Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / SSI / Gordan Ugarkovic
Una red de crestas y
fosas congeladas cubren la cara de Encélado, la más enigmática de las lunas de
hielo de Saturno. Este primer plano de Encélado está basado en los datos
tomados por la sonda internacional Cassini el 31 de enero de 2011, cuando se
encontraba a una distancia de 81.000 kilómetros , procesados por el astrónomo
aficionado Gordan Ugarkovic. La
imponente atracción gravitatoria de Saturno retuerce la capa de hielo que
recubre a Encélado, formando crestas que se elevan sobre profundas
fracturas. La cavernosa cicatriz que se puede ver al sur, de un kilómetro
de profundidad, sesga otras formaciones a su alrededor, lo que indica que es
relativamente reciente. En contraste, la región plagada de cráteres del norte,
dividida en dos por una franja de terreno estriado, indica que se trata de una
superficie mucho más antigua que, de momento, ha logrado escapar del proceso de
transformación al que está sometido el resto de la superficie de esta singular
luna.
Encélado
está reventando sus costuras: a lo largo de su hemisferio sur se pueden
observar chorros de partículas congeladas mezcladas con vapor de agua, sales y
materia orgánica, que surgen de fisuras conocidas como ‘rayas de tigre’. Algunos
de estos ‘géiseres’ emiten chorros a más de 2.000 kilómetros por
hora, inyectando partículas en el anillo E de Saturno. La composición
química de estos chorros sugiere que podría haber un océano líquido oculto bajo
la superficie de la luna, que podría reunir las condiciones necesarias para
albergar vida. Una
fracción de Encélado está iluminada por la luz solar que llega desde el lateral
derecho de la imagen y por la luz reflejada por Saturno.
Compilacion textual
de: ESA 23.abril.2013
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