Estas seis imágenes en color de estrecho ángulo son el primer "retrato" del sistema solar tomado por el Voyager 1, a más de 4 millones de kilómetros de la Tierra y alrededor de 32 grados por encima de la eclíptica. La nave espacial Voyager 1 tomó un total de 60 cuadros que formaron un mosaico del sistema solar, mostrando seis planetas.
Mercurio está demasiado cerca del sol para ser visto. Marte no fue detectado por las cámaras del Voyager debido a la luz solar dispersada en la óptica, y Plutón no fue incluido en el mosaico debido a su pequeño tamaño y la distancia desde el sol.
Estas imágenes, de izquierda a derecha y de arriba a abajo son: Venus, Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Las características de fondo en las imágenes son resultantes de la ampliación. Las imágenes fueron tomadas a través de tres filtros de color - violeta, azul y verde - recombinados para producir las imágenes en color.
Júpiter y Saturno fueron resueltas por la cámara, pero Urano y Neptuno parecen más grandes de lo que son debido al movimiento de la nave durante la larga exposición (15 segundos). La Tierra parece estar en una banda de luz, ya que casualmente se encuentraba justo en el centro de los rayos de luz dispersa que resultan de tomar la imagen tan cerca del sol. La Tierra era una media luna de sólo 0,12 píxeles de tamaño. Venus fue de 0,11 píxeles de diámetro. Las imágenes planetarias fueron tomadas con la cámara de ángulo estrecho (1500 mm de distancia focal).
Las características de fondo en las imágenes son resultantes de la ampliación. Las imágenes fueron tomadas a través de tres filtros de color - violeta, azul y verde - recombinados para producir las imágenes en color.
Júpiter y Saturno fueron resueltas por la cámara, pero Urano y Neptuno parecen más grandes de lo que son debido al movimiento de la nave durante la larga exposición (15 segundos). La Tierra parece estar en una banda de luz, ya que casualmente se encuentraba justo en el centro de los rayos de luz dispersa que resultan de tomar la imagen tan cerca del sol. La Tierra era una media luna de sólo 0,12 píxeles de tamaño. Venus fue de 0,11 píxeles de diámetro. Las imágenes planetarias fueron tomadas con la cámara de ángulo estrecho (1500 mm de distancia focal).
Ver imágenes en: http://www.jpl. nasa.gov/ news/news. cfm?release= 2010-048& cid=release_ 2010-048& msource=f2010021 2&tr=y&auid= 5935835
El 14 de febrero de 1990 la Voyager 1 abandonó los límites del sistema solar, pero antes apuntó sus cámaras para grabar lo que dejaba atrás: el Sol y los planetas que giran a su alrededor.
En realidad, Mercurio estaba demasiado cerca del Sol para verse con claridad, Marte era como una luna creciente y Plutón era demasiado tenue.
Pero sí aparecían con claridad Neptuno, Urano, Saturno, Júpiter, la Tierra y Venus en lo que constituyó el primer "retrato familiar" de los planetas en torno al Sol.
Según Ed Stone, científico del Instituto Tecnológico de California, en realidad las misiones Apolo de la NASA que se llevaron a cabo durante los decenios de 1960 y de 1970 ya habían entregado imágenes de nuestro planeta azul tomadas desde la Luna.
Pero la Voyager 1 "captó a la Tierra como una pequeña mancha de luz en la enormidad del sistema solar, nuestro vecindario en la Vía Láctea y en un universo repleto de galaxias", señaló.
Para llegar al punto en que pudo hacer ese retrato familiar, la cápsula Voyager, lanzada en 1977, tuvo que recorrer 6.000 millones de kilómetros durante 12 años.
A su paso por el sistema transmitió las que en su momento fueron espectaculares fotos individuales del gigantesco y gaseoso Júpiter, de Saturno, de Urano y de Neptuno.
Pero ninguna de ellas fue tan espectacular como la de la Tierra, un punto en la inmensidad del sistema, según Candy Hansen, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, quien fue la encargada de las imágenes transmitidas por la Voyager.
"Allí estaba nuestro planeta, una mancha brillante alumbrada por la luz del Sol. Para mí fue asombroso comprobar lo especial que era la Tierra. Y también me hizo pensar en lo vulnerable y pequeña que es", indicó.
Desde esas fotografías, el conocimiento científico sobre los planetas ha avanzado a pasos agigantados, merced sobre todo a la contribución de los observatorios espaciales instalados en órbita terrestre por la NASA, como los telescopios Hubble y Spitzer.
Las naves espaciales robóticas han fotografiado todos los planetas y en el caso de Marte hasta lo han hecho desde su superficie.
También han llegado a las lunas de Júpiter y de Saturno y se han adentrado en su cinturón de asteroides, han fotografiado cometas y hasta han viajado hacia el Sol.
Después de que Voyager 1 abandonara el sistema solar, los científicos de la misión decidieron reducir el suministro de energía destinada a las cámaras para permitir que los otros instrumentos siguieran recogiendo información y continuara su viaje eterno hacia el espacio interestelar.
Eso parece haber dado buen resultado. Los científicos de la NASA siguen recibiendo todos los días datos de esa cápsula y de las que le siguieron.
Según informó JPL, en estos momentos Voyager está ahora a más de 10.000 millones de kilómetros del Sol y aunque sus cámaras no funcionan sigue transmitiendo sin pausas.
El objetivo final es abandonar lo que los científicos de la agencia espacial estadounidense califican como la burbuja que envuelve al Sol y a todos los planetas.
Si todo resulta como se espera, ese momento tendría que producirse en unos cinco años, una espera que no parece incomodar a los astrónomos que siguen acumulando los conocimientos que les transmiten las cápsulas espaciales.
"Hace 20 años, cuando se tomó este retrato familiar, nos maravillamos ante la enormidad del espacio. Y 20 años después todavía estamos en esta burbuja", indico Stone.
"Es posible que Voyager abandone la burbuja en cinco años más, pero el retrato familiar nos da una idea de la inmensa escala de nuestro vecindario...y de que hay todavía mucho más allá que está por descubrirse", añadió.
En realidad, Mercurio estaba demasiado cerca del Sol para verse con claridad, Marte era como una luna creciente y Plutón era demasiado tenue.
Pero sí aparecían con claridad Neptuno, Urano, Saturno, Júpiter, la Tierra y Venus en lo que constituyó el primer "retrato familiar" de los planetas en torno al Sol.
Según Ed Stone, científico del Instituto Tecnológico de California, en realidad las misiones Apolo de la NASA que se llevaron a cabo durante los decenios de 1960 y de 1970 ya habían entregado imágenes de nuestro planeta azul tomadas desde la Luna.
Pero la Voyager 1 "captó a la Tierra como una pequeña mancha de luz en la enormidad del sistema solar, nuestro vecindario en la Vía Láctea y en un universo repleto de galaxias", señaló.
Para llegar al punto en que pudo hacer ese retrato familiar, la cápsula Voyager, lanzada en 1977, tuvo que recorrer 6.000 millones de kilómetros durante 12 años.
A su paso por el sistema transmitió las que en su momento fueron espectaculares fotos individuales del gigantesco y gaseoso Júpiter, de Saturno, de Urano y de Neptuno.
Pero ninguna de ellas fue tan espectacular como la de la Tierra, un punto en la inmensidad del sistema, según Candy Hansen, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, quien fue la encargada de las imágenes transmitidas por la Voyager.
"Allí estaba nuestro planeta, una mancha brillante alumbrada por la luz del Sol. Para mí fue asombroso comprobar lo especial que era la Tierra. Y también me hizo pensar en lo vulnerable y pequeña que es", indicó.
Desde esas fotografías, el conocimiento científico sobre los planetas ha avanzado a pasos agigantados, merced sobre todo a la contribución de los observatorios espaciales instalados en órbita terrestre por la NASA, como los telescopios Hubble y Spitzer.
Las naves espaciales robóticas han fotografiado todos los planetas y en el caso de Marte hasta lo han hecho desde su superficie.
También han llegado a las lunas de Júpiter y de Saturno y se han adentrado en su cinturón de asteroides, han fotografiado cometas y hasta han viajado hacia el Sol.
Después de que Voyager 1 abandonara el sistema solar, los científicos de la misión decidieron reducir el suministro de energía destinada a las cámaras para permitir que los otros instrumentos siguieran recogiendo información y continuara su viaje eterno hacia el espacio interestelar.
Eso parece haber dado buen resultado. Los científicos de la NASA siguen recibiendo todos los días datos de esa cápsula y de las que le siguieron.
Según informó JPL, en estos momentos Voyager está ahora a más de 10.000 millones de kilómetros del Sol y aunque sus cámaras no funcionan sigue transmitiendo sin pausas.
El objetivo final es abandonar lo que los científicos de la agencia espacial estadounidense califican como la burbuja que envuelve al Sol y a todos los planetas.
Si todo resulta como se espera, ese momento tendría que producirse en unos cinco años, una espera que no parece incomodar a los astrónomos que siguen acumulando los conocimientos que les transmiten las cápsulas espaciales.
"Hace 20 años, cuando se tomó este retrato familiar, nos maravillamos ante la enormidad del espacio. Y 20 años después todavía estamos en esta burbuja", indico Stone.
"Es posible que Voyager abandone la burbuja en cinco años más, pero el retrato familiar nos da una idea de la inmensa escala de nuestro vecindario...y de que hay todavía mucho más allá que está por descubrirse", añadió.
Fuente: EFE / Abc.es / Actualidad Espacial
Recordemos que las sondas espaciales Voyager llevan un disco de oro, con los sonidos e imágenes que retratan la diversidad de la vida y cultura de nuestro planeta Tierra; estas sondas tardarán 74.500 años en alcanzar las proximidades de la estrella más cercana a nuestro sistema solar.
Posteriormente, mediante sondas espaciales, se ha logrado obtener fotos de la Tierra vista desde diversas zonas del espacio, una de las más impactante fue la que trasmitió la sonda Cassini al fotografiar un eclipse de Saturno, se vio que la Tierra, nuestro hogar, sólo era un punto de luz; desde donde la Voyager 1 hoy pueda estar, es posible que el sistema solar sea un punto de luz. Más allá, no se verá excepto mediante instrumentos.
Y en ése punto pequeño de luz, perdido en la inmensidad del cosmos, estamos los seres humanos con toda nuestras limitaciones, sueños, alegrías, temores, amores y odios, y deseos de conocer la respuesta final a las tres preguntas bases: ¿Que somos? ¿De donde venimos? ¿A donde vamos?).
Fuentes: jpl / NASA.gov / abc.es / EFE / Wikipedia / SOCA copilaciones
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