lunes, 22 de octubre de 2012

EL CAMPO MAGNETICO TERRESTRE ¿ESTA CAMBIANDO?



La Tierra, nuestro hogar

Últimamente, a raíz de los movimientos sísmicos que han afectado a Chile y otros lugares del planeta, se ha comentado que entre sus eventuales causas, aparte del movimiento de las placas tectónicas, también estaría influyendo la actividad solar, relacionadas con las ondas gravitatorias que emite  nuestra estrella y el comportamiento actual del campo magnético terrestre, el cual estaría invirtiéndose.

Desde hace mucho tiempo los científicos saben que el polo magnético se mueve. James Ross localizó el polo por primera vez en 1831, tras un agotador viaje por el ártico durante el cual su barco quedó encallado en el hielo durante cuatro años. Después de él, nadie regresó al polo hasta el siglo siguiente. En 1904, Roald Amundsen encontró el polo de nuevo y descubrió que se había movido al menos 50 km desde los días de Ross.

En cuanto a la inversión del campo magnético de la Tierra este fue descubierto por el físico francés Bernard Brunhes mediante su trabajo efectuado en 1906 del pasado siglo XX, pero se tardó más de medio siglo para que su revolucionaria  idea se aceptara en forma general. Sin embargo, ha sido una de las herramientas clave de la demostración cuantitativa de la tectónica de placas.

El período de polaridad magnética en la que vivimos actualmente, comenzó hace 780.000 años, período inusualmente largo en relación al período anterior.
Nuestra estrella, el Sol, también tiene un fuerte campo magnético, el cual se  invierte periódicamente cada 11 años.

El campo magnético de la Tierra es aproximadamente el campo de un dípolo magnético inclinado en un ángulo de 11º con respecto a la rotación del eje terrestre, haciendo las veces como si hubiera un imán colocado en ése ángulo en el centro de la Tierra; también es conocido como campo geomagnético. Este campo magnético se extiende desde el núcleo interno de nuestro planeta hasta su confluencia con el viento solar, corriente de partículas de altas energías que emana del Sol, cuya velocidad fluctúa entre los 300 a  800 kilómetros por segundo (y a veces más).
Dipolo magnético

Por el momento, el campo magnético terrestre se encuentra localizado en el norte de Canadá, aproximadamente a unos 600 km de la villa Resolute Bay, que cuenta con una población de 300 habitantes.
El campo magnético de la Tierra cambia con el tiempo, debido a que es  generado por el movimiento de las aleaciones de hierro fundido en el núcleo externo de la Tierra (la geodinámica). El Polo Norte magnético se «pasea», por fortuna lo suficientemente lento como para que la brújula sea útil para la navegación.

Este campo magnético se invierte a intervalos aleatorios (un promedio de varios cientos de miles de años) cambiando de lugar los polos geomagnéticos norte y sur.

Estas inversiones dejan un registro en las rocas permitiendo a los paleomagnetistas calcular los movimientos pasados de los continentes y de los fondos oceánicos como consecuencia de la tectónica de placas.

La región por encima de la ionosfera, ampliación de varias decenas de miles de kilómetros en el espacio, es llamada la magnetósfera. Esta región protege a la Tierra de la dañina radiación ultravioleta y de los rayos cósmicos; al mismo tiempo, la orientación de las rocas en las dorsales oceánicas, la magnetorrecepción de algunos animales y la orientación de las personas mediante brújulas, son posibles gracias a la existencia del campo magnético terrestre.

La ubicación del Polo Norte Magnético es diferente a la ubicación del Polo Norte Geográfico; en la actualidad, el polo norte magnético se encuentra a 1.800 kilómetros del polo norte geográfico. En consecuencia, una brújula no apunta exactamente hacia el norte geográfico lo hace en dirección el norte magnético; la diferencia, medida en grados, se denomina declinación magnética; esta declinación magnética depende del lugar de observación, por ejemplo en el año 2006, Madrid (España) registraba estar  aproximadamente a  3º al oeste.
El polo Norte magnético se está desplazando desde la zona norte de Alaska en dirección hacia Siberia a unos 40 Km por año.

En diciembre del año 2003 la NASA informó que el científico Larry Newitt del Geological Survey of Canada había realizado un intenso trabajo con el propósito de capturar la actual ubicación del norte magnético de la Tierra.

Arriba: El movimiento del polo norte Magnético de la Tierra a través del ártico canadiense desde 1831 hasta el 2001. Crédito: Geological Survey of Canada]

Durante el siglo XX, el polo siguió moviéndose en dirección norte a una velocidad de 10 km por año, que según Newitt últimamente se ha acelerando "hasta 40 km anuales"; a este ritmo, abandonará Norte América en busca de Siberia en unas pocas décadas.
El trabajo de Newitt consiste en seguir las huellas del polo norte magnético. "Normalmente salimos y comprobamos su localización una vez cada pocos años", comenta. "Tendremos que hacer viajes más a menudo ahora que se está moviendo tan rápido".

El campo magnético de la Tierra también está sufriendo otro tipo de cambios: las agujas de las brújulas en África, por ejemplo, oscilan casi un grado por década. Y globalmente el campo magnético se ha debilitado un 10% desde el siglo XIX. Cuando los científicos mencionaron esta anomalía en una convención de la Unión Geofísica Americana, muchos periódicos lo anunciaron en sus columnas. Un titular típico fue: "¿Está muriendo el campo magnético terrestre?"
"Probablemente no; por muy extraños que nos parezcan estos cambios son moderados si los comparamos con los acaecidos en el pasado en el campo magnético terrestre", afirma el profesor de la Universidad de California Gary Glatzmaier.

Algunas veces el campo se invierte por completo. El polo norte y el sur intercambian sus puestos. Semejantes inversiones, están registradas en el magnetismo de antiguas rocas, son impredecibles. Vienen en intervalos irregulares, aproximadamente una vez cada 300.000 años; el último, como ya se ha señalado, tuvo lugar hace 780.000 años.

 Arriba Las varas magnéticas en los alrededores de las crestas centro-oceánicas revelan la historia del campo magnético de la Tierra desde hace millones de años. El estudio del pasado magnético de la Tierra recibe el nombre de paleo-magnetismo. Crédito de la imagen: USGS

Este evento geológico corresponde a la última reversión, la cual ha sido llamada la Reversión de Brunhes-Matuyama,  en honor a los físicos Bernard Brunhes y Motonori Matuyama.
Bernard Brunhes  [1867-1910]  fue un geofísico francés  conocido por su obra pionera en paleomagnetismo, en especial, por su descubrimiento en 1906 de la reversión magnética.
Motonori Matuyama [25.octubre.1884 – 27.enero.1958] geofísico japonés  fue el primero en sospechar que el campo magnético de la Tierra había sufrido reversiones en el pasado.
La Reversión Brunhes-Matuyama es un evento geológico que ocurrió aproximadamente hace 780.000 años, cuando el campo magnético terrestre hizo su última inversión magnética. Esta reversión lleva varios milenios.
Su aparente duración, en cualquier  localidad, varía de 1.200 a 10.000 años dependiendo de la latitud geomagnética y de los efectos locales de los componentes no dípolo del campo terrestre durante la transición. Este evento es útil porque permite datar muestras de sedimentos oceánicos y el vulcanismo eruptivo.

¿Se aproxima un nuevo cambio? Nadie lo sabe.

Según Gary  Glatzmaier, la atenuación actual del 10% no implica que la inversión de los polos sea inminente. "El campo se incrementa o decrece en todo momento", afirma. "Sabemos esto gracias a los registros paleo-magnéticos". El campo magnético terrestre actual es, de hecho, mucho mayor de lo normal. El momento dipolar, una medida de la intensidad del campo magnético, es ahora de 8 × 1022 amperios × m2. Eso es el doble de la media del último millón de años, que es de 4× 1022 amperios × m2.

Para entender lo que está sucediendo, dice Glatzmaier, debemos hacer un viaje hacia el centro de la Tierra, allí donde se produce el campo magnético.
En el núcleo de nuestro planeta existe una bola de hierro sólido, a una temperatura aproximadamente igual de caliente a la superficie del sol. Los investigadores lo llaman el "núcleo interno". Realmente es un mundo en el interior de otro mundo. El núcleo interior tiene un tamaño del 70% de la luna. Gira con período propio, que es de 0,2º grados de longitud más rápido que el de la superficie de la Tierra, y cuenta con su propio océano: una capa muy profunda de hierro líquido conocido como el "núcleo externo".

Derecha: Diagrama esquemático del interior de la Tierra. El núcleo externo es la fuente del campo magnético.Crédito imagen: NASA

El campo magnético de la Tierra se origina en este océano de hierro, el cual es un fluido conductor de la electricidad en constante movimiento. Descansando sobre el caliente núcleo interior, el núcleo externo líquido se agita furioso como el agua sobre una sartén al fuego. El núcleo exterior sufre también "huracanes" - remolinos generados por las fuerzas de Coriolis debido a la rotación terrestre. Estos complejos movimientos generan el magnetismo de nuestro planeta a través de un proceso llamado efecto dínamo.

Utilizando las ecuaciones de la magnetohidrodinámica, rama de la física que se ocupa de los fluidos conductores y los campos magnéticos, Glatzmaier y su colega Paul Roberts han creado un modelo del interior de la Tierra en un supercomputador. El software que han creado calienta el núcleo interno, removiendo el océano metálico que flota sobre él, y después calculan el campo magnético resultante. Ejecutan el programa simulando el proceso a lo largo de miles de años y observan lo que sucede.
Los resultados reflejan lo que realmente ocurre en la Tierra: el campo magnético crece y decrece, los polos se mueven, y ocasionalmente se alternan. Han aprendido que el cambio es normal y que no debe extrañarnos. La fuente del campo, el núcleo exterior está, de por si, furiosa, arremolinada y turbulenta. Los cambios detectados en la superficie del planeta son un signo de esa turbulencia interior.

Se ha aprendido también que sucede durante una inversión en la polaridad magnética. La inversión tarda unos pocos miles de años en completarse y durante ese tiempo -- contrario a la creencia popular -- el campo magnético no desaparece. "En realidad es más complicado", dice Glatzmaier. Las líneas de fuerza magnética en las proximidades de la superficie terrestre se enroscan y se enmarañan y los polos magnéticos aparecen inesperadamente en lugares poco acostumbrados. El polo sur magnético podría emerger en África, por ejemplo, o el polo norte podría surgir en Tahití; extraño, pero aún así, sigue siendo un campo magnético planetario, y sigue protegiéndonos de la radiación espacial y de las tormentas solares.


Arriba: Modelos del campo magnético de la Tierra realizados con un supercomputador. El de la izquierda es un campo magnético dipolar normal, típico de los largos períodos entre las inversiones en la polaridad. El de la derecha es la clase de complicado campo magnético que muestra la Tierra durante los trastornos de una inversión. Crédito Gary Glatzmaier

En la actualidad, el cambio de los polos terrestres es noticia  adosada al tema de diciembre de 2012, haciéndola ver como algo extraordinario de índole fatalista. Insinúa que el cambio de los polos sería violento con nefastas consecuencias en los seres humanos. Por los estudios efectuados, el polo geográfico es diferente al polo magnético, y aún cuando cambiara, siempre nuestro planeta contará con un campo magnético que nos protegerá de la radiación espacial y solar.
Para apoyar las teorías alarmistas, se incluye al Sol, el cual habiendo cumplido 11 años de su mayor actividad anterior, nuevamente muestra el inicio de un nuevo ciclo, el cual es monitoreado mediante el programa Clima Espacial de la NASA, que mantiene un registro de su comportamiento diariamente.
Ahora conocemos con anterioridad, las eyecciones de masa coronal (CME) que el Sol lanza y que solo algunas vienen en dirección a la Tierra; estas provocan fascinantes auroras en las zonas árticas y antárticas
 Inversión magnética de los polos  Imagen artística

La historia humana moderna, no ha registrado aún un suceso de tal dimensión, pero los análisis científicos que han estudiado la orientación magnética y el ligero magnetismo resultante de las rocas situadas en estratos formados en períodos geológicos distintos, han permitido la elaboración de mapas del campo magnético terrestre en diversas eras; estos mapas muestran que ha habido épocas en que el campo magnético se ha reducido a cero para luego invertirse.
Durante los últimos cinco millones de años se han efectuado más de veinte inversiones, la más reciente ocurrió hace unos 780.000 años, otras han ocurrido hace 870.000 y 950.000 años.
No se puede predecir cuando ocurrirá la siguiente inversión, la secuencia es irregular; ciertas mediciones recientes muestran una reducción del 5% de  la intensidad del campo magnético en los últimos 100 años, lo que permite estimar que el campo magnético terrestre, aproximadamente  desaparecerá dentro de unos 1.500 años.

La difusión de una noticia científica, lamentablemente no es atractiva para los medios de comunicación, excepto si ella va  adjunta al tema de
interpretaciones relacionadas con profecías,  tanto de índole religioso como seudo científicas, que ocurrirá en fecha determinada.
Un cambio brusco de los polos no es factible, la naturaleza procede en forma diferente, los seres humanos existen en una ínfima parte del tiempo  planetario, y el miedo a lo desconocido, les hace creer que los eventos serán de inmediato.
La humanidad podrá sufrir su término prematuramente  si sigue produciendo su propio Apocalipsis. Tiene que adoptar energías limpias que permitan limpiar la atmósfera eliminando la contaminación y terminar con la tala de selvas y bosques; de mantener el ritmo actual de contaminación, accidental o voluntariamente, la humanidad podrá provocar su propio fin en un período de solo unos 100 a 200 años.
Fuente:
Nasa/Wikipedia/jalaparevealed.wordpress/Rees-Hawking/Space Weather






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