Crédito: ESO
El
Telescopio Muy Grande o Very Large Telescope – VLT – es por el momento, el
telescopio más grande de la astronomía terrestre europea. Es el que posee los instrumentos
más avanzados del planeta, consta de 4
telescopios principales de 8,2
metros de
diámetro cada uno más cuatro telescopios auxiliares móviles de 1,8 metros de diámetro.
Pueden funcionar en conjunto formando así un “interferómetro” gigante,
permitiendo ver destellos 25 veces con más precisión que con telescopios
individuales de mayor tamaño.
Los
telescopios principales fueron bautizados con el nombre de Antu, Kueyen, Melipal y Yepun y se
encuentran ubicados en el Cerro Paranal a 2.635 metros de altura
en el desierto de Atacama, cercanos a la ciudad de Taltal en el norte de Chile.
Son
administrados por ESO (European Southerm Observatory) la mayor organización
astronómica de Europa, que este año cumple 50 años de vida (1962-2012).
La
gran variedad de estrellas que contiene el universo, hizo que los científicos
las clasificaran mediante la temperatura de su superficie y lo pesadas que son.
Las más calientes y pesadas son de color azul, mientras que las más heladas y
livianas son de color rojo. Desde las más calientes a las más frías, la
estrellas han sido clasificadas en los siguientes grupos: O, B, A, F, G, K y M.
Nuestro Sol es una estrella tipo G.
Nuestro Sol es una estrella tipo G.
En
un nuevo estudio en estrellas tipo O, en el cual
fue utilizado el VLT, ha permitido demostrar que la mayoría de las
estrellas de gran masa y muy brillantes, que impulsan la evolución de las
galaxias, no viven solas; casi tres cuartas partes de estas estrellas tienen
una compañera cercana, lo que hace ser mucho más de lo que se había estimado.
Sorprendentemente, la mayoría de estos pares de estrellas, también están
experimentando interacciones perjudiciales, tales como la transferencia de masa
de una estrella a la otra, y aproximadamente un tercio se espera que incluso
puedan fusionarse formando así una sola estrellas. Los resultados del estudio,
se publican el 27 de julio de 2012 en la revista Science.
En
lo que lleva corrido el presente año 2012,
se considera que será un año fantástico para la física de altas
energías. La larga espera para lograr observar el bosón de Higgs,
contribuye que puedan esperar más
descubrimientos a la vuelta de la esquina con el Gran Colisionador de Hadrones
del CERN (LHC) produciendo un número sin precedentes de datos.
Fuente: ESO
No hay comentarios:
Publicar un comentario