lunes, 17 de mayo de 2010

RECUERDOS DEL ¿PASADO? - MAYO 1960

Imagen: Valdivia 21 de mayo-1960 - Crédito de la foto: Revista VEA-26.mayo.1960

El 21 y 22 de mayo de 2010, se cumplen 50 años de los terremotos que destruyeron el sur de Chile y que se le conoce como EL GRAN TERREMOTO DE CHILE.
El 21 de mayo de 1960, a las 06:02 hrs. y sin ninguna actividad precursora, se produce en Concepción un violento terremoto, con epicentro en la península de Arauco a 50 Km. al SW de Concepción y a unos 25 km. de profundidad. Según testigos de la época, la población dormía en su mayoría, despertando bruscamente por el seísmo que se sintió en una sucesión de violentas sacudidas, produciendo el desplome de viejas viviendas e incendios, derivados de cortes eléctricos y de estufas de calefacción, muchas de ellas artesanales. Este primer movimiento telúrico produjo el derrumbe del puente carretero de 2 km de largo sobre el río Biobío, que comunicaba a la ciudad de Concepción con Coronel, Lota y la provincia de Arauco. El movimiento tuvo una magnitud de 7,75 en la escala de Richter y de VII en la escala de Mercalli. A las 6:33, un segundo movimiento similar al anterior, sacudió la zona y derrumbó las construcciones deterioradas por el primer terremoto. Sin embargo, no hubo víctimas fatales, la población había evacuado los hogares por miedo a los derrumbes. La Universidad de Concepción, el Teatro Concepción y la torre de la Estación de Ferrocarriles tuvieron fallas estructurales; el puente Viejo que unía Concepción con San Pedro de la Paz se desplomó. El movimiento telúrico afectó principalmente la ciudad de Concepción, Talcahuano, Lebu, Chillán y Angol y fue percibido entre el Norte Chico y la zona de Llanquihue.
Unido al corte de luz y agua, los damnificados tuvieron que soportar lluvias y fuertes réplicas, muchas de ellas sobre los 6 y 7 grados en la Escala de Richter, la más fuerte se consideró como un tercer terremoto. Las comunicaciones telefónicas desde Santiago al sur se interrumpieron y las primeras noticias de la situación se conocieron por los informes del periodista Enrique Folch que había captado señales de radioaficionados desde la zona de la tragedia. En ésa fecha, gobernaba el presidente Jorge Alessandri Rodríguez, quien al conocer la envergadura del seísmo, suspendió las ceremonias en honor al Día de las Glorias Navales y el tradicional mensaje presidencial en el Congreso Nacional.

Pero la tragedia no había terminado, 33 horas después, a las 15:10 hrs del día 22 de mayo, un larguísimo movimiento vuelve a sacudir la zona. El movimiento fue muy diferente a los anteriores observándose ondulaciones en el suelo de amplitud superior a un metro, como olas en un lago que venían de sur a norte. Los objetos se mecían como un barco en un mar embravecido y parecían volcarse. Los árboles y postes de luz se balanceaban como un péndulo. Este movimiento aumenta aún más el pánico de una población angustiada con tantos terremotos seguidos.. Este sismo provocó aún más daño en la zona. Sin embargo, fue más al sur donde la catástrofe fue mayor. El nuevo terremoto, tuvo una magnitud de 9.6º (Richter) y una duración de 10 minutos; su epicentro se localizó en el litoral, a la cuadra de Valdivia a unos 350 km al sur de Concepción y foco a unos 30 km de profundidad. Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Ancud y Castro quedaron en ruinas. Estudios posteriores afirmaron que dicho movimiento en realidad fue una sucesión de más de 37 terremotos cuyos epicentros se extendieron por más de 1.350 km. El cataclismo devastó el territorio entre Talca y Chiloé, es decir, más de 400.000 km².
Testigos sobrevivientes, narraron el espanto que les embargaba al ver abrirse grandes grietas en la tierra, desaparecían casas con familias completas, rieles del ferrocarril doblados cual alambre, cerros que se partían y desaparecían, otros surgían, quien recorra el río Valdivia aún podrán encontrar algunos vestigios de la tragedia.
La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores. En dicha ciudad, el terremoto alcanzó una intensidad de entre XI y XII grados en la escala de Mercalli. Gran parte de las construcciones de la ciudad se derrumbaron inmediatamente, mientras el río Calle-Calle se desbordaba e inundaba las calles del centro de la ciudad. En el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar había subido cerca de 4 metros antes de comenzar a retraerse rápidamente cerca de las 16:10, arrastrando a los barcos ubicados en la bahía (principalmente los navíos «Santiago», «San Carlos» y «Canelos». A las 16:20, una ola de 8 m de altura azotó la costa chilena entre Concepción y Chiloé a más de 150 km/h. Cientos de personas fallecieron al ser atrapados por el tsunami derivado del maremoto que destruyó pueblos en su totalidad. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando las ruinas de los pueblos costeros para nuevamente impactar con una ola superior a los 10 m de altura. Los navíos fueron completamente destruidos a excepción del «Canelos» que quedó encallado luego de ser arrastrado por más de 1,5 km.
El tsunami recorrió el océano Pacífico. Casi quince horas tras el evento en Valdivia, un tsunami con olas de10 metros de altura azotó la isla de Hilo, en el archipiélago de Hawái, a más de 10.000 km de distancia del epicentro, provocando la muerte de 61 personas. Similares eventos se registraron en Japón, las Filipinas, Rapa Nui, en el estado de California, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas.
Valdivia no pudo sobreponerse a la tragedia con la rapidez que hubiera deseado, el río San Pedro que desagua al Lago Riñihue se represó en 3 partes con lo que el lago comenzó a subir peligrosamente de nivel con gran riesgo de colapso, que de suceder inundaría gran parte de Valdivia. Después de un intenso y sobrehumano trabajo fue controlado en Junio de 1960 y se le conoce como”La Epopeya del Riñihue”.
Los movimientos sísmicos que hoy recordamos liberaron a ésa fecha, la mayor cantidad de energía medida en el mundo alcanzando una magnitud momento (Mw) = 9,6º. La ruptura se extendió entre las penínsulas de Arauco y Taitao con una extensión de 1000 km y un desplazamiento de 20 m. La ruptura se debió al movimiento de la Placa de Nazca bajo la Sudamericana (subducción). Producto de estos movimientos hubo cambios topográficos del paisaje. En Concepción se constató un ascenso de 10 cm que disminuía al interior, hasta alcanzar un hundimiento de 10 cm en Florida. Hacia el sur, en la zona de la Península de Arauco e Isla Mocha, se observaron solevantamientos que superaron los dos metros en algunos puntos. Hacia el interior se observó un descenso significativo, alcanzando 2 m en Valdivia.
En resumen: La sumatoria de ambos terremotos (21 y 22 de mayo de 1960) fue percibida desde el Norte Chico hasta Chiloé; la destrucción se centró desde Talca hasta la Isla Grande.

El libro que escribiera el periodista Luis Hernández Parker “Catástrofe en el Paraíso” es un reportaje veraz, trágico y conmovedor de la destrucción del sur de Chile y la epopeya del Riñihue. Testimonio que debemos mantener vigente, por cuanto vivimos en un país establecido sobre placas en movimiento que cada cierto periodo de tiempo, en su natural ajuste, nos hacen sentir que debemos respetar la naturaleza aceptándola como es y aprender a estar preparados para minimizar sus consecuencias.
Los 50 años son como horas en la vida del planeta, para los seres humanos, es una generación.
Por nacer y vivir en un país sísmico, tenemos que aprender desde niños a enfrentarlos, en algún momento viviremos la experiencia. En muchos aspectos la tecnología actual es superior a la de 1960; hoy conocemos mucho más del comportamiento de las placas de Nazca y Sudamericana en la cual se asienta Chile. Se puede evaluar la acumulación de las energías en el tiempo, pero es difícil saber cuándo se liberan. Para aminorar los daños, es necesaria una política nacional que permita conocer la sismicidad de cada zona en las que se construirán viviendas, carreteras, puentes, etc.; y que las instituciones a cargo de prever eventos de este tipo, tengan los recursos financieros y técnicos con la debida prontitud, evitando pérdidas humanas y materiales innecesarias.
Bibliografía: Catástrofe en el Paraíso de Luis Hernández Parker / Jorque Quezada Flory / Maria Mayor / Osvaldo Rodríguez Martínes ACN / Recuerdos del futuro SOCA / Comentarios de personas que sobrevivieron al desastre.

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