sábado, 29 de octubre de 2016

A LA ESPERA DE UNA TORMENTA SOLAR PERFECTA


Comparación entre una llamarada solar y una súper llamarada – Crédito: Universidad de Warwick/Ronald Warmington / abc.es

En el lenguaje que habitualmente los seres humanos intercambian noticias, es bastante difícil lograr una combinación de términos  científicos que evite dar una sensación apocalíptica ante posibles eventos naturales, que impliquen la posibilidad de que la Tierra sea afectada en una forma tal, que toda  la tecnología que hoy permite la vida cotidiana, pueda sufrir tal deterioro, que termine paralizando  todo el planeta.

Combinar  terminologías científicas con el lenguaje burocrático,  en un documento presidencial es bastante más engorroso y complejo.
El presidente de los Estados Unidos Barack Obama firmó en octubre de 2016 una orden ejecutiva para coordinar los “esfuerzos” de su Gobierno para “preparar a la nación ante eventos meteorológicos del espacio; entre los cuales algunos pueden ser los destellos solares, partículas de energía solar y ruidos geomagnéticos”.

Según el decreto, son fenómenos que ocurren en forma regular y pueden afectar infraestructuras clave, como son los satélites GPS, sistemas de comunicación, aviación y de distribución eléctrica; advierte que  “Tiene el potencial de afectar e interrumpir simultáneamente la salud y la seguridad en continentes enteros”.

Pero el documento presidencial no aborda la probabilidad de que ocurran estos fenómenos ni sus consecuencias, sino que se centra en mejorar la coordinación ante su posible impacto; explica que se hace necesaria “Una preparación exitosa ante eventos meteorológicos del espacio, es un esfuerzo de toda la nación, que requiere colaboración entre  gobiernos, gestores de emergencias, el mundo de la academia, medios de comunicación, la industria farmacéutica, organizaciones sin ánimo de lucro y el sector privado”.

Los ruidos geomagnéticos son una afectación del campo magnético de la Tierra, como consecuencia de la actividad solar; los destellos solares son una breve erupción de intensidad en la superficie del Sol o cerca de ella, asociada con las manchas solares. Es un fenómeno común que raramente tiene efectos relevantes. Las partículas de energía solar son iones y electrones expulsados desde el Sol como resultado de esas erupciones.
El fenómeno meteorológico más conocido, fue una tormenta solar en 1859, que se conoce como el evento Carrington, que permitió que se observaran  auroras en el cielo desde los polos hasta el Caribe, y los sistemas de comunicación por telégrafo quedaron alterados en Europa y América del Norte.
Un siglo después, en 1967, tres potentes erupciones solares inutilizaron los sistemas de radares de los Estados Unidos que estaban encargados de detectar la llegada de misiles soviéticos. Al estar en plena Guerra Fría, inicialmente Washington pensó que el culpable era Moscú.


Enlace al vídeo "Llamarada solar..."

 No es la primera vez que se advierten peligros provenientes desde el espacio, entre ellos  una tormenta solar geomagnética muy poderosa, puede dañar los satélites de comunicaciones, cerrar el tráfico aéreo, apagar las luces, computadoras, teléfonos y liquidar los sistemas GPS, afectando millones de hogares durante días, meses o incluso años.
Suena como un escenario de pánico tipo ciencia ficción, pero los científicos espaciales, corporaciones globales de seguros y agencias gubernamentales estadounidenses, desde el Departamento de Seguridad (DHS) de la NASA, la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de la Casa Blanca, se lo toman muy en serio. De ocurrir, a pesar de ser un evento de baja probabilidad, es de alto impacto, el cual debe afrontarse desde varios frentes, como ser la investigación, la prevención y tener una estrategia de mitigación.

Siempre se está controlando la actividad del Sol, en especial, cuando sucede una Eyección de Masa Coronal (Coronal Mass Ejection – CME), una onda de radiación y el viento solar, que se desprende del Sol en los período de actividad solar máxima, son ondas muy peligrosas, porque de llegar a la Tierra y su campo magnético está orientado al sur, puede dañar los circuitos eléctricos, los transformadores y los sistemas de comunicación, aparte de reducir el campo magnético de nuestro planeta; en cambio, si está orientado hacia el norte, rebotará inofensivamente en la magnetosfera.
La magnetósfera es una región alrededor de un planeta, en la que el campo magnético de éste, desvía la mayor parte del viento solar, formando un escudo protector contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del Sol.

Una llamarada puede generar varias oleadas de diferentes partículas, la primera llega unos 10 a 20 minutos  debido que viaja a casi la velocidad luz, su energía puede interrumpir las comunicaciones satelitales; si la llamarada es fuerte puede dar lugar a una eyección de masa coronal la cual, según su intensidad demora en llegar entre 18 horas a  3 días y si la orientación de su  campo magnético es la adecuada (orientada al sur), penetra el campo magnético terrestre y por inducción las intensa corrientes eléctricas pueden dañar, incluso inutilizar, las centrales energéticas, provocando apagones y cortes de suministro.

En una reciente conferencia en Washington, Louis Lanzerotti, investigador del Centro de NJIT para la Investigación Solar-Terrestre, en la cual se reunieron especialistas en meteorología espacial de distintos ámbitos, resumió las implicaciones de una tormenta solar-masiva para una sociedad como la tecnológica actual e híper-conectada comentando: “Desde el desarrollo del telégrafo eléctrico en la década de 1840, los procesos del clima espacial han afectado al diseño, implementación y operación de muchos sistemas de ingeniería en un primer momento en la Tierra y ahora, en el espacio, ha señalado Lanzerotti, a medida que la complejidad de tales sistemas aumenta, por la invención y despliegue de nuevas tecnologías, y que los seres humanos se han aventurado más allá de la superficie de la Tierra, tanto los sistemas construido por los humanos como por la propia humanidad, se vuelven más susceptibles a los efectos del entorno espacial de la Tierra”.

Además de las interrupciones en las comunicaciones y de las redes de energía, esas poderosas explosiones de radiación electromagnéticas, partículas energéticas y plasma magnetizado, tienen el potencial de corroer las tuberías de agua y alcantarillado, borrar los datos históricos almacenados en la memoria de los ordenadores, socavar las operaciones militares y de seguridad y hacer daño a los astronautas que viajan en el espacio.
Es por este motivo que los investigadores han insistido en la creciente urgencia de reforzar tanto la investigación científica básica, como el desarrollo de aplicaciones prácticas.
Daniel Baker, Director del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Clorado-Boulder  ha señalado: “Una vez que los sistemas empiezan a fallar, (los cortes) pueden multiplicarse en cascada de manera que ni siquiera podamos concebir”.

De producirse eventos de  cualquiera de las características antes mencionadas, las consecuencias serán catastróficas. En un informe del año 2013 el mercado de seguros  Lloyd de Londres estimaba que si la población se encuentra ante el riesgo de una tormenta masiva, los costos de recuperación en obtener las piezas de recambio para los transformadores estarían entre los 600.000 a 2,6 billones de dólares.
También existen las pequeñas tormentas que pueden causar problemas como fue  un  apagón en Suecia durante el cual la NASA, también detectó anomalías en  misiones en el espacio.
Varios años más tarde, nuevamente en Suecia, la interrupción de los sistemas de control de vuelo detuvo el tráfico aéreo. Por este motivo, la Directora del Medio Ambiente y Energía en el OSTP, Tamara Dickinson  dijo “El gobierno está en un punto de inflexión fundamental en su enfoque de la planificación del clima espacial y dispuesto a tomar medidas decisivas para hacer frente a este riego”.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos también está expandiendo su red de sensores para monitorear el clima espacial, colocándolos en todos sus satélites; ellos indican que “Necesitamos datos para apoyar determinadas operaciones militares”. La Fuerza Aérea se basa en el GPS para las misiones como son el pilotaje de aeronaves por control remoto. Ellos comentan que “Si podemos predecir el clima espacial, podemos retrasar o ampliar las operaciones en el lugar”.

Recientemente la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) añadió considerar  en sus diarias operaciones de sus sesiones de información, el clima espacial.
Y la NOAA – Administración Oceánica y Atmosféricas Nacional – ha señalado que realizará un  intenso seguimiento de las tormentas solares, para  predecir oportunamente sus futuras consecuencias.

Por lo tanto, los seres humanos deben tomar conciencia de que no queda más remedio que prepararse lo mejor posible para lo que en algún momento pueda suceder, no es  un evento de si sucederá, sino de cuando sucederá y que tan fuerte será.
Fuente: ABC.es / Wikipedia / El País et al.

sábado, 22 de octubre de 2016

NUEVA EVIDENCIA DE LA EXISTENCIA DE UN 9º PLANETA MUY GRANDE Y LEJANO EN NUESTRO SISTEMA SOLAR

Imagen que comenzó la reciente discusión de un  9º planeta. Imagen a través de R.Hurt/IPAC/Caltech
  
Los seres humanos cada cierto tiempo,  especulan acerca de la posibilidad de que exista un  Noveno Planeta, el cual han denominado con diversos nombres (algunas veces Planeta X).
En la actualidad cobra nuevamente interés por cuanto en la 48ª reunión  de la División de Ciencias Planetarias y el 11º Congreso  de Ciencia Planetarias Europea, efectuado durante la semana comprendida entre el 16 y 21 de octubre de 2016 en Pasadena, California,  dos grupos de astrónomos del JPL Caltech presentaron sus investigaciones sobre la posibilidad de la existencia de un noveno planeta, bastante grande y muy lejano, que aún no ha sido descubierto pero que pertenece a nuestro Sistema Solar y que sería el responsable de la inclinación del Sol.
Esta inusual inclinación de nuestra estrella es conocida desde  mediados de la década de 1800, situación que no es discutida muy a menudo debido a que nadie tiene alguna idea de cual es la causa; por lo cual  se pregunta: “¿Será este noveno planeta la causa de esta inclinación?”

Elizabeth A. Bailey,  estudiante graduado de Caltech, dirigió un estudio el cual sugiere que un lejano planeta de gran tamaño puede ser  el que agregue un bamboleo al Sistema Solar, dando así la apariencia de que el Sol se inclina ligeramente, ella ha comentado: “Porque el 9º planeta es tan enorme y tiene a su vez una órbita inclinada en comparación con los otros planetas, el Sistema Solar no tiene más remedio que girar lentamente fuera de la alineación”.

Si en alguna ocasión hemos observado los planetas, es posible notar que siguen el mismo camino a través del cielo, como el Sol; esto se debe a que los grandes planetas de nuestro Sistema Solar giran alrededor del Sol en un plano casi horizontal, aproximadamente dentro de un par de grados entre sí. Caltech ha dado a conocer la  declaración de que ése plano gira en una inclinación de seis grados con respecto a la del Sol, dando así la apariencia de que el mismo Sol se ladeó en un ángulo; hasta ahora, nadie había encontrado una explicación convincente que permitiera producir tal efecto.

Bailey trabaja en Caltech junto a Konstantin Batygin, Profesor Adjunto de Ciencia Planetaria, y Mike Brown profesor de Astronomía Planetaria, cuyo trabajo lanzado a principios del año 2016, predice la existencia de un gran noveno planeta, aún sin descubrir y que se encuentra más allá de Neptuno; Brown habló de la poco conocida inclinación del Sol, que según dijo, es: “…un misterio muy arraigado y difícil de explicar, que simplemente no se habla de ello”. 
De acuerdo con el trabajo de Brown y Batygin, el planeta que aún no se logra ver, es alrededor de 10 veces más grande que el tamaño de la Tierra, con una órbita aproximadamente 20 veces más lejos del Sol, en promedio, que la órbita de Neptuno. De acuerdo con sus cálculos, el 9º planeta parece orbitar a unos 30º grados fuera del plano de la órbita de otros planetas, y por lo tanto, de existir, “cambia la física” de cómo se comporta el resto del Sistema Solar; Batygin comenta: “continuamos asombrándonos cada vez que miramos con detenimiento,  seguimos encontrando que el Planeta Nº 9 explica algo sobre el Sistema Solar que ha sido mucho tiempo, un misterio”.

Este es el trabajo investigativo que ha reiniciado  la discusión de la existencia de un noveno planeta en el Sistema Solar; recordemos que  se habla de los planetas,  el Sistema Solar tiene además planetas enanos, más los objetos que se encuentran entre Marte y Júpiter y en el Cinturón de Kuiper, donde  están los 6 conocidos más distantes. Toda la línea misteriosa se encuentra en una solo dirección, que si se observa en tres dimensiones, se inclinan a casi idéntica distancia del plano del Sistema Solar.

Batygin y Brown han demostrado que para mantener esta configuración, un planeta con  diez veces la masa de la Tierra y que esté en una órbita distante excéntrica y antialineado con los otros,  requiere  otros 6 objetos.

 Enlace vídeo Planet Nine...

Mientras tanto, los astrónomos de la Universidad de Arizona, dirigidos por Renu Malhotra, han explicado el análisis de los datos, por cuanto estos objetos son conocidos más allá de Neptuno los cuales quedan cercanos al Sol en un punto de sus órbitas denominado “objetos extremos del Cinturón de Kuiper”, y giran a cientos de unidades astronómicas de distancia del Sol.

La Profesora Malhotra dice: “Se analizaron los datos de estos objetos más distantes del Cinturón de Kuiper y notamos algo peculiar, sugiriendo que eran en algún tipo de resonancia con un planeta no detectado, nuestro trabajo proporciona estimaciones más específicas para la masa y órbita que este planeta tendría, y, más importante aún, las limitaciones de su posición actual dentro de su órbita”.
Los astrónomos dijeron que los 4 objetos del Cinturón de Kuiper, con periodos orbitales más largo conocidos, giran alrededor del Sol en patrones que se explican más fácilmente por la presencia de un hipotético noveno planeta que tendría aproximadamente 10 veces la masa de la Tierra.

Según los cálculos de los astrónomos de la Universidad de Arizona, el hipotético planeta completa una órbita alrededor del Sol, en aproximadamente 17.000 años. Los más lejanos de los planetas conocidos que giran alrededor del Sol, dan una vuelta en un poco más de 660 unidades astronómicas, es decir, 660 veces la distancia  Tierra – Sol. 
El trabajo de Elisabeth Bailey, Browm y Betygin  titulado “Curious Tilt of the Sun Traced to Undiscovered Planet” se encuentra en la página de CALTECH.
El trabajo de Renu Malhotra et al. titulado “Corralling a Distant Planet with Extreme Resonant Kuiper Belt Objects” se publicó en The Astrophysical Journal  15-jun-2016
Fuente: EarthSky (Deborah Byrd) / Wikipedia 

sábado, 15 de octubre de 2016

ASTRÓNOMA CHILENA ESTUDIA LAS ESTRELLAS QUE SE COMEN A LOS PLANETAS

Imagen artística. Crédito: Gabi Pérez / IAC.(ESO)-Instituto de Astrofísica UC

A mediados del año pasado un grupo de investigadores detectó, por primera vez, la presencia del litio en la explosión de una nova. Ahora, un equipo de astrónomos estudia la presencia del elemento en las estrellas llamadas ‘gigantes rojas‘. 
El descubrimiento tuvo como primera autora a Claudia Aguilera, estudiante de doctorado en Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El hallazgo fue publicado en la última edición de la revista científica The Astrophysical Journal.
Aguilera explica: "En el interior de las estrellas, el litio se destruye a temperaturas relativamente bajas. Esto ocurre mientras la estrella está en su etapa de secuencia principal (cuando es similar al sol y está quemando hidrógeno en su núcleo). Cuando evoluciona, y se convierte en una gigante roja, sus capas externas aumentan de tamaño lo que provoca que el litio se diluya y disminuya. Esto implica que las gigantes deberían tener poco o nada de este elemento".
La investigación fue guiada por el académico del Instituto de Astrofísica UC e investigador del Centro de Astrofísica CATA, Julio Chanamé,

Los científicos explican: “la abundancia de litio sería una posible señal producida por el proceso”,
Esa es la situación para la mayoría de las estrellas llamadas Gigantes Rojas, sin embargo, explica Claudia, "Hay un pequeño porcentaje de ellas que tiene altas abundancias de litio. ¿Por qué? No hay claridad, pero una de las posibilidades es que la estrella esté ¡engullendo alguno de los planetas que la rodean! En este trabajo estudiamos, a través de modelos, la posible señal que podría dejar un planeta o una enana marrón al ser consumido para ver si podría explicar estas gigantes ricas en litio". Los resultados de la investigación, que tomó alrededor de dos años y medio, revelan que no todos los planetas producen una señal perceptible. "De las llamadas enanas marrones las más masivas no aumentan el litio de la estrella, pero planetas menos masivos, como Júpiter sí pueden emitir una señal".
Gracias al modelo desarrollado se podrán buscar sistemas donde es más probable encontrar gigantes ricas en litio que tienen en común la "ingesta de sus compañeras de masa subestelar".
El  Profesor Chanamé, quien  es también investigador del Instituto Milenio de Astrofísica, acota que: “Los siguientes pasos incluyen seguir con el estudio teórico (como el primer Paper), incluyendo cada vez más procesos de posible importancia, pero a la vez estamos diseñando experimentos, es decir, programas de observación”.

Claudia Aguilera, estudiante del Doctorado en Astronomía de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Claudia Aguilera concluye: “Otras posibilidades es que otros científicos podrían aplicar nuestra investigación para estudiar planetas alrededor de estrellas un poco más masivas que el Sol, que son un poco más difíciles de estudiar con los métodos convencionales”.

El trabajo original ha sido publicado por la Revista The Astrophysical Journey bajo el título “On Lithium-Rich Red Giants” del 29 de septiembre de 2016-Volumen 829, número 2 y en Centro de Astrofísica y  Tecnologías Afines (CATA).
Fuente:  Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) / Astrophysical Journey

martes, 11 de octubre de 2016

CHINA INAUGURA EL RADIOTELESCOPIO MÁS GRANDE DEL MUNDO PARA BUSCAR VIDA EXTRATERRESTRE

Imagen: Radiotelescopio FAST.STR (EFE)

En marzo del año 2011, mediante una inversión de 185 millones de dólares (1.200 millones de Yuanes), China inició la construcción del más grande Radiotelescopio jamás antes construido, al cual han bautizado con el nombre de FAST (por sus siglas en inglés).
Está emplazado en el suroeste chino, en  la zona montañosa del condado de Pintang, provincia  de Guizhou, y ha comenzado a funcionar con el principal objetivo de hallar señales de vida inteligente extraterrestre.

Wu Xiangping, Director General de la Sociedad China de Astronomía   ha comentados que “Es el Radiotelescopio más grande del mundo y por esta misma razón,  es el que cuenta con el más alto grado de sensibilidad, permitiendo ayudar a buscar n vida inteligente fuera de nuestra galaxia”.
Su tamaño supera los 305 metros de diámetro del que fuera el mayor radiotelescopio, ubicado en Arecibo, Puerto Rico.

FAST tiene un diámetro de 500 metros y un perímetro de 1,6 kilómetros. En su superficie caben 30 canchas de fútbol y está formado por 4.450 paneles que demoraron 11 meses en ser ensamblados.
A pesar de estar alejado de los pueblos más habitados,  China debió reubicar a unas 10.000 personas a fin de dar lugar a la construcción de este radiotelescopio.
En los ensayos efectuados antes de comenzar su funcionamiento, ya ha empezado a arrojar resultados prometedores, consiguiendo captar señales de un púlsar (estrella de neutrones) ubicado a 1.361 años luz de la Tierra.
Fuente: History (septiembre 29, 2016) / El País /et al.

sábado, 8 de octubre de 2016

COMETA PODRÍA HABER GOLPEADO LA TIERRA 10 MILLONES DE AÑOS DESPUÉS DE LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSAURIOS

Un cometa pudo haber golpeado a la Tierra hace unos 56 millones de años atrás, dejando tras de sí reveladoras esferas vidriosas en los núcleos de sedimentos. Crédito: James Thew / iStockphoto

Los científicos se han preguntado si en el pasado distante, un calentamiento global extremo se produjo en la Tierra en forma natural; por cuanto hace 56 millones de  años, el carbono aumentó en la atmósfera terrestre, elevando la temperatura de 5ºC a 8ºC (9 A 16º F), causando enormes migraciones de la vida silvestre que podría reflejar el futuro del mundo, debido al calentamiento global.
Pero lo que dio origen a este Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (MTPE) sigue siendo un misterio.

El 27 de septiembre de 2016, en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América, un grupo de científicos ha reforzado su afirmación de que el pequeño impacto de un cometa se inició el MTPE que removió el carbono 10 millones de años después de un similar evento que diezmó a los dinosaurios, evento que sucedió hace 65 millones de años.
Paul Voosen del grupo científico anunció el descubrimiento de vidriosas perlas oscuras, situadas en ocho núcleos de sedimentos ligados a la creación de esferas del MTPE,  que a menudo están asociados con eventos extraterrestres.

La evidencia crítica no fue el resultado de algo dirigido, según ha dicho Morgan Schaller, geoquímico del Instituto Politécnico Rensselaer en Troy, Nueva York, quien presentó el trabajo del equipo. Las esferas fueron descubiertas en los sedimentos de la costa de Nueva Jersey por Schaller y Megan Fung , estudiante de doctorado y co-autor, peinaban a través de los núcleos  en busca de fósiles de organismos microscópicos llamados  foraminíferos, los cuales a menudo se utilizan como una herramienta de citas, pero en  lugar de forams, descubrieron una serie de esferas oscuras y vidriosas.

Las esferas parecían  microtectitas, escombros creados y lanzados a un lado cuando  los cometas o asteroides chocan contra la Tierra a altas velocidades. Esta situación fue una sorpresa para el equipo, por cuanto estos sedimentos se habían estudiado  anteriormente muchas veces. Las esferas pueden haberse mezclado en el contexto de las negras bandejas que se utilizan comúnmente para la caza de foraminíferos  de color claro, tan visibles como una luna llena en la noche.

A veces cuando el carbono se ha incrementado en la Tierra, siempre hay discusiones sobre si los volcanes  lo causaron; pero Schiller y Fung están convencidos de que las esférulas vítreas no se hicieron en una erupción volcánica. Voosen informó: “Su contenido en agua es menos de 0,03%, lo cual es mucho más bajo que las esferas volcánicas, y que contienen inclusiones de vidrio de cuarzo fundido que es característico de un impacto caliente. Su química es diferente a las microtectitas de otros efectos conocidos”; y agregó: “Que las esferas todavía se enfrentarán a una alta barra antes de ser aceptadas por otros geólogos, como una cosa real”.

Los científicos son cautelosos acerca de cómo un pequeño impacto en el planeta, podría encajar en ésa cadena de eventos climáticos, no todos los ataques extraterrestres son los mismos. El evento de MTPE puede haber sido una situación que cambiará el mundo, como lo fue la muerte de los dinosaurios a tan sólo 10 millones antes; o bien,  podría haber sido como el objeto que golpeo y excavó la Bahía de Chesapeake hace 35 millones de años, que fue localmente devastada, pero a nivel global,  se mantuvo la supervivencia.
El trabajo investigativo  se encuentra en Science bajo el título “Comet May have Struck Earth just 10million Years after Dinosaur Extinction” - DOI: 10.1126/Science.aah7359.
Fuente: EarthSky / Science


lunes, 3 de octubre de 2016

EL DISCO DE ORO DE VOYAGER Y SU PRÓXIMO CUMPLEAÑOS Nº 40


Voyager es el nombre de las dos sondas espaciales estadounidenses enviadas a los planetas exteriores; una es el Voyager 1 y la otra Voyager 2, y el próximo año – 2017 – cumplirán 40 años de viaje, trasladándose en el espacio interestelar hacia donde ningún ser humano ha llegado antes.

La Voyager 1 fue lanzada el 05 de septiembre de 1977 desde Cabo Cañaveral, pasó por Júpiter en 1979 y por Saturno en 1980. 
En la actualidad se encuentra fuera de la influencia del Sol, ya en espacio interestelar, y a la fecha, se encuentra a una distancia de  136,3179 UA (20.392.868.900 kilómetros). 
En unos 40.000 años más, pasara aproximadamente a 1,6 años luz  de AC+79.3888 una estrella de la Constelación de Camelopardalis.

En cuanto a Voyager 2, fue lanzada el 20 de agosto de 1977, pasó  por Júpiter y Saturno, llegando a Urano en 1986 y a Neptuno en 1989.
Dentro de 40.000 años pasará a 1,7 años luz de la estrella Ross 248  y  en 296.000 años pasará a 4,3 años luz de Sirio, la estrella más brillante del cielo, de la Constelación del Can Mayor.

Cada  nave, lleva un disco de oro conteniendo un mensaje interestelar con el propósito de introducir a nuestra civilización en los extraterrestres que puedan encontrar  estas sondas, tal vez en millones de años más a partir de ahora. 

El Disco de Oro contiene la historia de  la Tierra, expresada en sonidos, imágenes, ciencia y la música más grande del planeta, desde  una miríada de culturas y épocas, desde Bach, Beethoven a Blind Willie Johnson y Chuck Berry, percusión senegalesa de zampoñas, sonidos naturales como ser el llanto de un bebé, un tren, pájaros, saludos en 55 idiomas hablados por seres humanos, lenguaje de  ballenas e imágenes codificadas en formato analógico.

Grabado del diagrama al agua fuerte en la cubierta de aluminio chapado en oro que explica de donde viene y como  utilizarlo

Carl Sagan dijo que "La nave espacial, y el registro, solo serán encontradas si existen otras civilizaciones capaces de viajar en el espacio interestelar. Pero el lanzamiento de esta botella dentro del océano cósmico dice algo muy esperanzador sobre la vida en este planeta". Así, el registro es más visto como una cápsula del tiempo o como algo simbólico en lugar de un serio intento de comunicarse con  vida extraterrestre.

El próximo año – 2017 – será el cumpleaños número 40 y en 40.000 años más cuando pase cerca de un sistema estelar podría tal vez ser interceptada por alguna inteligencia que domine viajar por el espacio. La Tierra seguirá existiendo, pero la pregunta sería ¿Existirán los seres humanos en ése momento? Es posible que nunca sepamos si serán escuchados por otra civilización.

Bibliografía: NASA Misión Voyager / Kickstarter  / Wikipedia et al.

OSOS POLARES HAMBRIENTOS POR CAUSA DEL DERRETIMIENTO DEL HIELO MARINO

Un oso polar prueba la fuerza del delgado hielo marino. Mario Hoppmann / imaggeo.egu.eu

Un nuevo estudio ha revelado que el hielo del mar se funde en la primavera y más tarde, en el otoño, cuando su crecimiento se detiene, está perjudicando las capacidades de alimentación y reproducción de las poblaciones de osos polares en todo el Ártico.
Los osos polares están entre los animales más afectados por la caída del hielo del Ártico, debido que los osos pasan sus inviernos y primavera cazando en forma  itinerante su alimento en el hielo. Ellos han evolucionado a comer en forma de poder obtener las grasas y nutrientes que necesitan para enfrentar  en el Ártico  su áspero entorno.
Los osos no pueden nadar más rápido que sus presas, así que ellos se posan sobre el hielo como plataforma y emboscan a su alimento en los orificios de respiración o rompen el hielo para acceder a sus madrigueras. Kristin Laidre de la Universidad del Centro de Ciencia Polar de Washington es un coautor del estudio. Ella dijo en un comunicado : El hielo marino es realmente su plataforma para la vida. Ellos son capaces de existir en la Tierra para una parte del año, pero el hielo marino es donde obtienen su principal presa.
El estudio, publicado 14 de de septiembre de 2016, en The Cryosphere (La Criosfera),  observó a las 19 poblaciones de osos polares que viven separadas en todo el Ártico, y mostró la disminución del hielo marino que afecta a todos ellos; los investigadores dijeron que los resultado más sorprendente, ha sido la tendencia constante en todas las regiones donde habita el oso polar ha sido afectada por un deshielo de primavera anterior y una posterior caída en el congelamiento. 

Cuando se inicia la primavera y vuelve aparecer la luz del día, el hielo marino del Ártico le afectan las temperaturas cálidas, las cuales terminan en los meses de otoño acumulando nuevamente hielo. Laidre dijo : Estas obligadas transiciones de primavera y otoño es cuando hay un buen hábitat para los osos de hielo que están disponibles para alimentarlos. Estos períodos también están vinculados a la temporada de reproducción cuando los osos encuentran compañeros, y cuando las mujeres salen de sus madrigueras de maternidad con cachorros muy pequeños y no han comido durante meses”.

A través de los 19 poblaciones de osos polares, los investigadores encontraron que el número total de días cubiertos de hielo se redujo a razón de siete a 19 días por década entre 1979 y 2014. La concentración de hielo del mar durante los meses de verano - una medida importante, porque el verano es cuando algunas subpoblaciones se ven obligados a ayunar en la tierra - también disminuyó en todas las regiones, un 1 por ciento a 9 por ciento por década.
Fuente: EarthSky – (The Cryosphere DOI 10.5194/tc-10-2027-2016)

domingo, 2 de octubre de 2016

ASTRÓNOMO AFICIONADO DETECTA EN EL CÚMULO PISCIS-PERSEO LA PRIMERA GALAXIA DIFUSA

Imagen de la galaxia DGSAT I en el cúmulo Piscis-Perseo. Imagen: David Martínez-Delgado. Fuente: UCM.

 A una distancia de 250 millones de años luz, en las Constelaciones de Piscis y Perseo, se extiende una de las estructuras cósmicas más grandes del universo, formada por miles de galaxias; en ella, se localizó a una débil galaxia la cual se ha bautizado  como DGSAT I.
Esta galaxia fue detectada por el astrónomo amateur, Alessandro Maggi, quien  utilizó un pequeño telescopio capaz de captar imágenes en alta resolución. Maggi fotografió la galaxia enana Andrómeda II y publicó su imagen en internet, aunque no fue consciente de que había descubierto un nuevo objeto. 

Partiendo de esta fotografía, David Martínez-Delgado, autor principal de la investigación y astrónomo del Instituto Max Planck de Astronomía y de la Universidad de Heidelberg (Alemania), localizó en ella a la débil galaxia y verificó su existencia con herramientas profesionales. 
El equipo internacional de científicos, que cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ha descubierto en este supercúmulo galáctico, uno de los cuerpos más difíciles de localizar del espacio, una galaxia difusa. 
  
“Tienen un tamaño similar al de nuestra Vía Láctea pero con una luminosidad muy baja, como la que tendrían las galaxias enanas”, explica M. Ángeles Gómez Flechoso, investigadora del departamento de Matemática Aplicada (Biomatemática) de la UCM y coautora del trabajo, publicado en The Astronomical Journal.
  


 Supercúmulo_Perseo_Piscis.gif (760 × 480 pixels, file size: 14 KB, MIME type: image/gif)
Rarezas del cosmos
“Lo que resulta más interesante de DGSAT I es que se ha observado en una zona de baja densidad de un cúmulo de galaxias, como es el de Piscis-Perseo. Hasta ahora, las galaxias difusas se habían observado en el cúmulo de Coma, pero en zonas más densas”, destaca Gómez Flechoso. 
Lo que rodea a estos cuerpos galácticos es un misterio. Hoy por hoy, los astrofísicos desconocen cómo se formaron. “Se especula con la posibilidad de que sean galaxias que han sufrido procesos de calentamiento por fuerzas de marea al ser capturadas por el potencial del cúmulo”, baraja la científica. Según la investigadora, existe otra hipótesis, la cual  es que el propio entorno las haya modelado con esta estructura en el proceso de formación del cúmulo.
  
También resulta complicado saber qué proporción de estos cuerpos existe en todo el universo. Su bajo brillo superficial y su ausencia de gas dificultan su detección. “Lo que sabemos es que hasta ahora solo se han observado en cúmulos de galaxias, en zonas más o menos densas”, afirma Gómez Flechoso. 
El trabajo del equipo internacional de investigadores titulado “Discovery of an Ultra-Diffuse Galaxia in the Pisces-Pêrseus Supercluster”  se encuentra en The Astronomical Journal (2016) DOI:10.384/0004-6256/151/4/96
Fuente: Tendencias Científicas




Referencia Bibliográfica
David Martínez-Delgado, Ronald Läsker, Margarita Sharina, Elisa Toloba, Jürgen Fliri, Rachael Beaton, David Valls-Gabaud, Igor D. Karachentsev, Taylor S. Chonis, Eva K. Grebel, Duncan A. Forbes, Aaron J. Romanowsky, J. Gallego-Laborda, Karel Teuwen, M. A. Gómez-Flechoso, Jie Wang, Puragra Guhathakurta, Serafim Kaisin y Nhung.