lunes, 17 de febrero de 2014

FUENTES LOCALIZADAS DE VAPOR DE AGUA EN EL PLANETA ENANO “CERES”

Ilustración de dos chorros de vapor de agua en el Planeta Enano "Ceres" - Crédito IMCCE-OBSERVATOIRE DE PARIS /CNRS / Y. Gominet, B. Carry

La distinción tradicional entre los cometas es: Unas bolas de hielo sucio, y los asteroides: como rocas, parece estar difuminándose.
El ahora Planeta Enano Ceres, que habíamos conocido como el  mayor asteroide del Sistema Solar, emite vapor de agua y puede que lo esté haciendo precisamente como si fuese un cometa, por sublimación de los hielos presentes.
Lo han descubierto unos astrónomos que lo han investigado con el telescopio espacial europeo Herschel. El hallazgo tiene que ver con las migraciones significativas de los grandes planetas del Sistema Solar, los cuales pudieron no haberse formado precisamente en los lugares donde se encuentran ahora.
Ceres, con un diámetro de casi mil kilómetros, es un mundo en miniatura, en el cuerpo del cinturón de asteroides, ése gran anillo de fragmentos situado entre las órbitas de Marte y de Júpiter.
La pista del agua ya se había descubierto en ese cuerpo, mediante la forma de minerales hidratados, pero el equipo internacional liderado por el científico de la Agencia Europea del Espacio (ESA) Michael Küppers anuncia ahora que han identificado mediante el Observatorio de Infrarrojos de la ESA "Herschel" el vapor de agua que rodea  su entorno y dos fuentes de emisión en su superficie, a una velocidad de unos seis kilogramos por segundo.
Ceres, descubierto en 1801, es un planeta enano (nueva definición de la UAI), que contiene la tercera parte de la masa total del cinturón de asteroides y parece que tiene un núcleo rocoso con un manto exterior helado.
La evaporación del agua puede ser debida a la sublimación (el hielo se transforma directamente en gas, sin pasar por el estado líquido), como ocurre en los cometas, o en el "criovulcanismo", como cuando la erupción de los volcanes es de sustancia volátiles, como el agua, en lugar de la eyección de rocas fundidas”, escriben Küppers y sus colegas en la revista Nature. Se inclinan más bien por la explicación cometaria, pero no se puede descartar la otra idea. Y en ese caso habría que pensar en una fuente de calor interna de radioisótopos de larga duración que mantendrían el calor necesario para generar las emisiones de vapor.
Ilustración del "Planeta Enano Ceres" en el Cinturón de Asteroides - Crédito ESA/ATG medialab

"Es la primera vez que se detecta agua en el cinturón de asteroides y demuestra que Ceres tiene una superficie de hielo y una atmósfera", afirma Küppers en un comunicado de la ESA. Las observaciones con el Herschel no proporcionaron suficiente resolución como para distinguir el origen del vapor, pero estos astrónomos han sido capaces de determinar las fuentes en la superficie observando las variaciones de la señal del agua durante la rotación de nueve horas que tiene este planeta enano. Así han logrado identificar dos zonas concretas, que son un 5% más oscuras que la media, por lo que absorberían más luz solar, siendo más templados y eficaces en la hora de sublimar el hielo.
La cuestión tiene mucho que ver con la denominada línea de nieve que, que por convención, divide al Sistema Solar en dos regiones: la interior de los cuerpos rocosos (el agua llegaría a los planetas terrestres con el  bombardeo de cometas, después de su formación), y la exterior de los cuerpos helados, más allá del cinturón de asteroides. Claro que algunos de esos cuerpos de hielo han podido migrar hacia el interior, señalan los investigadores. De hecho, la frontera se ha empezado a diluir con el descubrimiento de agua helada en la superficie de algunos asteroides. Si el vapor de Ceres se debe efectivamente a la sublimación de agua helada en su superficie, esto demostraría que ese mecanismo no se limita a los cometas, sino que está presente también en objetos del cinturón de asteroides.
Otros dos investigadores, Humberto Campins y Christine M. Comfort, de la Universidad de Florida Central, comentan el hallazgo y sus implicaciones en Nature y hacen hincapié en lo diferente que es Ceres del otro gran asteroide, Vesta, este último más seco y con una superficie ígnea con un pasado de calor y erupciones volcánicas que no parece haber sufrido el primero. “Es muy probable que Ceres se formase en una región más fría en el exterior del sistema solar en formación que Vesta, más allá de la línea de nieve”, argumentan estos científicos.

Entonces entra en juego la migración de planetas y otros cuerpos dentro del Sistema Solar. Campins y Comfort recalcan que una de las primeras pistas de que los planetas gigantes podrían haberse desplazado significativamente vino de la mano del descubrimiento de planetas extrasolares gigantes que estaban más cerca de su estrella que Mercurio lo está del Sol, en órbitas en las que no habrían podido formarse. “La migración planetaria, desde entonces, se ha utilizado para explicar varias observaciones desconcertantes”, señalan estos astrónomos. “La de Júpiter, por ejemplo, podría ser la causa de las diferencias de composición observadas en distintos asteroides”, añaden. “Según este escenario, los planetas gigantes en migración habrían alterado las poblaciones de cuerpos pequeños rocosos y helados (asteroides y cometas), que chocarían con la Tierra y la Luna y habrían depositado moléculas orgánicas y agua en nuestro mundo”. El descubrimiento de las emisiones de vapor de agua en Ceres, concluyen, son compatibles con esta perspectiva de migración planetaria en la historia primitiva del Sistema Solar.
Tanto los científicos de Florida, como los liderados por Küppers (investigador del Centro de Astronomía Espacial de la ESA, en Madrid, ESAC), apuntan hacia el año que viene para disipar las incógnitas sobre Ceres, ya que a ese planeta menor llegará entonces la sonda espacial automática "Dawn", de la NASA, que en la actualidad ya ha estado visitando a Vesta.
Fuente/Compilación: El País (Alicia Rivera) 22.ene.2014 / LIADA Observación de cometas (Luis Mansilla)