La neurociencia confirma que eran objetos simbólicos
La neurociencia confirma que los grabados abstractos de los primeros humanos tienen un significado: Activan las mismas zonas cerebrales que los objetos simbólicos que permitían la comunicación entre nuestros ancestros.
Trozo de ocre grabado
con un patrón abstracto, encontrado en el sitio de Blombos (Sudáfrica); antigüedad de 75,000 años.
Crédito :© D'Errico /
Henshilwood / Nature. Universidad de Burdeos.
Los primeros
humanos grabaron motivos abstractos en piedras y objetos desde hace al menos
540.000 años.
Para los
arqueólogos que han descubierto estas tramas prehistóricas, la cuestión es si
fueron el resultado del azar, del deseo de imitar a la naturaleza o de tener un
significado.
Una
colaboración sin precedentes entre arqueólogos e investigadores de neuroimagen
cognitiva del CNRS, la Universidad de Burdeos y del CEA, confirma por primera
vez que nuestros antepasados atribuyeron un significado simbólico a sus
creaciones artísticas.
Para llegar
a esta conclusión, los investigadores analizaron el impacto en el cerebro
humano de la contemplación de los abstractos prehistóricos.
Descubrieron
que, cuando contemplamos esas obras, se activan las áreas cerebrales que
reconocen objetos, así como una región del hemisferio izquierdo relacionada con
el tratamiento del lenguaje escrito.
Este
descubrimiento desvela que nuestros antepasados dotaban de significado a sus
creaciones artísticas, así como que las usaban como medio de comunicación con
los humanos primitivos.
Reacción cerebral
Para llegar a esta conclusión hay que tener en cuenta que el
sistema visual humano está organizado jerárquicamente: el área visual primaria
(córtex estriado) analiza los componentes de una imagen (contraste, color,
orientación), mientras que el área visual secundaria (áreas 18 y 19 de la
clasificación de Brodman) distingue las diferentes categorías visuales.
Eso significa que unas áreas del cerebro están más
especializadas en el análisis de los paisajes, y que otras regiones se centran
en la percepción de objetos o la escritura.
Los investigadores observaron las zonas del cerebro de los
participantes en la investigación que se activaron con los grabados
prehistóricos: si eran las relativas a objetos, palabras o paisajes.
Y añadieron algo nuevo a los participantes: un alfabeto
desconocido por ellos, con la finalidad de observar también su reacción
cerebral ante un texto escrito.
El resultado de esta comparativa puso de manifiesto que la
percepción visual de los grabados paleolíticos activa las mismas áreas del
cerebro que los objetos.
También que no modifica la actividad de las zonas
relacionadas con la visión del paisaje o el alfabeto antiguo.
Según los investigadores, esta constatación confirma que los
grabados abstractos más antiguos tienen propiedades visuales similares a las de
los objetos a los que podemos atribuir un significado.
Además, los grabados activan una zona cerebral lateralizada
en el hemisferio izquierdo, conocida por su participación en el procesamiento
del lenguaje escrito, lo que refuerza la idea de que estos grabados tienen el
potencial de servir como un medio de comunicación para los humanos primitivos.
Arriba:
Grabado descubierto en el sitio de Blombos (Sudáfrica).
Centro: Ejemplo de
categorías visuales utilizadas en el experimento.
Parte inferior: vistas
lateral e inferior de las activaciones cerebrales causadas por la percepción de
los grabados ubicados en el lóbulo occipital y la parte ventral del lóbulo
temporal (HG: hemisferio izquierdo, HD: hemisferio derecho, Inf: vista
inferior). Estas activaciones son comparables a las causadas por la percepción
de los objetos cotidianos.
Crédito: Emmanuel Mellet y Francesco d'Errico.
Importancia histórica
El descubrimiento es importante porque hasta ahora no existe
consenso entre los arqueólogos sobre la aparición de los comportamientos
simbólicos en nuestra especie.
Para algunos, habría habido una revolución cognitiva
repentina, ocurrida con el asentamiento de las poblaciones modernas en Europa
hace 42.000 años.
Para otros, el descubrimiento de ornamentos, pigmentos y
grabados abstractos en sitios africanos que datan de hace más de 100.000 años,
indicaría que las prácticas simbólicas habrían aparecido en este continente y
serían la consecuencia del origen de nuestras especies en África.
Para otros, los Neandertales (Neandertal /homo
Neanderthalensis) y otras denominadas poblaciones
arcaicas también tenían comportamientos simbólicos.
Ahora sabemos que nuestros antepasados más remotos
transmitían algo con sus creaciones artísticas, que no eran el resultado del
azar o de un intento de imitar a la naturaleza.
El arte rupestre y paleolítico refleja que desde el principio
de los tiempos humanos somos capaces de dotar de significado a nuestras obras y
de dejar un mensaje para futuras generaciones.
Fuente: Tendencias 21 / TENDENCIAS CIENTÏFICAS – 17 de julio
de 2019
La referencia del tema desarrollado por E.Mellet et al., titulado
Neuroimaging supports the representational nature of the
earliest human engravings. Se encuentra en Royal Society Open Science, 03 July 2019.
DOI: https://doi.org/10.1098/rsos.190086 –
Traducción libre de Soca
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