martes, 28 de noviembre de 2017

BREVE VISITA DE UN ASTEROIDE INTERESTELAR ROJO Y EXTREMADAMENTE ALARGADO, FAMILIAR Y MISTERIOSO

 Animación de Oumuamua cruzando el sistema Solar

Este otoño, la galaxia visitó el Sistema Solar a través de un objeto de forma alargada que los astrónomos con sede en Hawái  bautizaron “Oumuamua”.
El emisario interestelar de origen desconocido fue descubierto en octubre, mientras se movía por el Sistema Solar a unos 17.000 kilómetros por hora.

Oumuamua (o-mu-a-mu-a), que quiere decir “mensajero” o “centinela” en hawaiano, no estuvo aquí por mucho tiempo.
El 19 de octubre fue avistado por primera vez cerca de la Constelación de Lyra, a unos 32 millones de kilómetros de la Tierra, y para mayo del año 2018 estará por Júpiter, en dirección hacia afuera del  Sistema Solar.

Ante el descubrimiento del asteroide, astrónomos de todo el mundo se apuraron para tratar de avistarlo con telescopios. Los integrantes del Instituto SETI, dedicado al estudio de posible inteligencia extraterrestre, se pusieron a buscar posibles señales de vida alienígena.
Por ahora, sin embargo, eso es solo un deseo de ciencia ficción.
“Nuestras observaciones son enteramente consistentes con que esto es un objeto natural”, dijo Karen Meech, integrante del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái y líder de la colaboración internacional que descubrió Oumuamua con el telescopio Pan-STARRS 1.
El equipo de la Dra. Meech acaba de publicar el primer reporte de sus observaciones en la revista Nature. El artículo describe al visitante interestelar como algo familiar y alienígena a la vez.
“No se ve nada así en nuestro sistema solar”, dijo Meech.

Dado su color y otras aparentes propiedades, Oumuamua se parece a los asteroides que ya conocemos y que tememos que un día puedan estrellarse contra la Tierra y destruir la civilización humana.
Sin embargo, su forma es extraña. Es muy alargado, casi diez veces más largo que ancho.
Aunque el objeto misterioso ya casi deja nuestro sistema, es probable que haya miles como él que no hayan sido detectados, dicen los científicos.

Los astrónomos han predicho desde hace mucho tiempo que es probable que haya restos interestelares que invadan el Sistema Solar de vez en cuando, como pedazos de hielo de discos de planetas lejanos.


Estos objetos se manifestarían como cometas a medida que se acercan al Sol, al vaporizarse y encenderse.
Oumuamua no se abrillantó como cometa: es tan oscuro que solo podía ser detectado con un telescopio muy poderoso, como el Pan-STARRS.
Un telescopio con un diámetro de ocho metros que está en construcción en Chile podría permitir avistar más objetos de ese tipo.
Oumuamua se ve más brillante cada 7,3 horas, lo que sugiere que está rotando. Eso es algo que un asteroide no podría hacer sin despedazarse a menos de que esté hecho de un material más fuerte.
Medidas espectrales revelaron que Oumuamua es de un color rojo oscuro, como el de muchas lunas en las afueras del Sistema Solar cuyas moléculas heladas han sido “pintadas” por la radiación del espacio exterior. También podría deberse a la presencia de hierro, según la Dra. Meech.

Aún es un misterio cómo Oumuamua obtuvo esa forma — quizá surgió tras una explosión de una supernova o fue formada por objetos que chocaron y se pegaron juntos — y de dónde vino.

La Dra. Meech dijo que primero pensaron que el origen era la estrella Vega, la más brillante de la Constelación de la Lyra, pero que los análisis de la trayectoria indicaron después que eso era poco probable.
El hecho de que el asteroide esté viajando a la misma velocidad relativa al Sol como otras estrellas cercanas sugiere que es la primera vez que se encuentra en otro sistema.

Aunque, según escriben los científicos en Nature, “la posibilidad de que Oumuamua haya estado orbitando la galaxia durante miles de millones de años no puede descartarse”.
Tampoco queda claro hacia dónde se dirige.
Fuente: New York Time Dennis Overbye 23.nov.2017