Escenarios del clima para los años 2020, 2050, 2100 y 2200
según tres modelos bien establecidos. Si las emisiones de gases de efecto
invernadero no se reducen, según el estudio, el clima continuará calentándose
hasta que empiece a parecerse al Eoceno en 2100. CORTESÍA DE LOS AUTORES. Click
sobre la imagen para ampliar.
El clima de la Tierra se está dirigiendo hacia el que tuvo hace 50
millones de años, un
escenario que podríamos afrontar en poco más de un siglo, si bien sólo en 12
años podemos estar con las temperaturas de la Edad de Piedra, si no se reducen
las emisiones contaminantes.
El clima de la Tierra se parecerá en 2150
al que tenía el planeta hace 50 millones de años si no se reducen las emisiones
de gases de efecto invernadero, ha estimado una investigación publicada en
Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) basada en modelos
climáticos y datos arqueológicos para comparar el futuro de la Tierra con su
pasado.
"Si
pensamos en el futuro en términos del pasado, hacia dónde nos dirigimos es a un
territorio inexplorado para la sociedad humana", explica en un comunicado Kevin Burke, de la Universidad de
Wisconsin y autor principal del estudio. "Nos
estamos moviendo hacia cambios muy dramáticos en un marco de tiempo
extremadamente rápido, revirtiendo una tendencia de enfriamiento planetario en
cuestión de siglos".
Según este estudio, el mundo no tendrá que esperar hasta 2150 para ver un cambio climático dramático que se asemeja al antiguo pasado de la Tierra: en 2030 el clima de la Tierra será similar al de hace 3 millones de años, un momento de nuestra historia en el que nuestros antepasados humanos estaban aprendiendo a hacer herramientas de piedra (Edad de Piedra).
Los investigadores señalan que, si bien la
Tierra ha pasado por diferentes periodos climáticos desde que se formó hace
unos 4.540 millones de años, esos cambios climáticos han ocurrido a lo largo de
decenas de millones de años.
Lo
novedoso es que, debido a la acción humana, nuestro planeta ha revertido su
trayectoria hacia un enfriamiento, iniciada hace 50 millones de años, en sólo
unos siglos. Y es posible que las
especies, incluida la humana, no puedan adaptarse tan rápidamente a cambios
climáticos tan bruscos.
Escenarios climáticos
Para llegar a estas conclusiones, los autores de esta investigación tuvieron en cuenta dos escenarios climáticos derivados de dos hipótesis diferentes: que no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, o que estas emisiones se reducen moderadamente.
En ambos escenarios, los modelos resultantes señalan que el clima de la Tierra se parecerá al que tenía hace 3 millones de años, con una única variable: ocurrirá, bien en 2030 (si no se reducen las emisiones) o en 2040 (si se reducen moderadamente).
Proyectados en el tiempo, los modelos señalan que el clima continuará calentándose hasta reproducir condiciones similares a las del Eoceno en el año 2150, en poco más de un siglo. Hay que imaginar en ese escenario la desaparición de las zonas árticas, convertidas en tierras pantanosas.
El Eoceno comenzó hace unos 56 millones de años como consecuencia de un brusco cambio climático conocido como el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno: consistió en un aumento de la temperatura terrestre en apenas 20.000 años, que trajo consigo un aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos. El Eoceno terminó hace unos 34 millones de años.
Desde el centro de los continentes
Los modelos muestran asimismo que estos climas geológicos profundos emergen primero desde el centro de los continentes y luego se expanden hacia el exterior a lo largo del tiempo. Las temperaturas y las precipitaciones aumentan, las capas de hielo se derriten y los climas se vuelven templados cerca de los polos de la Tierra. Esa es la trayectoria previsible del calentamiento futuro.
El estudio también mostró que en el escenario de reducción moderada de las emisiones, los climas "novedosos" emergen en casi el 9 por ciento del planeta. Estas son condiciones que no tienen un precedente geológico o histórico conocido y se concentran en el este y sureste de Asia, el norte de Australia y la costa de América.
En su artículo, los investigadores intentan encontrar un equilibrio entre la alarma y el optimismo. Por un lado, la Tierra se dirige a lo desconocido, lo que afectará a la vida de nuestros hijos y nietos. Por otro lado, la vida ha demostrado ser resistente. En tercer lugar, en muchos lugares se está planteando la transición hacia fuentes de energía más sostenibles y libres de carbono. Pero se necesita hacer más, señalan.
“Hemos visto que suceden grandes cosas en la historia de la Tierra: nuevas especies evolucionaron, la vida persiste y las especies sobrevivieron. Pero muchas especies se perderán, y vivimos en este planeta”, dice Jack Williams, otro de los autores de la investigación. "Estas son cosas que deben preocuparnos, por lo que este trabajo nos indica cómo podemos usar nuestra historia y la historia de la Tierra para comprender los cambios actuales y cómo podemos adaptarnos mejor".
El trabajo investigativo de K.D.Burke et al., PNAS december
10,2018 bajo el título “Pliocene
andEocene provide best analogs fornear-future climates” se ubica en DOI: https://doi.org/10.1073/pnas 1809600115
Fuente: Tendencias 21 / Tendencias científicas – 13.diciembre.2018
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