domingo, 30 de enero de 2011

Imagen:Círculos concéntricos en la radiación de fondo de microondas - WMAP.
Roger Penrose ha planteado un nuevo paradigma cosmológico que posterga el origen del universo más allá del Big Bang. Su modelo CCC abre nuevos horizontes a nuestra percepción del cosmos. Junto a Gurzadyan, Penrose ha encontrado indicios de colosales encuentros gravitatorios entre agujeros negros previos al Big Bang. Los anillos de Penrose en la radiación de fondo de microondas pueden ser la señal originada en un pasado eterno.


El cosmos está inundado de una radiación de fondo de microondas (RFM) procedente de las etapas primigenias del universo. Diferentes equipos científicos han rastreado esta señal cósmica en los últimos años. Los resultados experimentales de la misión COBE y, con mayor precisión, los recogidos por la sonda WMAP permiten tener una imagen global de la temperatura de nuestro universo a gran escala.
El último descubrimiento acerca de la RFM es la presencia de una familia de anillos concéntricos donde las variaciones de temperatura son en promedio anormalmente bajas. Es decir, manifiestan una mayor homogeneidad al compararse con otras regiones.
El análisis de los datos de la WMAP revela esta geometría, los anillos de Penrose, que puede deberse a las consecuencias físicas de violentos encuentros gravitatorios entre agujeros negros en un eon previo a nuestro big bang.
El modelo CCC de Penrose.
De acuerdo con el modelo cosmológico cíclico conforme nuestro universo, que se supone comenzó en el Big Bang y finalizará en una tras una etapa de expansión acelerada tipo de Sitter, no es sino un eon más de una probablemente ilimitada sucesión de eones con sus respectivos big bang.
Al final de su último libro, Cycles of time, Penrose argumenta una posible comprobación experimental de su modelo CCC basada en el análisis de la RFM. En una nueva publicación, Concentric circles in WMAP data, Penrose nos muestra la dirección para mirar por la ventana del tiempo hacia estadios previos al Big Bang.
Se trata de observar en la RFM las huellas de interacciones gravitatorias entre agujeros negros supermasivos de los centros galácticos, que tuvieron lugar antes del Big Bang en un eon anterior. Como consecuencia de estos violentos bailes cósmicos debió liberarse enormes cantidades de energía en forma de ondas gravitatorias.
Desde nuestro lado del Big Bang, esta descomunal energía no se presenta en forma de ondas gravitatorias, sino como intensas explosiones de energía que impregnó sus huellas en la materia oscura inicial del universo en todas direcciones.
Variaciones de temperatura en la Radiación de Fondo.
Haciendo uso de la geometría conforme, Penrose llega a la conclusión de que los grados de libertad gravitatorios en la última etapa del anterior eon no se traducen de igual manera al pasar la frontera a nuestro universo. La información en los grados de libertad gravitatorios se transfiere con un nuevo campo escalar que representa la configuración inicial de la materia oscura en nuestro universo.
El efecto de semejante explosión energética serviría para agitar con fuerza la materia inicial del Big Bang. El impulso externo procedente del eon previo queda registrado en la RFM de manera casi uniforme, aunque compatible con las pequeñas desviaciones observadas. Son las huellas del eon pasado en la materia de nuestro universo. Algo parecido a modelar una nebulosa cósmica con la energía de una supernova.
Del análisis de las medidas de la RFM proporcionados por WMAP se deduce que los anillos de Penrose son las marcas dejadas sobre la RFM por esta explosión energética. Debido a la intensidad de la explosión los anillos presentan una uniformidad inusual, que difícilmente puede deberse a fluctuaciones térmicas.
Un replanteamiento de la cosmología moderna.
El modelo CCC de Penrose nos obliga a replantear la orientación de las modernas investigaciones cosmológicas, muy centradas en la denominada teoría inflacionaria. Los anillos de Penrose no pueden ser explicados en el marco de un modelo inflacionario.
Desde una perspectiva metafísica, el modelo de Penrose y su ilimitada serie de universos nos sitúan ante una necesaria reflexión acerca de la eternidad del ser y el origen de su evolución temporal. De confirmarse las consecuencias del análisis de los datos de la RFM, habríamos encontrado una huella de eternidad en nuestro mundo físico temporal. Semejante revolución cosmológica nos obligaría a retomar una abandona metafísica y alentar un enriquecedor debate científico-filosófico desde la mismísima frontera del conocimiento.
Copilado desde: Tendencias21  Tema expuesto por Manuel Béjar, licenciado en Ciencia Físicas por la UAM, Doctor en Filosofía por la Universidad Comillas y miembro de la Cátedra CTR.
Bibliografía:Gurzadyan, V.G & Penrose, R. (2010) "Concentric circles in WMAP data may provide evidence of violent pre-Big-Bang activity" arXiv:1011.3706v1 [astro-ph.CO].
Penrose, R. (2010) "Cycles of Time. An extraordinary new view of the universe" (Bodley Head, London).

Penrose, R. (2008), “Causality, quantum theory and cosmology”, Space and Time ed. Shahn Majid (Cambridge University Press), 2008, 141-195.

Enlaces:
http://www.tendencias21.net/Evidencias-de-actividad-fisica-antes-del-Big-Bang_a5553.html?preaction=nl&id=9592021&idnl=82818&