martes, 26 de agosto de 2014

LA TIERRA Y LA LUNA VISTAS DESDE MERCURIO


MESSENGER, es una sonda Misión Espacial no tripulada de la NASA, lanzada el 03 de agosto de 2004 rumbo al Planeta Mercurio, que entró en órbita alrededor de este planeta el 18 de marzo de 2011, iniciando un período de observación orbital de un año terrestre de duración.

Mirando hacia atrás desde su órbita alrededor de Mercurio, MESSENGER ha fotografiado a la Tierra y la Luna, el 06 de mayo de 2010 cuando la Nave Espacial se encontraba a 183 millones de kilómetros de la Tierra, más allá de la distancia media desde el Sol (150 millones de kilómetros) debido a que la Tierra y Mercurio se encuentran en diferentes lugares de sus órbitas alrededor del Sol.
 

 Imagen de la Tierra y la Luna en 2010 por MESSENGER

La Imagen fue tomada por la Cámara de Gran Angular de la Nave Espacial (WAC) en el Sistema Dual Imaging Mercurio (IDM). La vista tuvo una feliz coincidencia cuando la sonda buscaba vulcanoides pequeños (objetos rocosos que existen  entre lla orbita  de Mercurio y el Sol. Desde un punto de vista de la Nave Espacial, la Tierra y la Luna se encuentran cerca de la frontera de las Constelaciones de Libra y Escorpio.

MESSENGER es la primera Nave Espacial para Mercurio después del Mariner 10 en 1974-1975; sin embargo, es la primera en conseguir una imagen de larga distancia de la Tierra. En el año 2003, el Mars Global Surveyor espió a la Tierra y a su Luna en el mismo marco,  en 2006 Cassini envió instantáneas obtenidas a 1500 millones de kilómetros de la Tierra cuando la Nave Espacial orbitaba Saturno. Y la ya Nave Interestelar Voyager 1 montó en 1990 un retrato de toda la familia del Sistema Solar a más de 6.400 millones de kilómetros de distancia.
 La Tierra, su único satélite, la Luna, nuestro hogar.

Fuente: Earth Observatory / NASA

UNIVERSO HOLOGRÁFICO - COMIENZA EL EXPERIMENTO


Fotografía de Reidar Hahn, Fernilab
Un experimento único efectuado en el Fermi National Accelerator Laboratory ha comenzado la recolección de datos que permitirán responder a algunas preguntas alucinantes sobre nuestro universo, incluyendo si vivimos en un Holograma.
Al igual que los personajes de un programa de televisión que no saben que existe aparentemente su mundo en 3-D porque solo conocen que pertenecen a un mundo que es una pantalla de 2-D, podríamos pensar que nuestro espacio en 3-D es sólo una ilusión. 
La información de que todo nuestro universo en realidad podría ser codificado en paquetes pequeños en dos dimensiones, la consideramos como una opción inimaginable.
Si nos acercamos lo suficiente a la pantalla del televisor, veremos los píxeles, pequeños puntos de datos que hacen que una imagen se vea perfecta si usted está parado atrás. Los científicos piensan que la información del universo puede estar contenida en la misma forma y que el "tamaño del píxel" natural del espacio es más o menos 10 billones de billones de veces más pequeño que un átomo, una distancia que los físicos se refieren como la escala de Planck.
"Queremos saber si el espacio-tiempo es un sistema cuántico al igual como es la materia" dice Craig Hogan, director del Centro de Astrofísica de Partículas del Fermilab y el promotor de la teoría del ruido holográfico. "Si vemos algo, nos cambiará por completo las ideas sobre el espacio que hemos utilizado durante miles de años."

La teoría cuántica sugiere que es imposible conocer tanto la ubicación y la velocidad exactas de las partículas subatómicas. Si el espacio viene en trozos 2-D con información limitada acerca de la ubicación precisa de los objetos, a continuación, el espacio mismo caería bajo la misma teoría de la incertidumbre. De la misma manera que la materia se sigue agitando (como ondas cuánticas), incluso cuando se enfría hasta el cero absoluto, este espacio digitalizado debería haber incorporado vibraciones incluso en su estado de energía más bajo; esencialmente, con el experimento de las sondas en los límites de la capacidad del universo para almacenar información. 
Si hay un número determinado de bits que indican dónde está algo, con el tiempo se convierte en algo imposible de  encontrar más información específica acerca de la ubicación,al menos en principio. El instrumento de evaluación de estos límites es el Holómetro del Fermilab, o Interferómetro Holográfico, el dispositivo más sensible jamás creado para medir la fluctuación cuántica del espacio mismo.

Ahora funcionando a plena potencia, el holómetro utiliza un par de interferómetros colocados cerca uno del otro. Cada uno envía un rayo láser de 1 kilovatio (el equivalente de 200.000 punteros láser) en un divisor de haz y hacia abajo dos brazos perpendiculares de 40-metros. La luz se refleja entonces de nuevo a el divisor de haz, donde los dos haces se recombinan, creando fluctuaciones en el brillo si hay movimiento. Los investigadores analizan estas fluctuaciones en la luz de retorno para ver si el divisor de haz está moviendo en una cierta manera, la cual se lleva a lo largo de una fluctuación del espacio mismo..
Se espera que el "ruido holográfico" esté presente en todas las frecuencias, gran desafío de los científicos si no se dejan engañar por otras fuentes de vibraciones. El holómetro está probando una frecuencia extremadamente alta, en millones de ciclos por segundo, lo que hace estimar una baja probabilidad de que el movimiento de la materia normal cause problemas; más bien, el ruido de fondo dominante, se debe más a menudo a las ondas de radio emitidas por los aparatos electrónicos cercanos. El experimento holómetro está diseñado para identificar y eliminar el ruido de esas convencionales fuentes.
“Si encontramos un ruido que no podamos deshacernos, podríamos estar detectando algo fundamental acerca de la naturaleza, un ruido que sería intrínsico del espacio-tiempo”, dice el físico del Fermilab Aaron Chou, principal científico y Director del Proyecto para el Holómetro, "Es un momento emocionante para la física. Un resultado positivo, abriría una nueva vía de cuestionamiento acerca de cómo funciona el espacio".
El Experimento Holómetro, fue financiado por el Departamento de la Oficina de Energía de la Ciencia y de otras fuentes de Estados Unidos, y se espera que recoja datos durante el próximo año.
Esta investigación fue publicada por Fernilab como un comunicado de prensa 

Fuente: Symmetry/Fermilab