Ilustración de dos chorros de vapor de agua en el Planeta Enano "Ceres" - Crédito IMCCE-OBSERVATOIRE DE PARIS /CNRS / Y. Gominet, B. Carry
La distinción
tradicional entre los cometas es: Unas bolas de hielo sucio, y los asteroides:
como rocas, parece estar difuminándose.
El ahora Planeta
Enano Ceres, que habíamos conocido como el mayor asteroide del Sistema Solar, emite vapor
de agua y puede que lo esté haciendo precisamente como si fuese un cometa, por
sublimación de los hielos presentes.
Lo han descubierto
unos astrónomos que lo han investigado con el telescopio espacial europeo
Herschel. El hallazgo tiene que ver con las migraciones significativas de los
grandes planetas del Sistema Solar, los cuales pudieron no haberse formado
precisamente en los lugares donde se encuentran ahora.
Ceres, con un
diámetro de casi mil kilómetros, es un mundo en miniatura, en el cuerpo del
cinturón de asteroides, ése gran anillo de fragmentos situado entre las órbitas
de Marte y de Júpiter.
La pista del agua ya
se había descubierto en ese cuerpo, mediante la forma de minerales hidratados,
pero el equipo internacional liderado por el científico de la Agencia Europea
del Espacio (ESA) Michael Küppers anuncia ahora que han identificado mediante
el Observatorio de Infrarrojos de la
ESA "Herschel" el vapor de agua que rodea su entorno y dos fuentes de emisión en su
superficie, a una velocidad de unos seis kilogramos por segundo.
Ceres, descubierto
en 1801, es un planeta enano (nueva definición de la UAI ), que contiene la tercera
parte de la masa total del cinturón de asteroides y parece que tiene un núcleo
rocoso con un manto exterior helado.
”La evaporación del agua puede ser debida a
la sublimación (el hielo se transforma directamente en gas, sin pasar por el
estado líquido), como ocurre en los cometas, o en el
"criovulcanismo", como cuando la erupción de los volcanes es de
sustancia volátiles, como el agua, en lugar de la eyección de rocas fundidas”,
escriben Küppers y sus colegas en la revista Nature. Se inclinan más bien por
la explicación cometaria, pero no se puede descartar la otra idea. Y en ese
caso habría que pensar en una fuente de calor interna de radioisótopos de larga
duración que mantendrían el calor necesario para generar las emisiones de
vapor.
Ilustración del "Planeta Enano Ceres" en el Cinturón de Asteroides - Crédito ESA/ATG medialab
"Es la primera vez que se detecta agua en el cinturón de
asteroides y demuestra que Ceres tiene una superficie de hielo y una
atmósfera", afirma Küppers en un comunicado de la ESA. Las observaciones
con el Herschel no proporcionaron suficiente resolución como para distinguir el
origen del vapor, pero estos astrónomos han sido capaces de determinar las
fuentes en la superficie observando las variaciones de la señal del agua
durante la rotación de nueve horas que tiene este planeta enano. Así han
logrado identificar dos zonas concretas, que son un 5% más oscuras que la
media, por lo que absorberían más luz solar, siendo más templados y eficaces en
la hora de sublimar el hielo.
La cuestión tiene
mucho que ver con la denominada línea de nieve que, que por convención, divide
al Sistema Solar en dos regiones: la interior de los cuerpos rocosos (el agua
llegaría a los planetas terrestres con el bombardeo de cometas, después
de su formación), y la exterior de los cuerpos helados, más allá del cinturón
de asteroides. Claro que algunos de esos cuerpos de hielo han podido migrar
hacia el interior, señalan los investigadores. De hecho, la frontera se ha
empezado a diluir con el descubrimiento de agua helada en la superficie de
algunos asteroides. Si el vapor de Ceres se debe efectivamente a la sublimación
de agua helada en su superficie, esto demostraría que ese mecanismo no se
limita a los cometas, sino que está presente también en objetos del cinturón de
asteroides.
Otros dos
investigadores, Humberto Campins y Christine M. Comfort, de la Universidad de Florida
Central, comentan el hallazgo y sus implicaciones en Nature y hacen hincapié en
lo diferente que es Ceres del otro gran asteroide, Vesta, este último más seco
y con una superficie ígnea con un pasado de calor y erupciones volcánicas que
no parece haber sufrido el primero. “Es
muy probable que Ceres se formase en una región más fría en el exterior del
sistema solar en formación que Vesta, más allá de la línea de nieve”,
argumentan estos científicos.
Entonces entra en
juego la migración de planetas y otros cuerpos dentro del Sistema Solar.
Campins y Comfort recalcan que una de las primeras pistas de que los planetas
gigantes podrían haberse desplazado significativamente vino de la mano del
descubrimiento de planetas extrasolares gigantes que estaban más cerca de su
estrella que Mercurio lo está del Sol, en órbitas en las que no habrían podido
formarse. “La migración planetaria, desde
entonces, se ha utilizado para explicar varias observaciones desconcertantes”,
señalan estos astrónomos. “La de Júpiter,
por ejemplo, podría ser la causa de las diferencias de composición observadas
en distintos asteroides”, añaden. “Según
este escenario, los planetas gigantes en migración habrían alterado las
poblaciones de cuerpos pequeños rocosos y helados (asteroides y cometas), que
chocarían con la Tierra
y la Luna y
habrían depositado moléculas orgánicas y agua en nuestro mundo”. El
descubrimiento de las emisiones de vapor de agua en Ceres, concluyen, son
compatibles con esta perspectiva de migración planetaria en la historia
primitiva del Sistema Solar.
Tanto los científicos
de Florida, como los liderados por Küppers (investigador del Centro de
Astronomía Espacial de la ESA ,
en Madrid, ESAC), apuntan hacia el año que viene para disipar las incógnitas
sobre Ceres, ya que a ese planeta menor llegará entonces la sonda espacial
automática "Dawn", de la
NASA , que en la actualidad ya ha estado visitando a Vesta.
Fuente/Compilación: El País
(Alicia Rivera) 22.ene.2014 / LIADA Observación de cometas (Luis Mansilla)
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