Foto de la Nebulosa Medusa obtenida
mediante el VLT ubicado en Chile. Crédito ESO
Utilizando el Very Large Telescope (VLT) de ESO, en Chile, un equipo de
astrónomos ha captado la imagen más detallada jamás antes tomada de la Nebulosa Medusa. Las estrellas que se
encuentran en el corazón de esta nebulosa ya iniciaron su transición hacia la
jubilación, arrojando sus capas externas al espacio y formando esta colorida
nube. La imagen augura el destino final del Sol, el cual, finalmente, también
se convertirá en un objeto de este tipo.
El
nombre de esta hermosa nebulosa
planetaria proviene
de una horrible criatura de la mitología griega: la gorgona Medusa.
También es conocida como Sharpless 2-274 y se encuentra en la constelación de Géminis (los
gemelos).
La extensión de la Nebulosa Medusa es de aproximadamente cuatro años
luz, y se encuentra a una distancia de unos 1.500 años luz de la Tierra ; a pesar de su
tamaño es extremadamente débil y difícil de observar.
Medusa
era una criatura horrible con serpientes en lugar de cabellos. Estas serpientes
estarían representadas por los filamentos serpentinos de gas brillante de esta
nebulosa. El resplandor rojizo del hidrógeno y la emisión verde, más débil, del
oxígeno en forma de gas, se extienden mucho más allá de esta imagen, formando
en el cielo una figura en forma de media luna. La eyección de masa de las
estrellas en esta etapa de su evolución suele ser intermitente, lo cual puede
dar lugar a estas fascinantes estructuras dentro de las nebulosas planetarias.
Durante
decenas de miles de años, los núcleos estelares de las nebulosas planetarias
permanecen rodeados por nubes de gas espectacularmente coloridas. En contra de lo que
puede indicar la intuición, el núcleo estelar de la Nebulosa Medusa no
es la estrella brillante del centro de esta imagen (que es, en realidad, una
estrella de primer plano llamada TYC 776-1339-1). La estrella central de Medusa
es una estrella azulada, mucho más débil, que se encuentra justo fuera del
centro en forma de media luna, en la parte derecha de la imagen.
Luego,
tras unos pocos miles de años, el gas se dispersa lentamente en su entorno.
Esta es la última etapa de la transformación de estrellas como nuestro Sol
antes de terminar su vida activa como enanas blancas.
La etapa de nebulosa planetaria en la vida de una estrella es una pequeña
fracción de su vida útil total — comparada con una vida humana, sería un breve
instante, equiparable al tiempo que tarda un niño en hacer una burbuja de jabón
y verla alejarse a la deriva.
La
hostil radiación ultravioleta de la estrella muy caliente que se
encuentra en el centro de la nebulosa, hace que los átomos del gas que se mueve
hacia las zonas exteriores, pierdan sus electrones, dejando tras de sí un gas
ionizado. Los colores característicos de este gas brillante pueden utilizarse
para identificar objetos. En particular, la presencia de la luz verde
procedente del oxígeno
doblemente ionizado ([O
III]) se utiliza como herramienta para detectar nebulosas planetarias. Mediante
la aplicación de filtros adecuados, los astrónomos pueden aislar la radiación
del gas brillante y hacer que las débiles nebulosas puedan discernirse mejor
contra un fondo más oscuro.
Cuando
se observó por primera vez la emisión verde del [O III] de las nebulosas,
los astrónomos creían haber descubierto un nuevo elemento, apodado nebulium.
Más tarde, descubrieron que era simplemente una longitud de onda de radiación poco conocida procedente de la forma
ionizada de un elemento conocido: el oxígeno. Este tipo de radiación es raro,
ya que proviene de una línea prohibida — transiciones que están prohibidas
por las reglas de selección cuántica, pero que aún así, pueden tener lugar con
una baja probabilidad. La designación [O III] significa que la radiación es una
radiación prohibida (lo cual está indicado con corchetes) procedente de oxígeno
(O) doblemente ionizado (la parte III del nombre).
La
nebulosa también se conoce como Abell 21
(formalmente PN A66 21), ya que fue
el astrónomo estadounidense George O. Abell quien descubrió este objeto en
1955. Durante algún tiempo, los científicos debatieron si la nube podría ser el
remanente de una explosión de
supernova. En la década de 1970, sin embargo, los investigadores
fueron capaces de medir el movimiento y otras propiedades del material de la
nube e identificarlo claramente como una nebulosa planetaria. Se ha descubierto
que la velocidad de expansión de la nube es de cerca de 50 kilómetros por
segundo, mucho más baja de lo que se esperaría en un remanente de supernova.
Esta
imagen utiliza datos del instrumento FORS (FOcal Reducer and low dispersion Spectrograph),
instalado en el VLT, que fueron tomados como parte del programa Joyas Cósmicas
de ESO.
El programa Joyas Cósmicas
de ESO es una
iniciativa de divulgación que pretende producir imágenes de objetos
interesantes, enigmáticos o visualmente atractivos utilizando telescopios de
ESO, con un fin educativo y divulgativo. El programa hace uso de tiempo de
telescopio que no puede utilizarse para observaciones científicas. Todos los
datos obtenidos también están disponibles para posibles aplicaciones
científicas y se ponen a disposición de los astrónomos a través de los archivos
científicos de ESO.
Enlace
al Vídeo: "Medusa, una “Nebulosa espectacular” - así sera la muerte de nuestra estrella, el Sol.
Fuente: ESO 1520es
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