Una
de las galaxias más lejanas jamás antes observadas, ha proporcionado a los
astrónomos, la primera detección de polvo en un remoto sistema de formación
estelar de este tipo, es una prometedora evidencia que permite explicar la
rápida evolución de las galaxias después del Big Bang.Para
recoger el débil resplandor del polvo frío en la Galaxia A 1689-zD1,
y las nuevas observaciones utilizaron el conjunto de ALMA, y para medir su
distancia lo han hecho con el Very Large Telescope (VLT) de ESO.
Un trabajo de investigación se ha presentado en el artículo
científico titulado “A dusty, normal galaxy in the epoch of reionization”, por D.
Watson et al., que aparece en línea en la revista Nature del 2 de marzo de 2015.
El equipo de astrónomos, que lidera Darach Watson, de la Universidad de
Copenhague, utilizó el instrumento X-shooter, instalado en el Very Large Telescope
(VLT), junto con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array)
ambos ubicados en el norte de Chile, que les permitió observar una de las
galaxias más remota y más joven jamás encontrada anteriormente. Se
sorprendieron al descubrir un sistema mucho más evolucionado de lo esperado, ya
que tenía una fracción de polvo similar a una galaxia igual que La Vía Láctea , pero mucho
más evolucionada. Este polvo es vital para la vida, ya que ayuda en la
formación de planetas, moléculas complejas y estrellas normales.
El objeto fue denominado Galaxia
A1689-zD1, fue descubierta
anteriormente en las imágenes del Hubble y se sospecha que está muy lejos, pero
en aquel momento no pudo medirse su distancia con precisión. Se pudo observar gracias
a una lente gravitatoria (en
forma de un espectacular cúmulo de galaxias - Abell
1689 – que se
encuentra entre la joven galaxia y la
Tierra ) que amplifica su brillo más de nueve veces. Sin este
fenómeno gravitacional, el resplandor de esta lejana galaxia habría sido
demasiado débil para detectarla.
Lo que estamos viendo de A1689-zD1 corresponde cuando el
universo tenía sólo unos 700 millones de años (el cinco por ciento de su edad
actual; que corresponde un desplazamiento al rojo de 7,5). Es un sistema
relativamente modesto, mucho menos masivo y luminoso que muchos otros objetos
que se han estudiado antes en esta etapa del universo temprano y, por lo tanto,
un ejemplo más típico de una galaxia en aquel momento.
A1689-zD1 está siendo observada tal y como era durante el
período de reionización,
cuando las primeras estrellas trajeron consigo un amanecer cósmico, iluminando
por primera vez un inmenso y transparente universo y acabando con el prolongado
estancamiento de las épocas oscuras.
Los observadores esperaban ver un sistema con apariencia de
haberse formado recientemente, pero la galaxia les sorprendió por su rica
complejidad química y por su abundancia de polvo interestelar.
"Tras confirmar la distancia de la galaxia utilizando el VLT”,
afirma Darach Watson, "nos dimos cuenta de que había sido observada previamente con ALMA.
No esperábamos encontrar mucho, pero te aseguro que estábamos todos muy
emocionados cuando nos dimos cuenta de que ALMA no sólo la había observado,
sino que había hecho una clara detección. Uno de los principales objetivos del
Observatorio ALMA era encontrar galaxias en el universo temprano a partir de
sus emisiones de gas y polvo fríos — ¡y aquí está!".
Esta galaxia estaba en su infancia cósmica, pero resultó ser
precoz. A esta edad, se supone que debía tener pocos elementos químicos
pesados — en astronomía, cualquier elemento más pesado que el hidrógeno o el
helio, se define como metal.
Estos se producen en el interior de las estrellas y se dispersan y alejan una
vez que las estrellas explotan o alcanzan de otro modo el final de sus vidas. Es necesario que este proceso se repita
durante muchas generaciones estelares para producir una gran abundancia de los
elementos más pesados como el carbono, el oxígeno y el nitrógeno.
Sorprendentemente, la Galaxia A 1689-zD1 parecía estar emitiendo una
gran cantidad de radiación en el infrarrojo lejano. Cuando alcanza a la Tierra , y debido a la
expansión del universo, esta radiación se ha “estirado”, desplazándose hacia la
longitud de onda del rango milimétrico, por lo que es posible detectarla con
ALMA.
La emisión de una gran radiación en el rojo lejano, indica que ya había producido
muchas de sus estrellas y cantidades significativas de metales, revelando que
no sólo contenía polvo sino que tenía una proporción polvo-gas similar a las de
galaxias mucho más maduras.
Según explica Darach Watson, "Aunque el origen exacto del polvo
galáctico sigue siendo un misterio, nuestros resultados indican que su producción
es muy rápido, en un margen de sólo 500 millones años desde el comienzo de la
formación de estrellas en el universo. En términos cosmológicos, es un plazo
muy corto, dado que la mayoría de las estrellas viven miles de millones de años."
Los resultados sugieren que A1689-zD1 ha estado formando
estrellas uniformemente a un ritmo moderado desde 560 millones de años después
del Big Bang, o bien ha pasado de forma muy rápida por su fase de brote estelar (starburst) antes de entrar en una
etapa de declive en cuanto a formación de estrellas.
Antes de este resultado, los astrónomos temían que fuera
imposible detectar este tipo de galaxias distantes utilizando estas técnicas, pero
A1689-zD1 ha sido detectada usando tan sólo breves observaciones llevadas a
cabo por ALMA.
Kirsten Knudsen (Universidad Tecnológica de Chalmers, Suecia),
coautor del artículo, añade, "Esta galaxia increíblemente polvorienta parece
haberse visto en un apuro para hacer sus primeras generaciones de estrellas. En
el futuro, ALMA será capaz de ayudarnos a encontrar más galaxias como esta y
aprender así por qué están tan ansiosas por crecer".
Fuente: ESO
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