Nuevas observaciones llevadas a
cabo con el conjunto ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) han
proporcionado a los astrónomos la mejor visión conseguida hasta ahora de una
gigantesca estrella en pleno proceso de formación en el interior de una nube
oscura. Se ha descubierto un útero estelar con más de 500 veces la masa del Sol
— el más grande de los encontrados hasta el momento en la Vía Láctea — y que aún está creciendo. La estrella
embrionaria del interior de la nube devora con avidez el material que cae hacia
el interior. Se cree que la nube dará a luz a una estrella muy brillante con
más de 100 veces la masa del Sol.
Las
estrellas más masivas y brillantes de la galaxia se forman en nubes frías y
oscuras, pero el proceso no solo está envuelto en polvo, sino también en un
halo de misterio.
Los astrónomos usan la expresión “estrella masiva” para referirse a aquellas
que tienen unas diez o más veces la masa del Sol. Se refieren a la masa de la
estrella, no a su tamaño.
Un
equipo internacional de astrónomos ha utilizado ALMA para obtener una ecografía
prenatal en el rango de las microondas con el fin de conseguir una imagen más
clara de la formación de este tipo de gigantesca estrella situada a unos 11.000
años luz de distancia, en una nube conocida como la Spitzer
Dark Cloud (SDC)
335.579-0.292.
Esta composición muestra la zona del cielo que rodea a la región
de formación de estrellas masivas SDC 335.579-0.292 tal y como la han captado
el Telescopio Espacial Spitzer de la
NASA y ALMA. La visión de Spitzer está captada en longitudes
de onda del rango infrarrojo de la luz (3,6; 4,5; y 8,0 micras) y la visión de
ALMA está hecha en longitudes de onda de alrededor de tres milímetros. La
burbuja amarilla del centro de la imagen de ALMA es un útero estelar con más de
500 veces la masa del So - el más grande de los encontrados hasta el
momento en la Vía Láctea.
La estrella embrionaria del interior de la nube devora con avidez el material
que cae hacia el interior. Se cree que la nube dará a luz a una estrella muy
brillante con más de 100 veces la masa del Sol. Crédito: ALMA [ESO/NAOJ/NRAO]/
NASA / JPL-Caltech/GLIMPSE
Hay dos teorías sobre la
formación de las estrellas más masivas. Una de ellas sugiere que la oscura nube
parental se fragmenta, creando varios núcleos pequeños que colapsan por sí
mismos y, eventualmente, forman estrellas. La otra teoría es más dramática:
toda la nube empieza a colapsar hacia el interior, con material que se
precipita hacia el centro de la nube formando una o varias bestias estelares
masivas. Un equipo liderado por Nicolas Peretto, del CEA/AIM Paris-Saclay
(Francia) y la Universidad
de Cardiff (Reino Unido), llegó a la conclusión de que ALMA era la herramienta
perfecta para ayudarles a descubrir qué estaba ocurriendo en realidad.
Esta visión de
amplio campo muestra una región del cielo en la Constelación austral de
Norma [La regla del Carpintero].
En el centro se encuentra la región de formación de estrellas masivas SDC
335.579-0.292, pero el polvo la oscurece hasta el punto de que no podemos
verla. Lo mismo ocurre con la red de filamentos de polvo y gas. El cúmulo
estelar NGC 6134 aparece en la parte inferior derecha y arriba a la izquierda
vemos la estrella azul muy caliente HD 147937 y sus nubes expulsadas
rodeándola. Esta composición fue creada a partir de imágenes que forman parte
del sondeo Digitized Sky Survey 2. Crédito: ESO/Digitized Sky
Survey 2 Acknowledgement Davide de Martin
Gracias a observaciones
llevadas a cabo con el telescopio espacial Spitzer de la NASA y el telescopio espacial
Herschel de la ESA ,
SDC335.579-0.292 se reveló, primero, como un impresionante entorno oscuro de
densos filamentos de gas y polvo. Ahora el equipo ha utilizado la sensibilidad
única de ALMA para ver en detalle tanto la cantidad de polvo como el movimiento
del gas que se desplaza hacia el interior de la nube oscura — y han descubierto
un verdadero gigante.
“Las extraordinarias observaciones de ALMA nos
permitieron obtener la primera visión realmente profunda de lo que estaba
ocurriendo en el interior de esa nube”, declara Peretto. “Queríamos ver cómo se forman y cómo crecen estas
estrellas gigantescas, ¡y sin duda lo hemos conseguido! Una de las fuentes que
hemos encontrado es inmensa — el núcleo protoestelar más grande de todos los
que se han localizado hasta ahora en la Vía Láctea ".
Este
núcleo — el útero que alberga al embrión de estrella — tiene unas 500 veces la
masa del Sol girando en su interior.
Esta región de formación estelar está formando numerosas estrellas. El núcleo
de 500 masas solares es el más masivo de los que se han encontrado en esta
ocasión.
Y
las observaciones de ALMA han mostrado que todavía hay mucho más material
fluyendo hacia el interior e incrementando aún más la masa. Finalmente, este
material colapsará, formando una estrella joven de más de 100 veces la masa de nuestra
estrella anfitriona — una bestia muy poco común.
“Aunque ya creíamos que la región era una buena
candidata para ser una nube de formación de estrellas masivas, no esperábamos
encontrar ese impresionante embrión estelar tan masivo en su centro”,
afirma Peretto. “Se espera que este objeto
acabe formando una estrella 100 veces más masiva que el Sol. ¡Solo una de cada
diez mil de todas la estrellas de la Vía Láctea alcanzan tal cantidad de masa!”.
"Estas estrellas no son solo poco comunes, sino que su
nacimiento es extremadamente rápido y su infancia muy corta, con lo que
encontrar un objeto tan masivo en una etapa tan temprana de su evolución es un
resultado espectacular", añade un miembro del equipo, Gary
Fuller, de la Universidad
de Manchester (Reino Unido).
Otro
miembro del equipo, Ana Duarte Cabral, del Laboratorio de Astrofísica de
Bordeaux (Francia), insiste en que "las
observaciones de ALMA revelan los espectaculares detalles de los
movimientos de la red de filamentos de polvo y gas, y muestran que una enorme
cantidad de gas está fluyendo hacia una compacta zona central”.
Esto apoya con fuerza la teoría del colapso global para la formación de
estrella masivas, más que la de la fragmentación.
Estas
observaciones formaban parte de la etapa de Ciencia Temprana (Early Science) de
ALMA, y han utilizado tan solo una cuarta parte del conjunto total de antenas.
“Conseguimos estas observaciones tan
detalladas utilizando solo una parte del potencial total de ALMA”,
concluye Peretto. “ALMA va a revolucionar nuestro
conocimiento de la formación estelar, solucionando algunos problemas actuales,
y sin duda dando lugar a otros nuevos”.
Fuente:
ESO 1331es /
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