
está inclinado hacia un lado por lo cual esperábamos sorpresas”.
Urano se reveló como un planeta muy frío
entre todos los planetas conocidos del
sistema solar, a pesar de no ser el más alejado de nuestra estrella; esto se
debe a que no tiene ninguna fuente de calor interna.
Los científicos lograron determinar que la
atmósfera de Urano tiene un 85% de Hidrógeno y un 15% de Helio; también lograron
probar la existencia de un océano hirviente superior a 800 kilómetros por
debajo de las nubes. También han encontrado que Urano tiene un campo magnético
diferente a cualquier otro campo magnético encontrado previamente. En los
planetas Mercurio, Tierra, Júpiter y Saturno el campo magnético se alinea
aproximadamente con el eje de rotación.
Stone ha comentado: “Luego de que llegamos a Urano y vimos que los polos estaban más cerca
de la línea ecuatorial, Neptuno resultó ser similar. El campo magnético no
estaba muy centrado con el centro del planeta”.
El campo magnético de Urano resultó ser más
fuerte que el de Saturno. Los datos enviados por la Nave Espacial Voyager 2,
han ayudado a los científicos a determinar que la cola magnética parecida a una
hélice y que es provocada por los giros de Urano, se extiende 10.000.000 de
kilómetros en dirección que apunta lejos del Sol.
Comprender cómo los campos magnéticos
planetarios interactúan con el Sol, es una parte clave de la meta que se ha propuesto la NASA, para comprender
la naturaleza del espacio. No solo el estudio de la relación Sol-Planeta
proporciona información útil para los viajes espaciales, también logra arrojar luz sobre los orígenes de los
planetas y su potencial posibilidad de albergar vida.
También el Voyager 2 descubrió 10 nuevas
lunas, totalizando un total de 27 y dos nuevos anillos, lo que ha resultado fascinante. Una helada luna,
Miranda, ha revelado un peculiar y
variado paisaje, que es la evidencia de la actividad geológica activa en el
pasado. Este pequeño objeto que tiene un diámetro de sólo 500 kilómetros,
muestra unos gigantescos cañones que podrían ser hasta 12 veces más profundos
que el Gran Cañón en Arizona. Miranda también tiene tres características únicas
llamadas “coronas”, que son ligeras
colecciones de cráteres de crestas y valles. Los científicos creen que está
luna podría haber sido destrozada y luego vuelto a montar.
Los planificadores de la Misión diseñaron
encuentros del Voyager 2 con Urano, con el propósito de que la Nave Espacial recibiera una
asistencia gravitatoria del planeta que le permitiera ayudarlo a llegar a
Neptuno; lo que se logró en el año 1989 cuando la Voyager 2 añadió a su hoja de
vida, el encuentro por primera vez con Neptuno.
Enlace al vídeo Voyager 2 y Urano
La Nave Espacial Voyager 2, ha hecho recordar
que se han cumplido 30 años de su visita al Planeta Urano; y luego de visitar
Neptuno, sigue su viaje hacia el espacio Interestelar, al igual que su gemela
la Nave
Espacial Voyager 1, que en la actualidad se encuentra en el espacio
interestelar, más allá de la influencia del sol por cuanto se encuentra un
poco más de 20 mil millones de kilómetros del Sol (133.9 UA); se dirige hacia
una estrella enana roja que se encuentra
a 16 años luz, denominada +79 3888AC de la Constelación Camelopárdalis,
tardando alrededor 40.000 años en pasar a 1,6 años luz de la estrella.
La Nave Espacial Voyager 2 se encuentra
a unos 16.490 millones de kilómetros del Sol (110,24 UA); una vez que salga de
su influencia y entre al espacio interestelar se dirigirá hacia la estrella Sirio de la Constelación del Can Mayor a donde
llegará, después de más de 296.000 años de viaje, a 1,6 años luz de Sirio,
Ambas Naves Estelares, las primeras y únicas
naves fabricadas por los seres humanos que viajan a donde nadie ha llegado
antes, llevan un mensaje alienígena terrícola, es un disco de oro que lleva
grabados los “Sonidos de la Tierra”. El disco fue diseñado por Carl Sagan y su
equipo; contiene imágenes y voces de nuestro pequeño planeta Tierra, que orbita
una pequeña estrella enana llamada Sol,
de un sistema ubicado casi en la parte exterior de un brazo de la Galaxia que
hemos bautizado La Vía Láctea, y a 30.000 años luz de su centro.
Las Naves Estelares Voyager 1 y Voyager 2
fueron lanzadas con una diferencia de 16 días entre septiembre y octubre de
1977 (hace 39 años); fueron construidas por el JPL.
Fuente: JPL-Caltech / NASA /
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