Imagen: Un destello de radiación UV de
la llamarada ioniza la parte superior de la atmósfera terrestre, provocando breves
perturbaciones en la
propagación normal de las señales de radio de onda corta y VLE en el lado
diurno de la Tierra. El
grupo de manchas solares se encuentran en la extremidad occidental del Sol y no
afectaran a la Tierra. Crédito SDO/AIA - 02.10.2014 – 19:44 UT
Después
de la caída a mediados de septiembre pasado, causada por las fuertes tormentas
solares que no habían visto en años, la radiación en la estratósfera de la Tierra se está normalizando.
La
situación comenzó el día 12 de septiembre de 2014, cuando una CME golpeó la
Tierra , desatando una tormenta geomagnética de clase G3.
Una
tormenta magnética G3 esta catalogada de fuerte, por cuanto puede provocar una
navegación intermitente por satélite (GPS), problemas de baja frecuencia en la
navegación por radio, la radio HF puede ser intermitente, existir tensión en los sistemas de energía que obligue a
corregirlos, etc.
Crédito: Space Weather
Aparte
de estos efectos, también pueden tener efectos biológicos en los seres humanos,
los cuales raramente se mencionan en los estudios. La Revista New Scientist en el año
1998 publico que existen consecuencias directas entre las tormentas solares y
los efectos biológicos en los seres humanos.
Las
partículas energéticas que arroja el Sol
durante una tormenta solar, provocan perturbaciones en el campo magnético
terrestre los cuales pueden penetrar en el cuerpo humano provocando malestares a
nivel físico y mental. En caso de haber enfermedades, estas se agudizan.
Entre
ellas se pueden contar el nerviosismo,
ansiedad, inestabilidad, temblores, irritabilidad, letargia, agotamiento, palpitaciones,
problemas de memoria en el corto plazo, náuseas, dolor de cabeza, intranquilidad,
mareos, cambios de humor y sentimiento. En resumen, el cuerpo humano esta físicamente,
mentalmente y emocionalmente alterado debido a las cargas electromagnéticas
procedentes del Sol, pudiendo sentir sueño como también sentirse altamente
energizado.
El
evento fue provocado por una llamarada solar clasificada como M4.5 (moderada) de
larga duración que se produjo en el Sol el 09 de septiembre, golpeando el campo
magnético de la Tierra
en la madrugada del viernes 12 de septiembre, el golpe produjo en el campo magnético
una tormenta magnética G2 que se sintió con mayor intensidad en latitudes altas.
Posteriormente
la CME que
produjo la llamarada solar X1.6 (severa) llegó a final del día 12 y comienzo
del sábado 13 de septiembre como una tormenta magnética G3 (Fuerte), provocando
una intensa actividad geomagnética el día 14.
Cuando los estudiantes de la tierra al cielo Cálculo lanzaron un sensor de radiación hacia la tormenta, ellos esperaban medir un aumento de partículas energéticas, en su lugar, en vez de registrar un incremento, encontraron que midieron menos. El CME había barrido muchos de los rayos cósmicos de recibe la Tierra a su alrededor, provocando que la radiación dejara de caer.
El 28 de septiembre los estudiantes repitieron el experimento, descubrieron que los niveles de radiación había vuelto a los valores de una pre-tormenta.
La caída de la radiación se denomina “Reducción de Forbush” en honor al físico del siglo XX Scott Forbush, quien la describió por primera vez, la cual provoca un rebote, situación que se le llama “rebote Forbush”
De acuerdo a los datos obtenidos, el rebote duró menos de 2 semanas, motivo a considerar por los estudiantes de La Tierra .al Cielo preparándose a lanzar en su oportunidad globos con cadencia más rápida a fin de medir un mejor tiempo de respuesta de la estratósfera
Enlace al vídeo (El Sol el 02.oct.2014)
El Sol emite una llamarada
solar de nivel medio, con un pico a las 3:01 pm EDT del 02 de octubre de 2014
la imagen fue obtenida por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA , que mira el sol las 24
horas del día, capturó imágenes de la antorcha. Las llamaradas solares son explosiones
de gran alcance de la radiación. Las radiaciones nocivas de una llamarada no
puede pasar a través de la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente los seres humanos
sobre el terreno, sin embargo - cuando son lo suficientemente intensas - que
pueden perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales de GPS y las
comunicaciones. Esta llamarada se clasifica como una llamarada M7.3. Llamaradas
de clase M son una décima parte tan poderoso como las erupciones más poderosas,
que se designan llamaradas de clase X. Crédito: NASA Goddard
Fuente: Space Weather / NOAA / Radio de Alta Frecuencia
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