domingo, 16 de abril de 2017

EL CALENTAMIENTO GLOBAL ACELERA LA PÉRDIDA DEL PERMAFROST DE LA TIERRA

Pérdida de permafrost en el norte de Noruega. 
Foto:Sebastián Westermann. Universidad de Exeter

El calentamiento global está provocando la pérdida de casi 4 millones de permafrost por cada grado que aumente en forma adicional la temperatura del planeta, es el resultado del estudio publicado en Nature Climate Change y que fue generado  por la Universidad de Exeter, el cual sugiere que cerca de 4 millones de kilómetros cuadrados de tierra congelada,  una área más grande que La India, podrían perderse por cada grado adicional de calentamiento global. 

La pérdida de permafrost representa una doble amenaza: Liberará billones de toneladas de carbono y metano a la atmósfera y pondrá en peligro a 35 millones de personas, que pueden perder sus casas e infraestructuras locales por la inestabilidad del terreno.
Recordemos que el permafrost es la capa de suelo permanentemente congelada — pero no permanentemente cubierta de hielo o nieve — de las regiones muy frías o periglaciares, como es la tundra del planeta. Tambien puede encontrarse en las  áreas circumpolares de Canadá, Alaska, Siberia, Tíbet, Noruega y en varias islas del Océano Atlántico sur, como las Islas Georgias del Sur y las Islas Sandwich del Sur.
No es solo sucede en la Tierra, también se ha encontrado este fenómeno en la superficie del planeta Marte.

El permafrost se puede dividir en pergelisol, la capa helada más profunda, y mollisol la capa más superficial y es la que suele descongelarse.
Durante cientos de miles de años, el permafrost del Ártico2 ha acumulado grandes reservas de carbono orgánico (se estima que de 1,4 a 1,85 billones de toneladas métricas).
El calentamiento global descongelará un 20% más de permafrost de lo que se pensaba anteriormente,  liberando billones de toneladas  de gases de efecto invernadero a la atmósfera terrestre, es lo que se desprende de un comunicado de la  nueva investigación efectuada por la  universidad de Exeter.
Durante cientos de miles de años, el permafrost del Ártico acumulo grandes reservas de carbono orgánico (se estima que de 1,4 a 1,85 billones de toneladas métricas). Cuando el permafrost se deshace, la materia orgánica comienza a descomponerse, liberando gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano, aumentando las temperaturas globales del planeta. Se estima que hay más carbono contenido en el permafrost congelado que el que se encuentra actualmente en la atmósfera.
Las consecuencias de la descongelación del permafrost son potencialmente perjudiciales no sólo para las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también para la estabilidad de los edificios situados en ciudades de alta latitud. 
Aproximadamente 35 millones de personas viven en  zonas de permafrost, en las cuales tres ciudades fueron construidas sobre el permafrost, a las cuales se tienen que agregar muchas comunidades más pequeñas. Un deshielo generalizado podría hacer que el terreno se vuelva inestable, poniendo las carreteras y edificios en riesgo de colapso.

Depende de los objetivos climáticos 
Estudios recientes han demostrado que el Ártico se está calentando alrededor del doble de la tasa del resto del mundo, por lo que el permafrost ya ha comenzado a descongelarse en grandes áreas. 
Los investigadores, de Suecia y Noruega, así como del Reino Unido, sugieren que las enormes pérdidas de permafrost podrían evitarse si se cumplen objetivos climáticos ambiciosos.
Consideran que si el calentamiento global logra contenerse por debajo de los 1,5ºC respecto a los niveles industriales, podría evitarse la pérdida de dos millones de kilómetros cuadrados de permafrost, por lo que cumplir los objetivos del Acuerdo de París resulta fundamental para prevenir esta catástrofe. 
En el estudio, los investigadores utilizaron una combinación innovadora de modelos climáticos globales y datos de campo para proporcionar una estimación rigurosa de la pérdida mundial de permafrost como consecuencia del cambio climático.
El equipo examinó la forma en que el permafrost cambia a través del paisaje y cómo está relacionado con la temperatura del aire. Luego consideraron posibles aumentos en la temperatura del aire en el futuro, y los pasaron a un mapa de distribución de permafrost usando su relación basada en la observación.
Esto les permitió calcular la cantidad de permafrost que se perdería en función de la intensidad del calentamiento global. Y así descubrieron que el patrón actual del permafrost es sensible a los cambios en el clima. 

El estudio sugiere que el permafrost es más susceptible al calentamiento global que lo que se creía hasta ahora, ya que estabilizar el clima en  2ºC por encima de los niveles preindustriales conduciría a la descongelación de más del 40% de las actuales áreas de permafrost. 
"La capacidad de evaluar con mayor precisión la pérdida de permafrost puede alimentar una mayor comprensión del impacto del calentamiento global y, potencialmente, influir en la política frente al calentamiento global", consideran los investigadores.
Fuente: Tendencias Científicas / Universidad de Exeter / Wikipedia / Nature Climate Change


Traducción libre de Soca