Simulación del impacto de una partícula de 1 TeV (1012 eV) proveniente del espacio exterior y de la radiación cosmica consecuente. Crédito: Wikipedia
Según un nuevo
estudio recién publicado en la revista Clima Espacial , de investigación sobre meteorología espacial,
los astronautas se enfrentan a un riesgo creciente debido a la radiación
espacial.
El aumento de los
flujos de rayos cósmicos en el interior del Sistema Solar pone límites cada vez más estrictos sobre la
cantidad de exploradores que puedan viajar por el espacio interplanetario.
El pasado 05 de diciembre de 2014, la NASA logró un exitoso vuelo de prueba de Orión.
Lo que hizo comentar al Administrador de la NASA Charles Borden de que "Hoy la prueba de vuelo de Orión es un gran
paso para la NASA
y una parte muy importante de nuestro trabajo pionero en el espacio profundo y
en nuestro Viaje a Marte. Los equipos hicieron un gran trabajo poniendo a Orión
a través de sus pasos en el entorno real que perdurará en nuestro empeño de
superar los límites de la exploración
humana en los próximos años."
Durante
la prueba sin tripulación, Orión viajó dos veces a través del cinturón de Van
Allen, donde experimentó altos periodos de radiación al alcanzar una altitud de
3.600 kilómetros
sobre la Tierra. También
logró la velocidad de 20.000
mph y resistió temperaturas cercanas a los 4.000 grados
Fahrenheit cuando entró en la atmósfera de la Tierra.
Orion
abrirá el espacio a los astronautas en
su próxima exploración entre la
Tierra y Marte. Este campo de pruebas será de gran valor para
poder definir las capacidades que necesitan los seres humanos para enfrentar
las futuras misiones a Marte.
El artículo, escrito
por Nathan Schwadron de la
Universidad de New Hampshire y sus colegas de otras siete
instituciones, hace la pregunta provocadora, "¿Does the
worsening galactic cosmic ray environment preclude manned deep space
exploration?"[¿El ambiente de rayos cósmicos galácticos empeorará impidiendo
la exploración espacial tripulada profunda?]
Utilizando datos de un telescopio de
rayos cósmicos a bordo del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA (LRO), estos concluyen
en que si bien el aumento de los flujos de rayos cósmicos “no son un tapón” en
la demostración para las misiones de larga duración, por ejemplo: a la Luna , a un Asteroide o a
Marte, son un factor muy significativo los restos galácticos de radiación cósmica
al transformarse en una limitante del tiempo de duración de la misión.
En este cuadro que
sigue y que enuncia en su trabajo, muestra el número de días que un astronauta
de 30 años pueden pasar en el espacio interplanetario antes de que lleguen a su
límite en la exposición a la radiación.
De
acuerdo con la trama, en el año 2014, un varón de 30 años volando en una nave
espacial con 10 g/cm 2 de blindaje de aluminio podría gastar alrededor de 700
días en el espacio profundo antes de que lleguen a su límite de dosis de
radiación. El mismo astronauta en la década de 1990 podría haber
pasado 1.000 días en el espacio.
¿Qué está pasando? Los rayos cósmicos están
intensificandose.
Los rayos
cósmicos galácticos son una mezcla de fotones de alta energía y partículas
subatómicas que se aceleran a
velocidades cercanas a la velocidad-uz por los acontecimientos violentos, como
las explosiones de supernovas que los afectan.
Los astronautas están protegidos de
los rayos cósmicos en parte por el sol: los campos magnéticos solares y el
viento solar se combinan para crear un "escudo" poroso que los defiende
de las partículas energéticas de fuera
del sistema solar. El problema
es, como señalan los autores, "El
sol y su viento solar actualmente muestran densidades extremadamente bajas e
intensidades en el campo magnético, lo que representa estados que nunca habían sido observados durantela Era Espacial. Como resultado de la débil actividad solar, también se ha observado que la Era Espacial ha tenido altos flujos de rayos cósmicos".
La
acción protectora del sol es más fuerte durante el máximo solar y más débil
durante el mínimo solar - de ahí el ritmo de 11 años de la duración de la
misión. En el momento que estamos viviendo un máximo solar, debe
ser un buen momento para que los astronautas puedan volar - pero no es un buen
momento. El máximo solar de 2011-2014 es el más débil de un
siglo, lo que permite un número inusual de rayos cósmicos para penetrar en el
sistema solar.
Esta situación podría ser peor si, como algunos investigadores sospechan, el Sol está entrando en una fase de largo plazo del Ciclo Solar, el cual se caracteriza por máximos profundos relativamente débiles que ocasionan extendidos mínimos. En ese futuro, los campos magnéticos solares débiles, harían un trabajo extra al mantener retenido los rayos cósmicos, reduciendo aún más el número de días en que los astronautas puedan viajar lejos de la Tierra.
Para
conocer más sobre esta interesante investigación, leer el artículo completo en la
edición en línea del Clima Espacial (Wiley Online Library).
Fuente: Space Weather / AGU.Publications
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