Imagen de campo amplio de una parte de la Constelación de La Vela , centrada en la posición
de la pareja de enanas marrones
Luhman 16AB. Fue creada a partir de imagines que forman parte del sondeo
Digitezed Sky Survey 2.
Como Luhman 16AB se encuentra muy cerca
de nuestro Sistema Solar, se mueve
relativamente rápido en el cielo; y dada que esta imagen fue creada a partir de
fotografías tomadas con muchos años de diferencia, el objeto aparece dos veces,
una como un punto azul y otra como un punto rojo. Crédito: ESO / Digitized Sky
Survey 2
Una
enana marrón es un objeto sub-estelar, incapaz de mantener reacciones nucleares
continuas de fusión del hidrógeno en su núcleo. Sin embargo, según la profundidad, apenas tiene
diferenciación química ya que ha sufrido en algún momento de su vida, la convección desde la superficie hasta su
centro, a causa de débiles reacciones de fusión de isótopos residuales.
El
límite superior de masas, es relativamente bien conocido, está comprendido
entre las 75 y 80 masas jovianas [Mj], según el grado de
metalicidad; por lo que respecta al límite inferior que las separaría de los
gigantes gaseosos más masivos, este sería el de unas 13 Mj, momento a partir del
cual, el objeto es capaz de fusionar su deuterio. A partir de 65 Mj, además de deuterio también queman tritio.
Se
cree que las enanas marrones son estrella “fallidas”, ya que contienen los
mismos materiales que una estrella como el Sol, pero con muy poca masa para brillar. No son del todo
planetas gaseosos pero no son del todo estrellas.
Impresión artistica basada en el primer
mapa meteorológico de la superficie de la enana marrón más cercana a la Tierra. Los suaves detalles
finos de la superficie, se han añadido como efecto artístico.
Crédito:
ESO / I. Crossfield / N. Risinger Sky Survey org
ESO
ha informado hoy 29 de enero de 2014, la
investigación efectuada por Ian Crossfield et al., titulada “A
Global Cloud Map of the Nearest Known Brown Dwarf” que aparecerá en la
revista Nature el 30 de enero en curso, la cual se relaciona con el eslabón
existente entre los planetas gaseosos como Júpiter y Saturno y las estrellas
débiles y frías, las cuales no tienen suficiente masa que les permita iniciar
fusiones nucleares en su interior y sólo pueden brillar en longitudes de onda
infrarroja de la luz en forma muy débil.
La
existencia de estos elusivos objetos, solo fue confirmada hace veinte años y a la fecha, solo se conocen
unos pocos cientos de ellos.
Ian
Crossfield del Instituto de Astronomía Max Planck, Heidelberg, Alemania, autor
principal de esta investigación, resume los resultados comentando: “Observaciones previas sugerían que las
enanas marrones pueden tener superficies moteadas, pero ahora podemos hacer un
mapa. Pronto seremos capaces de ver como se forman los patrones de nubes, como
evolucionan y se disipan en esta enana marrón; por último, los exometeorólogos
podrán predecir si un visitante de Luhman 16B tendrá cielos cubiertos o
despejados”.
Las
enanas marrones más cercanas a nuestro
Sistema Solar, forman una pareja llamada Luhman 16AB. Esta pareja fue descubierta por el astrónomo americano
Kevin Luhman a partir de imágenes obtenoidas con el satélite de sondeo en el
infrarrojo WISE. Es la razón de que formalmente se le conozca como WISE J104915.57-531906.1, pero se
sugirió utilizar una corta forma, que resultaba más práctica. Dado que Luhman
había descubierto 15 estrellas dobles, se adoptó el nombre de Luhman 16; y
siguiendo la convención habitual al denominar estrellas dobles, la más
brillante de las dos componentes, se le
llamó Luhman 16A y al objeto
secundario, Luhman 16B; a la pareja
se le llama Luhman 16AB. Se
encuentran a sólo 6 años luz de la
Tierra , en la
Constelación austral de La
Vela. Esta pareja de enanas marrones es el
tercer sistema más cercano a la
Tierra después de Alfa Centauri y la Estrella de Barnard. Fue
descubierta a principios de 2013 y la investigación ha comprobado que el componente más débil,
Luhman 16B, ha medida que rota cambia ligeramente su brillo en pocas horas, clave
que indica que puede tener marcadas características en su superficie.
Imagen artística de un período completo de rotación sobre su eje de Luhman 16B; está dividido en 6 períodos de tiempo, espaciados igualmente. Crédito: ESO / I. Crossfield
Imagen artística de un período completo de rotación sobre su eje de Luhman 16B; está dividido en 6 períodos de tiempo, espaciados igualmente. Crédito: ESO / I. Crossfield
Aprovechando
la potencia del telescopio VLT de ESO en Chile [Very Large Telescope], los
astrónomos no solo obtuvieron imágenes
de estas enanas marrones, sino que pudieron establecer las zonas de luz
y oscuridad en la superficie de Luhman 16B.
Para
hacer este mapa de la superficie, los astrónomos utilizaron una técnica muy
ingeniosa; observaron las enanas marrones con el instrumento CRIRES del VLT que les permitió no solo ver los cambios en el brillo cuando
Luhman 16B rotaba, sino que además, pudieron ver si las zonas oscuras o
iluminadas se movían hacia o desde el
observador. Combinando toda la información obtenida, pudieron recrear un mapa
de las áreas claras y oscuras de la superficie.
Las
atmósferas de las enanas marrones son muy similares a las de los exoplanetas
calientes, gaseosos y gigantes, por lo cual, al estudiar a modo comparativo las
enanas marrones más accesibles , los astrónomos pueden aprender más sobre las
atmósferas de los planetas gigantes jóvenes, muchos de los cuales se descubrirán
en cercano futuro, gracias al nuevo instrumento SPHERE que se instalará en el presente año 2014 en el Telescopio VLT.
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Los
exoplanetas conocidos como “Júpiter Calientes”, se encuentran muy cerca de su
estrella anfitriona, que es mucho más brillante. Esta situación hace casi
imposible observar el débil resplandor del planeta, el cual no se puede
apreciar debido a la intensidad de la luz de la estrella.
Pero
en el caso de las enanas marrones, no nada que impida que se pueda distinguir
el débil brillo del propio objeto, lo que hace ser mucho más fácil y precisas
las mediciones.
Crossfield
termina con un personal comentario:”Nuestro
mapa de esta enana marrón, nos acerca un paso más a la meta de conocer los
patrones climáticos en otros sistemas solares. Desde muy pequeño me enseñaron a
apreciar la belleza y la utilidad de los mapas. ¡Es emocionante que estemos
empezando a hacer mapas de objetos que están fuera de nuestro Sistema Solar!”.
Bibliografía: ESO 1404es / EurekAlert / Wikipedia / Nature
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