La Anomalía del
Atlántico Sur (SAA) es un área donde el cinturón de radiación de Van Allen
interior de la Tierra se acerca más a la superficie de la Tierra, bajando a una
altitud de 200 kilómetros (120 millas). Esto conduce a un mayor flujo de
partículas energéticas en esta región y expone a los satélites en órbita a
niveles de radiación más altos de lo normal. Mira el video a continuación
Desde los albores de la era espacial, quienes planean las misiones
espaciales han tratado de seguir una regla simple pero importante: No
acercarse a los cinturones de Van Allen.
Las dos regiones con forma de rosquilla, ubicadas alrededor de la
Tierra, están repletas de "electrones
asesinos", ondas de plasma y corrientes eléctricas peligrosas para
los viajeros espaciales y sus naves.
Permanecer allí no es una buena idea.
Pero esas antiguas reglas quedaron atrás. La NASA ha lanzado dos
sondas espaciales directamente hacia los cinturones de radiación; y esta vez
planean dejarlas allí durante un tiempo.
Las
sondas para tormentas del cinturón de radiación (RBSP, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, fueron lanzadas
desde Cabo Cañaveral el 30 de agosto de 2012.
Completamente
abarrotadas de sensores, las sondas espaciales fuertemente protegidas dieron inicio
a una misión de dos años y tienen como objetivo descubrir qué es lo que hace
que el cinturón de radiación sea tan peligroso y tan endemoniadamente
impredecible.
"Sabemos de los cinturones de Van Allen
desde hace décadas y sin embargo continúan sorprendiéndonos con sus inesperadas
tormentas de 'electrones asesinos' y otros fenómenos", dice
el científico de la misión David Sibeck. "Las
sondas para tormentas nos ayudarán a entender qué es lo que está sucediendo
allí afuera".
Cada
una de las dos sondas para tormentas está repleta de sensores que cuentan las
partículas energéticas, miden las ondas de plasma y detectan la radiación
electromagnética. Haga clic aquí para
ver más información en idioma inglés.
Cuando
los cinturones de radiación fueron descubiertos, en 1958, desafiaron las ideas
ortodoxas que se tenían en esa época. La mayoría de las personas asumía
que el espacio alrededor de la Tierra estaba vacío.
El
primer satélite estadounidense, el Explorer
1 (Explorador 1, en idioma español), demostró lo contrario. La
pequeña sonda espacial estaba equipada con un tubo Geiger para contar los protones
y electrones energéticos. Al viajar alrededor de la Tierra, el Explorer 1
encontró tantas partículas cargadas que el registro del contador estuvo fuera
de la escala casi todo el tiempo.
En la
década de 1950, los cinturones de radiación tenían muy poco efecto sobre la
gente común. En la actualidad, son cruciales para nuestra sociedad, que hace
tanto uso de la tecnología.
Cientos
de satélites que se usan para todo, desde la predicción de las condiciones del
tiempo hasta los GPS (Global Positioning Systems, en
idioma inglés, o Sistemas de Posicionamiento Global, en idioma español) o la
televisión, de manera rutinaria rozan los cinturones, exponiéndose de este modo
a partículas energéticas que pueden dañar los paneles solares y causar
cortocircuitos en aparatos electrónicos sensibles.
Durante
las tormentas geomagnéticas cuando los cinturones están agrandados por la
actividad solar, importantes cantidades de satélites pueden ser tragados
poniendo así en peligro a la tecnología que utilizamos en la vida cotidiana
aquí en el planeta, que se encuentra debajo.
"Las sondas para
tormentas del cinturón de radiación abordan directamente estos problemas que
tenemos aquí en la Tierra", dice Lika
Guhathakurta, quien es la científica principal del programa de la NASA
denominado "Viviendo con una Estrella". Dicho programa está a
cargo de la misión. "Las RBSP son
una mezcla única de ciencia pura y aplicación práctica".
Uno de los grandes misterios de los cinturones de radiación es la forma
loca en la que reaccionan a las tormentas solares. "Casi cualquier cosa puede pasar", dice Sibeck.
Cuando una nube de tormenta que proviene del Sol golpea los cinturones
de radiación, normalmente reaccionan de manera contraria a la intuición.
Una posible reacción es que los cinturones de radiación se llenen de partículas
energéticas, tales como los potentes "electrones asesinos" que
preocupan a las personas que planean la misión.
De cualquier modo, precisamente lo opuesto también sucede. Una
tormenta solar puede provocar que los cinturones pierdan sus partículas
asesinas, convirtiéndolos de manera temporaria en lugares seguros.
¡Y, en algunas ocasiones, nada ocurre! Los cinturones permanecen
completamente sin cambios.
Esta
gráfica muestra cómo los electrones energéticos en los cinturones de radiación
pueden reaccionar a las tormentas solares. Algunas veces, se incrementan, otras
veces disminuyen y, en algunas ocasiones, no cambian en absoluto. La
impredecibilidad es uno de los grandes misterios de los cinturones de Van
Allen. [Más información]
"El problema es que no hay una idea
unificada de qué fenómenos son los más importantes dentro de los
cinturones", dice Sibeck. En las conferencias científicas sobre
el tema en las que participa, dice: "Si
hay 100 personas en una reunión, habrá 100 diferentes respuestas a la pregunta.
¿Cómo se energizan los electrones asesinos? Algunos afirman que es debido
a las ondas de plasma; otros apuntan a los choques con el viento solar; otros
están a favor de la difusión. Y la lista continúa".
Los
investigadores esperan que las RBSP restrinjan las posibilidades.
Durante
las tormentas, las sondas pueden tomar muestras de los campos eléctricos y
magnéticos, contar la cantidad de partículas energéticas y detectar las ondas
de plasma de muchas frecuencias.
El
funcionamiento interno de los cinturones de Van Allen será como un libro
abierto para estas dos sondas espaciales, y proveerá datos para los modelos de
predicciones que nos dirán cuándo es seguro ingresar en los cinturones,
realizar caminatas espaciales y hacer funcionar aparatos electrónicos
sensibles.
"Los cinturones de Van Allen son parte
de nuestro hogar en el espacio", agrega
Guhathakurta. "Las RBSP nos
ayudarán a aprender cómo vivir allí".
¡Basta
de antiguas reglas!
Créditos
y Contactos:
Funcionaria responsable de NASA: Ruth Netting
Editor de Producción:
Dr, Tony Phillips
Fuente:
NASA Ciencia Beta – 30. agosto.2012
Traducción
libre de Soca
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